Complicada temporada la que ha vivido el bueno de Jordi Masip, la primera en el Camp Nou. Toda vez que su andadura por las categorías inferiores del FC Barcelona ha sido labrada a base de trabajo y sacrificio, el primer equipo es algo más que todo eso y, por el momento, no ha sido capaz de superarlo.

Tras una excelsa temporada en el filial azulgrana, su presencia en el primer equipo era casi obligación por parte de Luis Enrique, quien quiso valorar la progresión de Masip otorgándole una ficha en el equipo pese a que las llegadas de Ter Stegen y Bravo le iban a quitar el protagonismo en los partidos.

En pretemporada jugó poco, puesto que los tres cancerberos se rotaban por igual. El catalán disputó 45 minutos en Huelva ante el Decano del fútbol español y 90 ante el Helsinki en tierras finlandesas. Sin goles encajados, tuvo que esperar hasta la Supercopa de Catalunya para volver a vestirse de corto. 

En el torneo no oficial ante el Espanyol, Masip encajó su primer tanto con el primer equipo con un disparo de falta de Arbilla que entró por la escuadra. Más tarde, en los penaltis, el cancerbero le dio a su equipo la victoria.

Apenas 180 minutos oficiales repartidos en dos partidos, uno de Copa ante el Huesca y otro de Liga, ante el Deportivo. Ambos en el Camp Nou, el primero ante el Segunda B finalizó con un rotundo 8-1 y el meta solventó casi todo el trabajo menos un remate a la salida de un córner en el que poco pudo hacer. En Liga, ante los coruñeses, un empate salvó al Deportivo cuando los culés ya eran campeones. Los dos tantos, en la segunda mitad, con disparos lejanos a los que poco pudo hacer.

Así, Masip pasó un año sin pena ni gloria. Debut en el marco del Camp Nou, triplete, pero sin protagonismo.