Andaba inquieto el aficionado culé estas últimas semanas. Inquieto por la plaga de lesiones que asola a la plantilla a raíz de la irregular pretemporada en tierras americanas; inquieto también por el tema de las bajas como Adama, Deulofeu, Xavi y Pedro. Iniquieto por una plantilla que se avecina corta hasta el nuevo año. Pero sobre todo inquieto por no poder disfrutar de su Octava maravilla: Sus tres caníbales del gol. Un trío que arrasó en España y Europa la temporada pasada logrando la friolera de 122 goles.

Con la Supercopa de Europa en las vitrinas, el Barça se vio sorprendido ante un bravo Athletic en la Supercopa de España, viendo así escapar la posibilidad de completar un nuevo Sextete. El equipo de Luis Enrique pagó el sobreesfuerzo de tantos partidos seguidos a estas alturas de temporada, sumado a la escasez de efectivos importantes disponibles para tales encuentros. Y entre las bajas, una sobresalía por encima del resto: la baja de Neymar fue haciéndose más latente a medida que el Barça afrontaba los primeros compromisos oficiales.

Un Messi estelar tiró del carro en el primer partido frente al Sevilla, secundado por sus compañeros de batalla Suárez y Pedro. Luis Suárez hizo lo propio en el último partido frente al Athletic, otorgando al Barça tres puntos de esos que se recuerdan por el mes de abril. En medio, los dos partidos de Supercopa, en los que se echó más en falta que nunca a la tercera punta del tridente. Acusando el Barça la proximidad de los partidos, la falta de frescura impedía una rápida circulación de balón, y el argentino y el uruguayo tuvieron un bajón producto del cansancio. Si Messi y Suárez hacen de Neymar un jugador capital, no lo es menos al revés. El brasileño, incesante y desequilibrante en el uno contra uno, ofrece una infinidad de movimientos y espacios a sus dos compañeros. Con el '11' en el campo, las defensas tienen que multiplicarse ante la avalancha de caníbales del gol que se les viene encima.

Y ese momento ha llegado para alivio de la parroquia azulgrana. Tras solventar con apuros el choque en La Catedral, Luis Enrique pondrá a sus tres tenores en el ataque frente al Málaga el próximo sábado en Liga. Un rival que sacó los tres puntos del Camp Nou el pasado año y que espera ponerles las cosas igual de difíciles. De hecho, ninguno de los miembros de la MSN fue capaz de perforar la red malagueña en aquel 0-1. Con Neymar recuperado al 100% de las paperas, Messi recupera a su mejor socio para volver a hacer diabluras.

La movilidad echada en falta en los anteriores partidos debe pasar a una asociación perfecta entre Suárez, Messi y Neymar, similar a la que ya ofrecieron en el Gamper el pasado 5 de agosto. Sólo así el Barça volverá a ser ese equipo voraz que demostró ser el año pasado. Puede que Messi se duerma en ciertos minutos del partido, pero ahí estará Neymar para activar su banda izquierda con los desdoblamientos de Jordi Alba. Puede que Luis Suárez no tenga el día de cara al gol, pero ahí estará Messi para resolver la papeleta con alguna jugada de genio. O puede que Neymar no esté inspirado en el uno contra uno, en todo caso siempre quedarán los goles de 'killer' de Luis Suárez, como lleva demostrando desde la pretemporada. Y es que ya saben, parar a uno puede ser tarea más o menos fácil, pero parar a los tres, ya es cosa de un milagro.