Bienvenidos al paraíso. El FC Barcelona entró en la historia en el 2009 por conseguir la triple corona y además hacerlo con un fútbol brillante, espectacular, excelso. El 13 de mayo del 2009 el Barça de Guardiola escribió la primera hoja de su historia en cuanto a títulos se refiere.

Mestalla, Valencia. La final de la Copa del Rey enfrentaban a los dos 'reyes' del torneo del 'KO'. El Athletic Club, equipo copero por excelencia, volvía a la gran final tras 25 años después, cuando vencía propiamente al conjunto azulgrana por 1-0. El Barça, por su parte, llevaba más de una decada sin levantar el título y era la primera piedra en el camino hacia el triplete que conseguiría apenas 15 días después.

Caparrós y Guardiola, técnicos opuestos pero con sus similitudes, equipos llenos de canteranos y dos aficiones volcadas con sus plantillas. La final disputada en Valencia fue de las más bonitas y emotivas y que tuvo como resultado a dos equipos satisfechos. Tanto catalanes por ganar como vascos por llegar salieron satisfechos y orgullosos de la Copa realizada.

La ilusión venció durante media hora

La final fue de color azulgrana, del Barça, pero no durante los 90 minutos del choque. El comienzo fue igualado e incluso de color rojiblanco. Los vascos salieron con la ilusión y las ganas de aquel que no tiene nada que perder.

Disfrutando con el partido, sabedores que era una oportunidad única y que muchos de ellos no se verían en otra situación similar, el Athletic dominó no solo el juego sino también el marcador en los primeros compases.

Yeste, jugador con más calidad del equipo de Caparrós, amenazaba desde lejos a Pinto, portero copero durante la etapa de Guardiola. Y Llorente, el rey león, fijaba a la pareja prácticamente inédita hasta ese final de temporada, Piqué y Touré Yaya.

Toquero, Gaizka Toquero, el jugador que, quizás, mejor representaba la ilusión y oportunidad que vivía el Athletic fue el encargado de hacer saltar la sorpresa en forma de gol. A los nueve minutos, cuando apenas los jugadores se habían acoplado, el delantero cabeceó a la red un córner desatando la locura en Mestalla, donde la mayoría eran seguidores vascos que soñaban con la campanada.

Los azulgranas poco a poco se fueron haciendo con el tempo del choque a lomos de unos notabilísimos Xavi Hernández y Lionel Messi, que se echaron el equipo a la espalda apoyados en la pareja de centrales Toure - Piqué, que poco a poco fueron llevando al conjunto azulgrana arriba.

El marfileño, reconvertido para la causa en ambas finales, enfriaba a los vascos con una conducción ya para la historia de la Copa del Rey. Arrancando en el centro del campo y sorteando, por potencia, a todos los rivales que se le aparecían en su camino al gol. Su disparo, raso y seco, superó a Gorka empatando el partido.

El choque en ese momento murió. Solo habían empatado pero a partir de ahí los azulgranas se vieron ganadores y los bilbaínos contemplaron a un rival superior que, poco a poco, fue conquistando la Copa en Mestalla.

Un equipo para la historia

Tras un descanso que quiso agradecer el Athletic, lo vivido en la segunda mitad, sobre todo en sus primeros quince minutos fue puro éxtasis. Los azulgranas golearon hasta tres veces en el primer cuarto de hora de la segunda parte.

Messi, Bojan y Xavi, tres canteranos, tres futbolistas surgidos en La Masía, golearon a la ilusión vasca, que lloraba tristemente ante uno de los mejores equipos de la historia del deporte.

Foto: Mundo Deportivo

El argentino recogió un cuero en el corazón del área para fusilar a Gorka, que apenas pudo hacer nada en ningún tanto. Tampoco pudo evitar el de Bojan, a la contra, cuando el Athletic agonizaba.

Xavi puso la guinda a un pastel de color azulgrana, como todos los de aquella temporada. El mejor Barça comenzaba su andadura triunfal en Copa del Rey y ante el Athletic Club, un conjunto, el vasco, que también venció esa noche. No se llevó el título pero sí el orgullo, el de plantar cara a todo un campeón.