21 de mayo de 2015. No es una fecha más, no, ni por asomo. Este jueves la afición al fútbol en general y la del FC Barcelona en particular se ha quedado por un momento sin aire, sin aliento.

Xavier Hernández i Creus, Xavi, ha decidido poner fin a su carrera como jugador del club catalán tras casi 17 años en el primer equipo. 28 títulos que pueden ser 30 si el Barça alza la Copa del Rey y la Champions en las próximas semanas, las últimas como azulgrana del capitán.

16 años, 9 meses y 17 días desde que aquel 18 de agosto de 1998 Louis van Gaal le diese la alternativa en la Supercopa de España ante el Mallorca, en el Lluis Sitjar, donde fue titular y, además, anotó un gol.

6136 días después, en Berlín, en la final de la UEFA Champions League frente a la Juventus de Turín de Andrea Pirlo, pondrá fin a una intachable carrera llena de superaciones, títulos y, sobre todo, fútbol. Porque si hay algo que describe al egarense, eso es el fútbol, el balón. Xavi, jugador que más veces ha lucido en su pecho el escudo de su club, de su vida, ha dado todo por los colores blaugrana. Más de media vida entre las paredes del club y casi 17 años en el primer equipo avalan al bueno de Xavi, al que solo se le pueden dar las gracias.

Xavi mejor que nadie ha sabido llevar la imagen y filosofía del Barça allá por donde ha ido. No ha sido la estrella e incluso se ha sido demasiado injusto en algunas fases de su carrera. Siempre a la sombra de las grandes estrellas del equipo como Rivaldo, Ronaldinho, Eto'o o Messi. Xavi siempre ha estado ahí y solo con su ausencia se valorará en la medida que merece lo que ha significado su presencia.

Xavi, él, el único, el balón del escudo del Barça. El toque, la precisión, el tempo, el control. De los pocos jugadores que se revaloraban cuando estaban sobre el verde y cuando no. Lección tras lección, en Catalunya, España, Europa y el mundo. En cualquier rincón del planeta se ha disfrutado del fútbol del egarense. Y ahora se irá.

Se irá a Qatar pero no permanentemente. No es un adiós, sino un hasta pronto. Cuando más lo necesite el club, como pasó con Guardiola, Xavi aparecerá para volver a poner el orden que un día comenzó a poner sobre el verde, también cuando Pep empezaba a poner fin a su carrera como azulgrana. Y todo porque Xavi es una parte del club, de su historia, del Barça, de su escudo y, sobre todo, de sus aficionados.

6136 días entre la primera lección en Mallorca y la última, en Berlín. 17 años en el que el balón pasaba por sus botas y parecía que el tiempo se parase para que el egarense disfrutara sobre el verde. Fútbol. Cualquier homenaje que le rinda el club será poco para el jugador que más veces ha defendido los colores de su vida. Porque siempre se le recordará.

El Barça y Xavi serán uno de principio a fin porque lo mismo que no se entendería la carrera del egarense sin el club catalán, tampoco se entendería la historia azulgrana sin el '6', sin su pose. Oda al Barça, al balón. Oda al fútbol durante 17 años. Berlín será el epílogo para Xavi, el director de la mejor orquesta jamás montada.