Dos años ya hace desde que Tito Vilanova, primer entrenador del Barcelona campeón de Liga en la campaña 12/13, falleciera a causa de un cáncer en la glándula parótida en la primavera del año 2014. Un golpe duro, el más duro que haya sufrido el barcelonismo con casi toda seguridad en sus más de cien años de historia. Un hombre humilde, ejemplar. Barcelonista de cuna. Amigo de todos y cada uno de la familia barcelonista y al que el destino no le permitió, en su totalidad, cumplir aquel sueño que siempre había soñado.

Segundo entrenador del que se considera el mejor Barcelona de la historia a manos de Pep Guardiola, Vilanova accedió a dirección técnica del club tras la marcha de su homólogo y amigo una vez terminada la temporada 11/12. Con jugadores como Lionel Messi, Cesc Fábregas o Gerard Piqué, a los que en su momento había dirigido en la categoría cadete, Tito Vilanova conseguiría igualar la Liga de los cien puntos de Mourinho y proclamarse campeón de Liga tras el triunfo blanco de la campaña anterior. Una Liga de récords en la que el cáncer comenzó a hacer actos de presencia, como había ocurrido con Eric Abidal, y que ya nunca desaparecería. Dejando al Barcelona huérfano durante muchos momentos de la campaña.

Cada título, el mejor homenaje

Tras descartar su continuidad la temporada posterior a causa de su enfermedad, ésta pudo con él en la primavera de 2014 provocando un mazazo casi insuperable para un vestuario y una institución que nunca han podido borrarlo de su mente. Hoy, lunes 25 de abril de 2016 la figura de Tito brilla en la mente de todos los culés. Motivador. Gran entrenador. Mejor persona. Un año sí y otro también no hay mejor dedicatoria para un barcelonista de cuna que los propios títulos. Una Liga. Tres partidos para cerrarla y el mejor homenaje posible.

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Sobre el autor
Manuel Domínguez Rodríguez
Periodista graduado en Santiago de Compostela. Ourense 1992. Si el azar no me quiso dar pies para golpear un balón por lo menos que me de manos para escribir sobre el cuero. Colaborador con Elfútbolesnuestro. Toco y me voy.