Se terminó el sueño. El filial de Gerard López deberá esperar a la próxima temporada para intentar regresar a la categoría de plata. Un gran gol de Rafa Mújica desde el pico del área ponía por delante a los azulgranas antes del descanso, pero tras la reanudación, Fali vería la segunda cartulina amarilla y en apenas cinco minutos, los arlequinados le daban la vuelta al marcador con goles de Alcañiz y Agus. Sería Bruno Vinicius el que cerraría el partido tras rematar en boca de gol un preciso centro de Marc Fernández desde el costado derecho a falta de 10 minutos para el pitido final.

Regreso al 4-3-3

Gerard López volvió a apostar por el habitual 4-3-3 con la presencia de Aleñá y Mújica como ya hiciera en el partido frente al Badalona la jornada anterior. El joven canario estaría acompañado por Cámara y Alberto Perea, que regresaba tras sufrir unas molestias en el aductor de la pierna derecha en la final de la Copa Catalunya precisamente contra el CE Sabadell. En las dos anteriores jornadas, frente al Llosetense y Badalona (ambos fuera de casa), pudimos observar como el técnico de Granollers recurría a un 4-4-2 con ciertos matices que prescindía de jugadores en las bandas debido a las reducidas dimensiones del terreno de juego. El esquema táctico trajo consigo una victoria y un empate, pero con la sensación de que el equipo no terminaba de amoldarse a la disposición táctica y eso provocaba que las situaciones de gol fueran escasas y tuvieran ciertas dificultades defensivas. La vuelta a la formación habitual mejoró notablemente la circulación del balón y la amplitud en el juego. Los extremos jugaron un papel esencial desbordando una y otra vez a sus respectivos marcadores y generando superioridades en tres cuartos. Samper volvió a tener libertad para orquestar al equipo acompañado de la contundencia de Gumbau y la calidad de Carles Aleñá.

Mújica se doctoró como falso 9

El joven canario de tan solo 17 años volvió a ocupar un puesto en el once inicial tras dejar muy buenas sensaciones en las últimas dos jornadas, una de ellas como titular. No obstante, no habíamos podido verlo como referencia solitaria en ataque: sí como acompañante de Salva Chamorro en el 4-4-2 y como extremo derecho en la final de la Copa Catalunya. Mújica, a diferencia de Dani Romera, lo hizo como falso 9, bajando a recibir constantemente entre líneas para combinar en corto o jugar con los extremos y así aprovechar la velocidad de Cámara y Alberto Perea. Gumbau y Aleñá se desplazaban ligeramente de su zona de influencia para el canario pudiera recibir de espaldas con espacios y poder orientarse rápidamente hacia el arco rival. Sus movimientos generaron superioridad por dentro y de esta forma llegó el primer tanto del partido. Mújica retrasó su posición prácticamente hasta la zona de creación para tocar en corto con Samper que, tras triangular de manera brillante con Moi y Gumbau, se la cedió al canario en el borde del área. Recortó magistralmente a su defensor y se sacó un grandísimo disparo que terminó entrando por la escuadra.

La zona de promoción, una utopía

Los de Gerard López podrían distanciarse a 15 puntos de los puestos de playoff a falta de cinco jornadas para el desenlace de la competición en caso de que el Hércules consiguiera sobreponerse al Cornellà, uno de los equipos revelación de la temporada. No obstante, los azulgranas no dirían adiós de forma matemática puesto que poseen el gol-average con el conjunto alicantino. La dinámica ganadora del filial en esta segunda vuelta les hizo soñar con alcanzar la zona privilegiada de la tabla a pesar de que ocupar los puestos de descenso durante gran parte de la temporada, pero el sueño poco a poco fue difuminándose con las derrotas frente al Lleida y Reus y terminó confirmándose de manera virtual con el empate en Badalona. Deberán esperar a la próxima campaña para volver a luchar por regresar a la categoría de plata de nuestro fútbol.