Mucho se dice de la crisis española y de la abrumadora cantidad de jóvenes (y no tanto) que han tenido que buscar su oportunidad laboral fuera del país. Alemania, Inglaterra, Polonia... en busca de un trabajo con el que ganarse la vida: emigrar. Cada vez son más y más, y es que, quizás, no hay sitio para todos. 

Algo parecido ha pasado con los jóvenes canteranos de La Masía. Promesas desde pequeños, talento desbordante, pero una vez llegados al Barça B no todos se conforman con jugar en Segunda División. Con Pep Guardiola en el banquillo, se hizo la luz en la 'pedrera' cuando eran bastantes los que empezaban a contar en el primer equipo: Busquets, Pedro, Bojan,... había ilusión, pero como en España, no hay sitio para todos.

Prueba de ello han sido las continuas salidas de muchos integrantes del equipo que dirigía Eusebio Sacristán (ahora Gerard López) en busca de oportunidades. Y entre los que cogieron el equipaje y se marcharon, más de uno puso rumbo a Vigo, donde el Celta les daba una oportunidad para disputar la Primera División, la categoría de oro del fútbol español. Los gallegos serán el próximo rival del Barcelona en la 25ª Jornada de Liga (domingo 14 de Febrero, 20.30h, Camp Nou).

La primera piedra

Corría la temporada 2010/2011 y el Barcelona B, filial azulgrana, terminaba la Liga Adelante (Segunda División) con su mayor logro, quedando en 3ª posición. En esa época, el técnico que se sentaba cada fin de semana en el banquillo del Miniestadi era Luis Enrique, amigo y excompañero de Pep Guardiola, que mandaba en el primer equipo. Una temporada histórica y para enmarcar, que llevó al técnico asturiano al fútbol de primer nivel fichando por la AS Roma, de la competición italiana.

Tras un breve paso por el fútbol italiano y con Bojan en sus filas, Lucho decidió cambiar de aires, tomarse un tiempo, para terminar fichando por el Celta la temporada 2013/2014 y demostrar, nuevamente, que sabe hacer las cosas bien.

Tanto éxito y revuelo, tras una pisada de Gerardo 'Tata' Martino por el banquillo del Camp Nou, llevó a Luis Enrique a volver a casa, a poner rumbo Barcelona para reencontrarse con los suyos. Y no vino solo: su éxito en tierras gallegas no se entendía sin una de sus piezas fundamentales, Rafinha, que no dudó en volver y de nuevo jugar con sus compañeros de la época gloriosa del filial (Marc Bartra, Sergi Roberto, Pedro,...).

Una defensa catalana en tierras gallegas

Si hay algo que gusta en el fútbol gallego son los defensas azulgranas. Tres de los titulares de Berizzo en la zaga defensiva son hechos en la Ciudad Condal y mimados por el ADN de Can Barça: Andreu Fontás, Sergi Gómez y Carles Planas.

Fontás, Planas y Sergi Gómez, defensas azulgranas en el Celta

Los tres, muros a batir cuando el filial consiguió grandes logros, se marcharon a Vigo cuando vieron que con Pep Guardiola no podrían hacerse un hueco permanente. Lo intentaron, debutaron y sonrieron, pero el fútbol les pedía más y la oferta de jugar con los mejores equipos del país les tentaba, por lo que no dudaron en firmar como 'celestes'. Pese a que el domingo Fontás no podrá hacer pareja de centrales con Sergi Gómez, este último y Planas apuntan a ser titulares en el Camp Nou, la tierra que les vio nacer, y jugar ante los 'campeonísimos' de su querido Luis Enrique.

Pese a salir del filial, ya apuntaban talento y prueba de ello es el 4-1 que le endosaron los gallegos a los catalanes a principios de la presente campaña. El Celta ya amenaza: no son un equipo fácil y se mantienen en la séptima posición de la Liga, a pocos puntos de jugar en Europa.

Nolito, reencuentro pendiente

La estrella 'celeste', el que más despunta entre un equipo hecho a base de humildad, es Nolito, el exdelantero del filial azulgrana. Tras recoger todas sus pertinencias del vestuario del Miniestadi, el de Sanlúcar de Barrameda probó suerte en el fútbol portugués, siendo un integrante notable del Benfica. Pero el Celta se interesó por él y por su talento, por lo que cruzó la frontera y se estabilizó en Galicia.

Luis Enrique quiere a Nolito en su equipo

Goles por doquier y mucho desequilibro en la zona ofensiva hicieron saltar las alarmas de la directiva azulgrana que, tras perder a Pedro y con el regular rendimiento de Munir y Sandro, veían en el gaditano un excelente suplente del mágico tridente. Todo parecía apuntar a que este invierno, cuando el Barcelona ya podía incorporar jugadores, Nolito regresaría a casa por Navidad, pero las cosas se torcieron. La negativa del Celta y la poca determinación de Bartomeu y sus hombres han terminado en "nada": Nolito en Vigo, Munir y Sandro en Barcelona.

Aun así, él no regresará mañana en el Camp Nou: está lesionado y no ha llegado a tiempo, pero seguro que llegará el día de volver, porque se le espera.