Hagamos un ejercicio de imaginación y volemos hacia las entrevistas imposibles, por ejemplo ascendamos a la cancha que está situada, justo entre el cielo y el infierno, y concertemos una serie de entrevistas, para socavar las opiniones de los grandes que se fueron, sobre la despedida de Xavi Hernández, el líder del Barça de los poetas.

A pie de césped nos recibe Luis Aragonés que con su típica sorna nos recuerda lo que le dijo la primera vez que le llamó para la selección: ¿Qué pensaba usted, que el hijoputa del viejo no le llamaba? Tire para arriba… Acto seguido nos recordó que habló horas y horas de fútbol con Xavi, su pupilo al que sin dudarlo dice que le daría las llaves del cielo, seguro de que siempre tendría abiertas las puertas del juego. Muy cerca Don Alfredo, el viejo cascarrabias que ahora tiene el aspecto de cuando jugaba en Millonarios, interviene y sentencia: ¿Y ahora quién la va pedir, la va a agarrar, la va a soltar, nene? Más al fondo, junto a la bocana de vestuarios, Tito Vilanova, nos adelanta que este día sabíamos que iba a llegar, pero que tras su marcha se sentirá el vacío que quedó tras la retirada de Sócrates o Platini, puesto que jamás vio medio con mayor trascendencia en la circulación y el gol de un equipo. Nos avanza que la idea permanecerá, pero que será complicado encontrar un intérprete como el pelopo de Tarrasa. Intentando arrojar luz a lo que sucederá tras su marcha, buscamos a Kubala, que enterado de la noticia nos dice que si por él hicieron un estadio y una escultura, a Xavi habría que ponerle el nombre al balón, y que a partir de ahora pasase a llamarse como el Von karajan de Terrasa.

En los palcos de prensa, que están por las nubes, encontramos a Andrés Montes, que adelantó la noticia en radio purgatorio. Nada más vernos nos dice: Chicos, ya sé que venís por lo de Bogart, pero no creéis que ahora, tras su marcha, se dirá más que nunca ¡tócala otra vez Sam! Al fondo, ensimismado con sus lápices, Fontanarrosa hace una caricatura, es un pequeño futbolista azulgrana con un saco de balones rotos que se le van cayendo por el camino. Don Roberto nos la enseña y nos dice, es que este chico siempre fue muy generoso y va regalando balones allá por donde pasa. Y cada uno es una enseñanza, una idea, por lo que sentiréis su marcha, pero cada balón regalado es una semilla que se planta. Finalmente cuando ya teníamos muy claro lo que iba a suponer la marcha de Xavi Hernández, Eduardo Galeano el poeta que dejó al fútbol asombrado, nos volvió a decir: amigos aunque Xavi sea mesócrata, aunque no pertenezca a la aristocracia, es el Dios del balón de la clase media y como todos sabemos los dioses no se jubilan. Siguen jugando en la memoria de la gente, los profesionales, y sus ideas nunca mueren. Además como sabéis yo soy un mendigo del buen fútbol, y cuando alguien otorga esa limosna, me importa un pepino el club o el país al que pertenece. Y fuera de los absurdos fanatismos, Xavi es de esa clase de jugadores que todos extrañarán.

Y en un día como hoy, quisimos subir al cielo futbolístico porque desde allí se ven las ideas y las jugadas más claras, más serenas, con la sabiduría de toda una vida. Por ello, ahora que volvemos a la tierra y contemplamos a Xavi anunciar su partida, recordamos más que nunca aquel día en el que Van Gaal le dio las llaves del cofre en el mediocentro del Barcelona en Valladolid. Entonces era el cuatro puro de la escuela de Cruyff, tampoco podemos olvidar cuando un tiempo después, Frank Rijkaard le llamó y le dijo: Xavi, tú tienes que tener más transcendencia en el último pase, puedes ser más transcendente el juego, y su rol cambió en el conjunto azulgrana, donde se pudo ver aquello que en su día demostró Platini, que se podía ser un medio organizador con enorme transcendencia en la jugada y la llegada. Mucho menos, pasar por alto la influencia crucial de la personalidad de Luis Aragonés, en el jugador que llevó la manija de la selección española más exitosa de la historia. Luis le hizo sentirse realmente importante, entonces Xavi fue el Sócrates de Brasil, el Platini o Zidane de Francia. La confianza que le dio fue absoluta y el azulgrana llegó a la estratosfera. Esos fueron los puntos de inflexión en la carrera de un enorme mediocentro, que con Guardiola encontró la perfección, convirtiéndose en el posiblemente mejor medio creativo de la historia del fútbol español.

El líder del Barça de los poetas, aeda de un tiempo en el que el fútbol se hizo verso, en el que la endecasílaba formación azulgrana desplegó la poesía por todo el planeta, y Xavi, el Neruda azulgrana, rimó poemas en mitad de la cancha declamando con su talento cien poemas de amor a la pelota y una canción desesperada. Y como los dioses no se jubilan, sino que han dejado una estela de la que otros muchos aprenderán (tal y como hizo Xavi de Guardiola y otros más), no es un día triste sino todo lo contrario, es la oportunidad para homenajear a un tipo que en nuestra memoria siempre seguirá jugando. Seguirá deleitándonos porque el arte es eterno, porque sus pases son versos sueltos de un fútbol rimado, en el que Lorca hacía las alineaciones, Machado marcaba goles, Óscar Wilde rompía cinturas, Rubén Darío lanzaba golpes directos, Pedro Salinas hacía paradones, Víctor Hugo improvisaba... y Neruda armaba el juego.

Y se marchó,

y a su barco le llamó Libertad,

y en el cielo descubrió gaviotas,

y pintó, estelas en el mar.