Partido importante y transcendental al que debe hacer frente mañana el Barcelona. Con el empate del pasado sábado en Sevilla y el acercamiento del Real Madrid a 2 puntos, a los azulgranas solo les sirve la victoria si no quieren complicarse el camino hacia el título. Aunque enfrente tendrán a todo un Valencia, un equipo que pelea por ser europeo y que está haciendo las cosas bien. En el rebotijo guardan el recuerdo de la victoria que lograron la pasada campaña en el Camp Nou. El Barça, en cambio, deberá corregir los errores que cometió.

Un día gris

Hay días negros y difíciles en que, por mucho empeño e intención, las cosas no salen. El pasado año, cuando el equipo que entonces dirigía Pizzi llegó al Camp Nou, ocurrió algo parecido. Los hombres de Martino, que se las traían felices cuando Alexis abrió la lata, terminaron agachando la cabeza al verse superados por el 2-3 final.

Los azulgranas arrancaron el encuentro con una posesión larga y definida que duró más de minuto y medio. El control del balón y el dominio del juego predecían que la tarde iba a encaminarse bien y es que, a los siete minutos de juego, el tocopillano Alexis engardeló un remate cruzado que sorprendió a Diego Alves tras una asistencia de Leo Messi desde el otro extremo del área. Los locales daban un paso al frente y se avanzaban en el marcador. Siguieron intentándolo, por parte de Busquets y Messi, pero el segundo se resistía a entrar, y terminaron lamentando las ocasiones falladas.

Corría el minuto 25 y, tras una muy buena media hora del Barcelona, una rápida triangulación entre Parejo y Feghouli cambió las tornas y el Valencia conseguía poner las tablas al encuentro. Ya reanudado el segundo tiempo, Barragán muy rápido por su banda derecha asistió a Piatti para anotar el segundo y avanzar a los che en una tarde que empezaba a nublarse para los culés.

Lo importante tras un golpe es saberse levantar, que decían los más sabios. Pedro lideró la respuesta azulgrana buscando la victoria y forzó un penalti a Ricardo Costa que Messi supo transformar bien. Pero lejos de conseguir el definitivo 3-2, fue Paco Alcázer quien al minuto 59 cerraba definitivamente el marcador. Además, el Barcelona disputó varios momentos en inferioridad tras la expulsión de Jordi Alba.

El fin a una buena racha

Con la derrota frente al Valencia en el Camp Nou, el Barcelona puso fin a una buena racha acumulada: 25 victorias consecutivas en Liga en casa. La buena efectividad de los de Pizzi encerraron un estela azulgrana y complicaban el tramo final de temporada. A falta de 16 jornadas para el final, el Barcelona se quedaba en desventaja en una clasificación que terminó con medalla de plata.

La pérdida de esos tres puntos evidenciaba el desenlaze final de la etapa de Martino en Can Barça. Una temporada oscura y dudosa se reafirmó cuando, en Mayo, se escaparon las semifinales de Champions perdiendo en cuartos frente al Atlético. Más tarde, el Real Madrid, eterno rival, daba un golpe sobre la mesa imponiéndose en la Final de Copa (1-2) donde el gol de Marc Bartra de poco terminó sirviendo cuando Bale anotó el segundo en Mestalla. Y, por si las esperanzas eran pocas, la última jornada de Liga era decisiva para confirmar un ganador. El Atlético de Simeone ponía rumbo a Barcelona con las cosas claras. Los de Martino, que también empezaron avanzándose, terminaron empatando y, a falta de la victoria, los colchoneros se quedaban con la ventaja. Un año en blanco que quedó en la memoria de muchos.

Luis Enrique ha vuelto a dar color a la esperanza. El presente es bueno y el futuro puede ser mejor. Pese al bache del pasado sábado en la capital andaluza, los azulgranas se mantienen líderes en la clasificación liguera (mantienen una ventaja de 2 puntos al Madrid tras haberse enfrentado ya en las dos jornadas), se han plantado en la Final de la Copa del Rey y ya tienen pie y medio en semifinales europeas tras el buen papel que ejercieron el miércoles en París. La suerte puede sonreirle al Barcelona pero todo pasa por ganar al Valencia. Los errores se pueden pagar caros y Lucho sabe que no tiene margen de error.