En 1998 todo era ilusión en Can Barça. Era año previo al "Centenari" de la entidad, el club llegaba de conseguir un doblete con la primera Liga desde el 94 y además, conocía que la final de la Champions League se iba a disputar en el Camp Nou. Con ese equipo campeón de lusófonos (Rivaldo, Giovanni, Figo o Anderson) y muchos neerlandeses (Kluivert, Cocu, Zenden, los hermanos De Boer, Reiziger, Hesp y Bogarde) además de los ahora rivales Luis Enrique y Pep Guardiola se podía soñar con todo.  Si bien, el sorteo para la fase de grupos no había sido nada benevolente con el club que dirigía Louis van Gaal, que se salvó de la destitución en diciembre gracias a un gol de Xavi en el triunfo en Valladolid.

Por entonces, solo clasificaba el primero de grupo y los dos mejores segundos

El Barcelona se iba a enfrentar en el grupo con el Manchester United y el Bayern de Múnich, además del Brøndby danés. Además, solo se clasificaban para cuartos de final los primeros y los dos mejores segundos de entre los seis grupos. Nadie lo sabía en aquellos meses de otoño, pero de ese grupo D saldrían tanto el campeón como el finalista de aquella edición. United y Bayern pues, volvieron a Barcelona para decidir aquella final que no terminó de decantarse hasta el descuento tras pasar por Can Barça en primera ronda.

El duelo en suelo catalán contra los alemanes tuvo lugar en la cuarta jornada, el 4 de noviembre de 1998. El Barcelona había ganado a la cenicienta del grupo, empatado en Old Trafford y perdido en el Olímpico por la mínima con el gol de Effenberg en la fecha anterior. Con el United invicto con 5 puntos, Bayern y Barça estaban empatados en segunda posición del grupo con 4 puntos al empezar el partido, puesto que el Brondby había conseguido sorprender y ganar al conjunto alemán. Sin embargo, el equipo de Ottmar Hitzfeld enmendó su error de la primera jornada y puso tierra de por medio con los catalanes.

Van Gaal no pudo contar con Luis Enrique y Guardiola, pero sí con un bisoño Xavi

No parecía empezar mal el partido para los catalanes en un partido en el que Pierluigi Collina tuvo mucho trabajo. El mismo que tuvo van Gaal para completar la convocatoria. Diezmado por las bajas (entre ellas los actuales entrenadores de Barcelona y Bayern), solo dispuso de cuatro jugadores de campo del primer equipo en el banquillo (los hermanos García Junyent, Ciric y Zenden, además de Vítor Baía). Alineó a un jovencísimo Xavi Hernández y tuvo que alistar a otro del filial como Iban Cuadrado. Van Gaal no hizo cambios aquella noche.

Nadie pudo frenar a Élber y el Bayern terminó remontando sobre la bocina

No obstante, el Barça se adelantó en el marcador. Giovanni Silva anotó dos tantos en la primera parte. Collina anuló el primero de ellos, de cabeza, por una falta segundos antes de rematar una falta. El segundo lo facilitó el propio árbitro italiano al señalar penalti sobre el mismo brasileño en un córner. Decisiones importantes en acciones dudosas. Aunque Oliver Kahn acertó el lugar donde tirarse, no pudo evitar el lanzamiento a la izquierda del 10 culé que abrió el marcador en la primera media hora de partido.

Prosiguió el carrusel de decisiones importantes de Collina al anular un gol a Élber, el delantero del Bayern, por fuera de juego. Sin duda, el brasileño era el arma más peligrosa y ya era su segundo aviso importante tras haber errado un mano a mano claro antes del 1-0. Tras el descanso, Zickler empató pronto gracias a la endeblez de la defensa culé que nunco pudo despejar el balón. El disparo del alemán pasó entre las piernas de Hesp en el minuto tres de la reanudación.

Salihamidzic, verdugo de última hora

El empate pareció enfriar los ánimos de los locales, que empezaron a sufrir ocasiones claras. Primero Zickler provocó la estirada de Hesp, aunque su despeje en buena posición a Effenberg. De manera incomprensible, el alemán envió la pelota fuera de las redes. Élber siguió empeñado en marcar, pero su cabezazo lo respondió de manera excepcional el neerlandés Hesp. El orgullo de Rivaldo asomó para poner a prueba a Kahn tras diblar a quien salía a su paso, pero el guardameta atrapó sin dificultad.  No así con la chilena de Anderson a poco del final, estatua del alemán mediante, mas el acrobático remate nunca se dirigió a portería. Al final, Salihamidžić resolvió un partido abocado al empate. Otra acción en la que Élber ganó un duelo personal, prolongando de cabeza un envío largo y dejando al bosnio en posición de fusilar a Hesp ante la fragilidad de Okunowo y Cocu.

El Bayern consiguió hacer pleno ante el Barcelona y acabaría liderando el grupo con 11 puntos para conseguir el pase a cuartos de final. El Manchester United, que empató los dos partidos ante el Barcelona, fue uno de los dos mejores segundos y también pasaría de ronda. Acabarían llegando a esa final remontada por los diablos rojos en el descuento de la segunda parte con los tantos de Sheringham y Solskjaer. El United levantó el triplete que pudo ahcer el Bayern que únicamente se quedó con la Bundesliga (perdería la Copa poco después de perder la de Champions). El Barcelona, por su parte, empezaría su centenario lejos de Europa, alcanzando solo los cuartos de final de la Copa del Rey, pero remotando en la segunda vuelta y acabar llevándose la segunda Liga consecutiva. 

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Sobre el autor
Rafa Medel Casla
Periodista. Coordinador del Rayo Vallecano en Vavel.com Puedes leerme también en Perarnau Magazine.