Cuatro veces de manera consecutiva campeones de liga, más una Coppa Italia remontada a la Lazio hace unos días. Un equipo construido por Antonio Conte al que Massimiliano Allegri, otrora entrenador de un Milan fatigoso para el Barça, le ha dado un impulso decisivo para que un equipo que no pasaba de cuartos desde antes del Calciopoli que le descendió a Serie B, llegara a Berlín. Ese es el cartel de presentación de una escuadra que ha dejado en el camino a Borussia Dortmund, Monaco y Real Madrid. A veces jugando bien, otras jugando menos bien, pero sin perder ningún duelo de eliminatoria.

Armas juventinas

Once de la Juventus en el Santiago Bernabéu (1-1)

Sin embargo, ese cartel no impresiona demasiado en Can Barça pues la historia reciente del Barça es, incluso, superior. Es cierto que es difícil encontrar un apartado en el que la Juventus supure con claridad al Barcelona (la experiencia de Buffon por la de ter Stegen, la potencia física en el centro del campo y poco más), sin embargo, la Juventus tiene armas para ganar a cualquiera. Más a partido único. Primero porque su repliegue bajo es muy correcto. Sea con cuatro defensas o con tres centrales (sistema de la epoca Conte y que es más fiable), la Juventus planta dos líneas que se juntan bien y estrechan el campo.

Defensa organizada, velocidad en ataque y Pirlo, claves

Segundo porque en ataque cuentan con jugadores con una técnica individual de primer nivel (Pogba, Vidal -que no está cuajando un buen año-, Tévez, Morata, etc.), que son capaces de atacar en estático y que son mortíferos al espacio. En el primer ambito destaca la movilidad y libertad de Tévez (un 10 en el sentido estricto) por todo el campo. En el segundo, cuando hay que correr, la velocidad de Morata y el propio argentino, con caídas de uno de ellos a banda (normalmente a la izquierda, pues en la derecha Lichtsteiner tiene más despliegue). El que no haya caído a banda, estará dentro del área junto a varios llegadores de gran nivel: Pogba y Vidal (que no están en su mejor momento, pero siguen siendo jugadores TOP), y en menor lugar Marchisio, llegador por naturaleza, pero que este año contiene más al resto y que cuando no ha estado Pirlo, ha sido el pivote o regista. Todo esto ocurre a gran velocidad. Ahí, la defensa culé (como cualquier otra) desorganizada sufriría y obligaría a aparecer a ter Stegen.

Y tercero porque cuenta con Andrea Pirlo. Desde su posición de regista, es perfecto para lanzar contragolpes, siempre acertado para superar las primeras líneas de presión culé aunque haya perdido un punto de velocidad a su edad y muy dañino en todo tipo de balón parado. Sin embargo, jugar con Pirlo también tiene un componente negativo. Ya no es 100% fiable por esa falta de velocidad comentada. Al ser un mediapunta reconvertido a pivote se entienden además sus carencias defensivas. Sin embargo, para Allegri, Pirlo es inamovible.

Pirlo es insustituible para Max pero podría no serlo. Un centro del campo con Marchisio de regista, Vidal como interior derecho y Roberto Pereyra de mediapunta sería seguramente más completo a la hora de defender y de mantener un ritmo alto de partido. Pereyra o incluso Sturaro (jugó en la ida de semifinales) son centrocampistas hábiles con gran potencia y que serán importantes en el futuro a corto plazo de la Vecchia Signora. Sin embargo, Berlín les llega pronto. Lo normal es que Pereyra tenga minutos, de todas formas.

Plan A
Plan A
Plan B

En cuanto a la alineación de la Juventus, mucho se ha hablado de las posibles opciones que cuenta Allegri. El técnico de Livorno contará con la importante baja de Giorgio Chiellini. Importante en el aspecto defensivo y anímico del equipo. El central zurdo es el Carles Puyol o el Javier Mascherano de las turineses. Andrea Barzagli (campeón del mundo diestro, lo que haría cambiar de costado a Bonucci) o Angelo Ogbonna (zurdo, pero inexperto y de rendimiento irregular desde que llegase al Juventus Stadium) le suplirán. El plan A de Allegri siempre ha sido el 4-3-1-2 (imagen izquierda), dejando el plan B (3-5-2, imagen derecha) para situaciones concretas de partido (con superioridad en el marcador) o cuando contaba con bajas importantes (final Coppa Italia). Veremos si Allegri mantiene su librillo o refuerza con elementos no esperados como Padoin, Pereyra o Sturaro.

El genio y sus secuaces

Tras todo un año hablando del Barcelona y de cómo prerarar sus partidos, parecería repetitivo comentar las facultades del conjunto de Luis Enrique que no cuenta con bajas. Iniesta finalmente se ha recuperado, aunque si ocurriese algún contratiempo, Xavi tendría más protagonismo del esperado. Mascherano, como capitán invisible que es, será el titular en el centro de la zaga. Mucho trabajo tendrán porque Morata y Tévez es una sociedad no limitada en cuanto a recursos. Menos para iniciar la salida de balón pues no es de esperar una presión asfixiante durante mucho tramo del partido por parte de la Juventus. El resto del once lo sabe el menos aficionado a este deporte.

Por encima de todas las armas culés destaca un pequeño rosarino. Más allá de la presión alta, de la sobriedad de Gerard Piqué o Busquets, del movimiento de apoyo o ruptura de Luis Suárez, de la pausa de Iniesta, de la inteligencia de Rakitic, quien puede ganar la final es Lionel Messi. Tampoco descubrimos América. Sin embargo, el arma Messi hay que recordarla pues es en las finales cuando el "10" suele sacar todo su magia de la lámpara de los deseos. Evra, Bonucci, Pogba y Marchisio debeán de estar muy pendientes. Veremos si salen a buscarle o si le esperan. Aunque si Messi tiene un día más o menos rutinario, no habrá táctica o técnica que le sujete en noventa minutos. Ya sea en un potrero argentino o en el Estadio Olímpico de Berlín en una final de Champions League.