El derbi de la ciudad de Barcelona citaba a Espanyol y Barça en el Power8 Stadium para disputar una jornada de Liga trascendente para los intereses de unos y otros. Sergio González, con la baja importante de Victor Sánchez, planteaba un partido con el clásico 4-4-2 formado por Casilla, Duarte, Moreno, Álvaro, Arbilla, Abraham, Cañas, Lucas Vázquez, Victor Álvarez, Caicedo y Sergio García. Por parte visitante, Luis Enrique ponía en liza un once con pocos cambios, formado por Bravo, Alves, Piqué, Mascherano, Alba, Busquets, Iniesta, Rafinha, Neymar, Suárez y Messi.

Inicio arrollador del equipo blaugrana

El Barcelona no tenía márgen de error y rápidamente quedó plasmado sobre el césped del feudo blanquiazul. Neymar en el minuto dos obligó a Casilla a intervenir por primera vez en el partido.

La circulación rápida del Barça hacía que el repliegue intensivo del Espanyol no llegara a todos los espacios y, en cuanto había uno libre, los azulgrana se tiraban hacia él para llegar hasta la meta del portero internacional español.

El Barcelona ha demostrado que necesitaba ganar desde el inicio

En el minuto cinco, Casilla evitaba un gol de Suárez a bocajarro. El uruguayo remataba con la cabeza un rebote de Alba desde el interior del área pequeña pero el portero despejaba hacia fuera. Pero poco más tarde, Casilla vio como cuando ya estaba estirado en el aire, Neymar desviaba un pase magistral de Messi, pero sin fortuna de cara a gol y el balón se iba alto.

Entró el gol y siguió el vendaval

Pero otra vez Messi se inventó un pase espectacular hacia Alba y el lateral centró de primeras para que llegara al remate Suárez. El delantero charrúa, muy listo, dejó pasar el balón para que le llegara a Neymar. El brasileño no perdonó y el 0-1 subió al marcador a los 16'.

Lejos de conformarse, el equipo siguió buscando el gol a través del balón y ocho minutos más tarde era Iniesta el que inventaba un pase inverosímil en profundidad para Suárez. Como si fuera Alba, Suárez, tirado a la derecha, centró de primeras y Messi, con dos toques y sin ángulo, ponía el 0-2.

Leo Messi en el momento del golpeo para poner el 0-2 en el marcador. Foto: fcbarcelona.cat

Salida del Espanyol

El Espanyol buscó salir un poco más de su campo y apretó más arriba al Barcelona. Aún así, un disparo muy desviado de Caicedo fue su mejor ocasión en el primer tiempo. Pero el Barcelona tuvo más dificultades para llegar a Kiko Casilla y el conjunto perico pudo controlar la sangría generada en los primeros 25 minutos.

Ya llegando al descanso, Neymar y Suárez tuvieron dos ocasiones para poner el 0-3 pero no pudieron concretarlas.

Segunda mitad más abierta

El Espanyol salió sin complejos en la segunda mitad, con más vocación ofensiva y creándole dificultades a los de Luis Enrique. Pero a la primera que pudo el Barcelona, Busquets tiró un pase en profundidad para Neymar tras pérdida de Abraham y en el uno contra uno Casilla pudo despejarla y salvar el tercero.

Pero una jugada absurda se convirtió en trascendente tras una doble amarilla por protestar a Jordi Alba, que incrédulo abandonaba el terreno de juego. Para más inri, Messi fallaba una ocasión frente a Casilla tras enviar el balón al palo.

Jordi Alba acabó siendo protagonista por su expulsión. Foto: fcbarcelona.cat

El partido seguía con el mismo guión pese a la superioridad numérica de los blanquiazules y Neymar tenía otra ocasión en el interior del área que mandaba fuera. Tras esa ocasión y un saque de esquina sin peligro del Espanyol, Mathieu entraba por Rafinha para jugar en el lateral zurdo.

Ritmo más acelerado

El partido entraba en una fase de más descontrol, con un Barcelona mermado por la zona central pero con la misma pegada arriba con los tres delanteros. Sergio García gozaba de una ocasión pero paraba Bravo mientras que Suárez respondía con un intento de disparo que rebotaba en Hector Moreno.

El partido ha entrado en una lucha de áreas, pero ninguno ha tenido acierto para mover el marcador

Con Xavi calentando en la banda, el equipo de Luis Enrique buscaba tener más balón y poder controlar el partido, mientras que Sergio Gónzalez hacía entrar a Stuani y Montañés por Caicedo y Víctor Álvarez para desequilibrar en la zona de finalización.

Y a los pocos minutos de entrar, Stuani tuvo la ocasión más peligrosa hasta el momento con un disparo desde el punto de penalty que se iba arriba. Rápidamente, Neymar hizo una conducción por la frontal de izquierda a derecha para habilitar con un pase a Messi, pero Leo no pudo marcar. Y en la jugada siguiente, Bravo desviaba a córner un cabezazo de Stuani.

Reorganización culé

Viendo el desaguisado, Luis Enrique daba entrada a Rakitic por Suárez para dotar de más presencia al centro del campo culé en los últimos diez minutos. Volvía al trivote del centro con Busquets, Iniesta y el nombrado Rakitic el conjunto azulgrana.

Messi y Neymar quedaban como referencias para salir al contragolpe y en las primeras jugadas se veía como el Espanyol tan sólo dejaba dos hombres cerrando atrás, buscando desesperadamente un gol que les diera la posibilidad de luchar el partido hasta el final.

Iniesta y Lucas Vàzquez luchando por un balón. Foto: fcbarcelona.cat

Pero a cinco para el final, Stuani tuvo una más clara que la anterior y Bravo pudo sacarla en un uno contra uno en el que el uruguayo disparo con su pierna menos hábil. Con ella, las esperanzas blanquiazules se esfumaron, aunque siguieron buscando la portería rival con insistencia en los minutos finales, con balones colgados y faltas laterales.

Xavi entraba para jugar los últimos cinco minutos, en los que el Barcelona buscaba mantener el balón para no sufrir y el Espanyol intentaba crear peligro, aunque sin fortuna. En el descuento, Hector Moreno sufría la misma medicina que Alba y se iba expulsado por protestar.

Victoria importate para los azulgrana

La victoria deja a los azulgrana con cinco puntos de ventaja frente al Madrid a la espera de la visita del conjunto blanco el domingo en Balaídos. Los periquitos, tras la derrota, se quedan rezagados de la lucha por la séptima plaza pero hasta las jornadas finales puede tener opciones de meterse en la pugna.