Posesión, posesión y posesión. Si el Barça quiere sacar los tres puntos del Coliseum Alfonso Pérez deberá ir con todas a recuperar ese patrón que en la época más laureada era inamovible.

Una vez se habla de 'plan B' o un 'nuevo Larsson' para el equipo culé se pone en entredicho aquello que siempre funcionó y es que el Barça solo venció cuando fue esclavo del juego de posición y de una rápida y eficaz circulación de balón, teniendo en los interiores a su timón, más allá de los delanteros que son los que, en la actualidad, marcan la diferencia.

El equilibrio y la creación

Dentro de un equipo con Neymar, Luis Suárez, Ivan Rakitic o Andrés Iniesta, un jugador lo cambia o lo mantiene todo con su sola presencia. Sergio Busquets, el ancla y alma del Barcelona. Fue el que mejor entendió, o el que más memorizó aquelló que entrenó con Pep Guardiola y ahora, cuando todos quieren cambiarlo, es él quien lo mantiene a flote.

Su posición, la de pivote o mediocentro de contención, ha sufrido una variación tras las numerosas lesiones que ha sufrido el equipo culé y ahora se le ve actuando más como interior que como eje, como medio. Sin embargo, más allá de las posiciones, el de Badia es el líder de una medular que se deshace por momentos y que apenas tiene al '5' como jugador franquicia en ella.

Con las bajas de Iniesta, que puede reaparecer en Getafe, Rafinha y, sobre todo, Leo Messi, la creación culé quedó tocada. Ante la baja del '10', se echaba de menos la figura que siempre estuvo en Xavi, la de poder mover y remover el balón buscando la mejor opción. Sin Messi el Barça es un equipo más plano, con menos magia, pero que puede seguir siendo un equipo reconocible.

Y si el Barça, por pocos momentos, lo parece es gracias a la labor de Busquets. Sin la calidad necesaria para jugar adelantado, Sergio se basta de su innata condición mental para jugar y hacer jugar a los suyos desde cualquier punto de la zona atacante. Ya sea de interior derecha o izquierda, el catalán se echa el equipo a la espalda y genera para que, Neymar y Suárez no sufran en exceso la baja del argentino, el mejor socio para todos. Así pues, Busquets en la piedra angular para que el Barcelona siga creando ocasiones a través del balón, de la posesión.

El desequilibrio exterior e interior

Tan importante es equilibrar como desequilibrar. Es más, sin equilibrio, no suele lograrse el desequilibrio y si Busquets es la pieza angular para equilibrar, dos futbolistas se antojan fundamentales para desequilibrar a la defensa getafense, que saldrá a tapar espacios y a no dar muchos metros a la espalda de sus centrales.

Jordi Alba y Neymar Jr; Neymar Jr y Jordi Alba. Entre ellos anda el juego por fuera y también por dentro. Busquets las crea, Alba rompe líneas al espacio y Neymar desequilibra con y sin balón. Ejercicio simple para que el Getafe no se encuentre un equipo plano, sin profundidad con el balón. La dupla Alba - Neymar también se ha resentido, quizá en exceso, de la baja de Leo Messi. El generador del desmarque del brasileño por dentro para ocupar el lateral su espacio por fuera quedó en nada tras la lesión de Messi y ahora el rendimiento, sobre todo del de L'Hospitalet, ha quedado en bajo nivel.

Para suplir esa falta de profundidad desde el lateral, un interior con recorrido debe ser la solución para generar espacios y conectar a Alba con Neymar. Sergi Roberto cumple a la perfección ese rol, si es que consigue encontrar el ritmo tras la lesión muscular del pasado partido de Champions ante el BATE. El de Reus aporta el toque para combinar con Busquets en la salida y el arranque y potencia para dividir con Alba y conectar con Neymar.

Así, Busquets, Alba, Neymar y Sergi Roberto como piezas básicas y el estilo como forma innegociable de buscar una victoria que se basará en paciencia y en una rápida y eficaz circulación de balón. Getafe solo se conquista con los orígenes del desequilibrio.