La temporada 2014/15 para uno de los canteranos azulgranas fue beneficiosa en cuanto a éxitos, ya que el club consiguió todos los posibles, pero, si no perjudicial, sí intrascendente para su carrera como futbolista. Sergi Roberto, el delicado centrocampista del FC Barcelona, no entró en los planes de Luis Enrique todo lo que le hubiera gustado el pasado año futbolístico. Pero hay algo que extraña en su situación, y es que el entrenador asturiano, pese a no darle minutos de manera continuada, confía en las virtudes del futbolista, y cree que puede ser una pieza clave en el futuro cercano de la entidad. Prueba de ello dejó "Lucho" cuando intentó que Sergi entrase en la dinámica de una manera u otra, ubicándolo en variedad de puestos.

La posición ideal del jugador criado en La Masía es la de interior derecho, delante del medio centro y tras el grupo de atacantes, para entenderlo, la de Rakitic actualmente o Xavi en tiempos pasados en el equipo barcelonés. Tan gran competencia prácticamente impidió que Sergi se asentase, y sabedor de ello, el técnico intentó reinventarlo. La temporada pasada disputó varios encuentros como interior izquierdo, sustituyendo a Andrés Iniesta, y con un rol similar al de su puesto: encargado de enlazar centro del campo y delantera. Pero por lo que quiera que fuese, no terminó de encajar en el perfil siniestro, y los encuentros jugados allí no le hicieron brillar. La siguiente prueba fue como medio centro organizador posicional, sustituyendo a Busquets delante de los centrales. Su función en esa zona era diametralmente opuesta a la que él acostumbra a realizar. Aquí debía ser el ancla del equipo, y buscar minuto a minuto la posición ventajosa para comenzar la elaboración de la jugada. No lo hizo mal, el juego fluyó por momentos, pero principalmente contra rivales de poca entidad, no teniendo continuidad ante otros de mayor nivel.

Tras la carencia de minutos la pasada temporada, y viendo peligrar la gran evolución que le hiciera ser definido por la crítica como uno de los centrocampistas de mayor nivel pasados recientemente por la cantera azulgrana, se presentaba la incertidumbre de si lo mejor para su situación sería la continuidad o el traspaso. Finalmente se optó por la segunda de las opciones, y Sergi Roberto continuará, a priori, un año más, como mínimo, en el equipo de la Ciudad Condal, y gran parte de la responsabilidad de ello la tiene su entrenador. Luis Enrique volvió a pedirle paciencia a principios de verano, instándole a seguir trabajando como hasta ahora y asegurándole que le llegaría su momento… y éste llegó. Durante toda la pretemporada Sergi Roberto ha jugado partido tras partido, muchos de ellos como interior, destacándose como uno de los mejores jugadores del período preparativo para la temporada recién iniciada. En principio lo normal, si no fuera porque "Lucho" volvió a "experimentar" con las cualidades del volante, probándolo en varias ocasiones un una posición totalmente desconocida para él, la de lateral derecho.

Sergi sustituye a Dani (foto:UGSvision)

Ya en pretemporada jugó ahí ante la ausencia de Dani Alves y la no participación del fichaje Aleix Vidal, y cumplió, lo que llevó al míster a reconocer que, efectivamente, Roberto podía ser un perfecto recambio para la zona derecha de la línea defensiva. Dadas sus características, las declaraciones del asturiano, alabando su juego en dicha zona, no fueron tenidas en cuenta por los aficionados y expertos, pero en la primera jornada liguera llegó el momento de silenciar a la crítica. Sergi entró en sustitución del lesionado Dani Alves, en la primera mitad del partido contra el Athletic de Bilbao. Frente a él tenía a uno de los futbolistas más en forma del conjunto vasco, el recién ascendido del filial, máximo goleador la pasada temporada, Sabin Merino, quien ya dejó muestra de lo que puede ser capaz en la final de Supercopa de España, contra el mismo Alves, a quien quebró cabeza y cintura a partes iguales. El equipo azulgrana se mostró en este partido escaso de ideas y débil de físico, y Sergi Roberto se erigió en líder, sin ningún pudor, con gran confianza y la conveniente dosis de altivez para triunfar. Desde el primer minuto de juego solicitó el balón para la salida, tocando sencillo y apoyando todas y cada una de las jugadas de ataque barcelonista, tanto en estático como en transición. Llegó arriba y penetró como cuchillo en mantequilla por el costado defendido por Balenziaga, generando la mayoría de ocasiones de peligro de su equipo. Si se pensaba que algo pudiera faltarle para ocupar su recién estrenada posición, era complexión física y velocidad. Sergi mostró que lo primero es secundario si sabe usarse el cuerpo correctamente, ya que anuló, literalmente, al extremo izquierdo bilbaíno, robándole gran cantidad de balones, y que lo segundo es una falsa apreciación externa, dando cuenta de su velocidad en varios adelantamientos en carrera en balones divididos contra Susaeta o Adúriz, jugadores no exentos de rapidez.

Defendió bien, atacó mejor, creó y estuvo aquí y allá en cada jugada; no se puede saber si llegará a asentarse en su nueva ubicación, pero habrá que confiar en las palabras de Luis Enrique. Buen posicionamiento, recorrido, anticipación, brega, salida en combinación y llegada a línea de fondo son virtudes que parece dominar. Tácticamente, en cuanto a trazar líneas de fuera de juego, bascular con sincronización o entenderse con los centrales, son aspectos que deberá pulir con el paso y la acumulación de partidos. Alves estará ausente entre tres y cinco semanas, Vidal, hasta enero, por tanto, en este período de tiempo le toca demostrar su valía midiéndose únicamente al polivalente brasileño Adriano Correia. De cumplir las expectativas generadas está claro que los seguidores perderán algo: un excelente centrocampista creativo, su visión de juego y llegada en segunda línea, pero ganarán más: unas aportaciones parecidas adaptadas al nuevo rol, y principalmente la posibilidad de ver tamaño talento sobre el terreno de juego, que es donde merece estar, lejos del banquillo de suplentes.