Al unísono, como si de un alarido de necesidad se tratara, el Camp Nou ha suplicado un domingo cada dos semanas durante la última temporada la continuidad del capitán Xavi Hernández Creus (Terrassa, 25 de enero de 1980) que se despide de Can Barça, la que ha sido su casa, con 35 años tras estar más de media vida (18 años), con 23 títulos mediante y más de 700 partidos y más de 80 goles a su espalda, así como la responsabilidad de poner la rúbrica a un legado balompédico histórico que ha convertido a Barcelona en una oferta cultural deportiva irrechazable durante los últimos años.

Explotó tarde, a los 28 años, pero con el tiempo suficiente para componer la más bella partitura que el mundo del fútbol ha degustado

Si Wolfgang Amadeus Mozart compuso 'Requiém', Johann Sebastian Bach dio a luz 'El arte de la fuga', Ludwig van Beethoven se sacó de la chistera 'La Sinfonía n.º 5 en do menor' y Antonio Vivaldi coloreó 'Las cuatro estaciones', Xavi Hernández fue el encargado de llevar las manijas en la época dorada del fútbol azulgrana. Su virtud explotó tarde, con 28 años y fruto de la confianza incondicional que depositó Luis Aragonés antes de viajar a la Eurocopa de Austria y Suiza, pero llegó a tiempo suficiente para componer la más bella partitura que el mundo del fútbol ha tenido el honor de sentarse a 'escuchar'.

Porque su fútbol, carente de la virtuosidad del regate de Leo Messi, la potencia de Cristiano Ronaldo, la habilidad de Zinedine Zidane ni el gol de Ronaldo Nazario, es música que hace la delicia de los espectadores. Su giro de 180º, virando sobre el balón para deshacerse de las marcas personales, es una danza que susurra armonías. Sus pases son el silencio que precede al estallido del orgasmo del fútbol, que es como calificó Eduardo Galeano al gol. Él es de los pocos que puede presumir de haber marcado un antes y un después en innovar esto que llamamos balompié.

Más allá de los éxitos conseguidos con el Barcelona de Pep Guardiola, es categórico afirmar que no existe otro jugador en el fútbol español que haya representado con tanta fidelidad el significado que alcanzó la Selección española de fútbol con Luis Aragonés en el banquillo. Xavi Hernández fue la chispa con la que ‘El Sabio de Hortaleza’ parió a la mejor generación del fútbol español y arrancó una revolución que originó cambiar el concepto de ‘la furia española’ por el balón. Un grito al planeta fútbol de que es posible ganar y levantar títulos jugando bien y marcando una época.

Xavi es parte de la semilla que brotó con una derrota contra el Numancia y acabó conquistando catorce títulos en cuatro años

Su apellido, tan común como lo puede ser un García, un Martínez o un Sánchez, siempre estará ligado a un estilo de juego único e irrepetible, pues la versión guardiolesca que originó Pep - con conceptos propios de la lógica futbolística de Cruyff - jamás se volverá a ver. El adiós de Xavi Hernández a Can Barça es la despedida definitiva - tras las marchas de Víctor Valdés, Carles Puyol y el propio Guardiola - a la semilla que brotó con una derrota contra el Numancia y que acabó conquistando catorce títulos en cuatro años.

Su participación esta temporada dentro de los planes de Luis Enrique ha sido casi testimonial tanto en Liga como en Champions League pero se ha encargado de poner la luz en el abismo que ensombrecía al Barça. En los peores momentos, el de Terrassa ha saltado al campo para brillar y generar el juego que exigía su equipo al atascarse, potenciando las virtudes de Neymar, Leo Messi o Luis Suárez. El '6' se marchará levantando, ante su gente, su octava liga, en la que menos ha participado y con la que poco o nada ha tenido que ver con la versión de fútbol que él concibe, diciendo un hasta pronto.

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Sobre el autor
Víctor Molina Pozo
Madrid. Redactor del Atlético de Madrid B. Hasta junio de 2015 fui Moderador de contenidos de VAVEL. También Coordinador y redactor del Atlético de Madrid. Gestioné la cuenta @Atleti_VAVEL. E-mail de contacto: [email protected]