Jugadores y entrenadores profesionales sueñan cada noche con poder actuar en estos partidos. Barcelona y Bayern de Múnich disputan este miércoles una de las semifinales de Copa de Europa más apasionantes y especiales de las últimas décadas. Por un lado, el nuevo Barça. Messi, Iniesta y compañía más las nuevas estrellas del frente de ataque que aterrizaron en la Ciudad Condal con la idea de ganar títulos.

En el bando contrario, Pep Guardiola. Algunos dirán que al otro lado está el Bayern de Múnich, el equipo que goleó al Barcelona en el último precedente y que cuenta en sus vitrinas con cinco Copas de Europa pero lo cierto es que, en esta eliminatoria, cada uno de los focos incidirán en él. El Hijo pródigo. Gurú. Llámenlo como quieran. Mañana, ante casi 100.000 espectadores el barcelonismo rendirá pleitesía al más grande entrenador de sus más de 100 años de historia y, tras ese momento, todos los culés deberán remar a una. Medio billete a Berlín se decide esta noche.

Por encima de todo: concentración

Ni una concesión. No hay máxima más importante para un partido de Champions que la de no regalar opciones al rival. Cada error es un gol como se pudo observar en el encuentro de ayer en Turín y, jugando como local, recibir un tanto sería una losa enormemente pesada para el equipo blaugrana. Para ello, la línea formada por Piqué, Mascherano y Busquets deberá responder como en las últimas grandes noches europeas en el Estadi.

Por detrás de ellos volverá Ter Stegen. No hay mayor aliciente para el alemán que poder enfrentarse a Neuer. Tendrá trabajo, eso seguro. En sus manos estará una parte importante de los pases a Berlín. El resto del petate dependerá de los hombres de arriba. Enchufados desde la llegada del nuevo año, ningún aficionado esperaría el casillero a cero si hablamos de los tres mosqueteros. No encajar es más de media victoria. Los de arriba las meten y ganar a cero es casi certificar el pase.

El balón, ¿amigo o enemigo?

Cualquier análisis acerca del partido del próximo miércoles destaca por todo lo alto la batalla por el balón. Libro guía de ambos, no tener la pelota les incomoda. Sufren. Una vez llegada a esta conclusión y a la base lógica de que sólo habrá un esférico en el campo, ¿qué puede ocurrir en los momentos que uno y otro no tengan la pelota? Intentamos descifrarlo.

La línea defensiva del Bayern de Múnich -especialmente sin Alaba- adolece con espacios a la espalda. Los enfrentamientos ante el Kun Agüero o el penúltimo partido de Champions League en O Dragao dan buena muestra de ello. La vuelta de Benatia podría dar mayor seguridad en distancias cortas pero a lo largo, como ocurre con Dante, el ex de la Roma no es ningún valuarte. Ante ello y la posibilidad de ver a Messi, Suárez y Neymar llegando en estampida si el equipo no logra robar arriba, Guardiola podría reducir el rectángulo de juego. Menos sabana para recorrer menos opciones de acabar siendo cazado. A pesar de todo, decidir si se debe o no presionar ante jugadores con la clase de los Iniesta o Messi nunca es fácil. Dos recortes y campo abierto. Se verá algo grande.

Sentirse cómodo en los momentos sin balón será tan importante como el dominio de la posesión

Caracterizado por dominar el esférico desde tiempo inmemoriales, jugar ante su público y tener a jugadores como Busquets o Iniesta hacen que las intenciones de dominar -en un primer momento- la posesión no se discutan en el seno del equipo culé. Presión alta, robo y dominio tirado a la derecha. Messi hace de Magic Johnson y la banda izquierda culmina las jugadas. Simple. ¿Qué ocurre cuando el equipo se ve acorralado? A diferencia de otros años este Barcelona muerde. Lo sufrió Simeone y le ocurrió lo propio al Real Madrid. El fichaje de Luis Suárez y la verticalidad que ha dado Luís Enrique al equipo le proporciona multitud de variantes cuando se le ofrecen espacios. Ahora la incomodidad no es tal. No sólo con la posesión ganan partidos.

Lahm y la línea de tres

Cuando un entrenador que ha dirigido a jugadores como Xavi Hernández o Busquets, auténticos lectores de fútbol, define a otro como el más inteligente podemos decir que hablamos de palabras mayores. De un privilegiado. Por eso y por el gran número de bajas que minimizan las posibilidades bávaras Lahm es esencial. Y lo es desde múltiples opciones, tanto ofensivas como defensivas. Vayamos por partes:

"Philipp Lahm es el jugador más inteligente que he entrenado en mi carrera. Estoy encantado de estar aquí, porque me da la opción de poder entrenarle" (Pep Guardiola)

Un pivote defensivo al encuentro de Messi: La incidencia de Leo Messi en el Barcelona actual lo absorbe todo. Messi ha pasado de ser un 10 y un 9 para también ser 8 y 5. Leo es total. Para ello, la importancia de parar a la mayor fuente de fútbol del Barca se prevee vital y ahí entra el pequeño Lahm. Jugador correoso, resistente y, como ya hemos mencionado, de mucha inteligencia. Con la llegada de Alonso las veces que ha ocupado el pivote defensivo con respecto al año pasado se han minimizado pero, a pesar de todo, el jugar ahí es una opción disponible en la baraja. Su rápida conducción y seguridad en el pase le hacen importante en la salida y poder estar en la zona de incidencia messiánica es un punto extra. Apartarlo a la derecha sería tenerlo demasiado lejos.

Sin Robben, Philipp Lahm como extremo: La ausencia del jugador holandés resta dinamismo y ruptura al conjunto germano. El toque se acumula sin llegar a incidir y para ello las opciones de Bernat y Lahm como alas realmente abiertas en forma de carrileros/extremos es algo más que eventual. Ante el Porto, la figura de Lahm fue decisiva. Rompiente hacia fuera con buenos llegadores y rematadores como Robert o Muller, el capitán hizo añicos a los hombres de Lopetegui. Mañana será diferente, más aún como visitantes pero sólo un loco podría descartarlo.

Una sintesís desde el volante derecho: miembro del centro del campo realizando varias labores. Acompañante del inicio del juego junto a Xabi Alonso pero continuador de la línea de cal cuando sus compañeros dominan el balón. La más vendida.

Además del factor Lahm las últimas pruebas del entrenador catalán han experimentando una vuelta a la defensa de tres. Esquema principal a comienzos de año tras el fichaje de Juan Bernat y la incidencia del austriaco David Alaba en el juego, la lesión de este último acabó por secundarlo. Sin Alaba, las opciones de una línea formada por tres hombres pasan por un trío de centrales puros -una lentitud casi extrema- o con Rafinha jugando por izquierda. Prueba ante el Dortmund, la posibilidad de iniciar desde Alonso hacia un perfil rápido y vertical -concretamente donde el Barcelona más sufre con Messi y Dani Alves- como el de Rafinha y Bernat podría asegurar la salida de balón bávara. A parte de esto, las velocidad de Rafinha en las coberturas siempre es una ayuda aunque, tras lo visto en las semifinales ante el Dortmund, alguna de sus desconexiones podrían pagarse muy caro.

El tridente ausente de Guardiola

Tan de locos es declarar al Bayern inferior por las bajas como no reconocer que con semejante plantilla cualquier once disponible puede ganar a cualquiera. Desde el mejor portero del mundo hasta el delantero del répoker al Madrid estarán disponibles en Barcelona. Con ellos, toda una legión de campeones del mundo. Philip Lahm, Thomas Muller, Mario Gotze, Jérome Boateng... A pesar de ello, es necesario afirmar que tres de los jugadores que no podrán estar en el Camp Nou son de vital importancia para el entrenador. El primero, y de forma indiscutible, Arjen Robben. Cuestionado su liderazgo en el equipo bávaro por la implacable sombra del francés Franck Ribery, el paso de las temporadas deja demostrado -en mi opinión- quien ha sido a la larga más importante y vital en los grandes triunfos del conjunto bávaro -sólo hay que recordar la eliminatoria contra el Real Madrid y el Barcelona en las semifinales de Champions League o su gol en Wembley-. Hablar del Robben en el esquema de Pep es hacerlo de la mecha capaz de provocar el incendio, el matiz diferencial de un equipo de cinco velocidades en el que sólo Robben -Bernat también sin balón- es capaz de poner la sexta. Baja traumática.

Fuente foxdeportes.com

Además del holandés, su compañero de juegos Franck Ribéry tampoco podrá -en principio- vestirse de corto. Sus extraños problemas tras lesionarse en una costilla son un tema tabú en la disciplina del conjunto de baviera. Sin él, y a pesar de que su temporada no se acercaba ni por asomo a la de años anteriores, el equipo de Guardiola pierde desborde y desequilibrio desde la banda izquierda. Sin él ni el mencionado Robben en ninguno de los dos costados las posibilidades de sorprender a defensas cerradas se limitan aunque, siendo el primer encuentro en el Camp Nou, seguramente no vaya a ser el caso.

Por último, el tercero y definitivo en discordia en la lista de bajas importantes de Herr Guardiola es el austríaco David Alaba. Consagrado en aquella eliminatoria de semifinales contra el Real Madrid como lateral izquierdo, Alaba es para el entrenador catalán insubstituíble. Como tercer central, como mediocentro, como volante...las cualidades físicas y técnicas de David Alaba nos hacen estar hablando de -seguramente junto a Raphael Varane- el defensa con más proyección del fútbol mundial. Básico en la salida de balón, el desdoble, las ayudas, la defensa adelantada...tras su lesión los problemas del equipo alemán han aflorado de forma constante en los diferentes aspectos que afectan al juego. Desde el ataque gracias a su salida de balón hasta la defensa debido a su velocidad. Sin él los alemanes sufren y, ante una delantera como Messi, Suárez y Neymar, los bávaros lo echarán mucho de menos.