Jeremy Mathieu ha vuelto esta semana a los entrenamientos tras su operación de rodilla en la que se extirpó el menisco de la pierna derecha. El francés eligió la opción más arriesgada y agresiva, ya que no era necesaria la intervención quirúrgica: “Decidí extirpar el menisco antes que suturar para estar en la Eurocopa y estar con mi club también. Todo era prioritario. Si hubiéramos cosido, habría podido volver y recaer pero sé que no será ese el caso. Cuando me retire ya veremos qué pasa. Cuando tenga 60 años puedo ir cojo pero lo principal para mí es aprovechar mi pasión por el fútbol. Estoy cerca del fin de mi carrera”, explicaba.

Así, parece que la recuperación va bastante bien, y todo indica que estará a punto para estos últimos partidos con el Barcelona y con la selección gala: “He recuperado un poco la sonrisa. Todo dependerá de la elección del seleccionador pero físicamente estaré disponible para la Eurocopa. Cuando me lesioné pensé que estaba maldito. Sentí un crujido fuerte, pensé que me había roto los cruzados. Cuando supe que solo se trataba del menisco fue un alivio. Rápidamente levanté la cabeza para volver lo antes posible”, admitía Mathieu.

El central, que en el mes de octubre cumplirá 33 años, que sabe que no le quedan muchos más años en el fútbol al máximo nivel, es optimista:  "Soy más mayor, es más difícil subir y bajar la banda, pero todavía estoy en condiciones de rendir", decía, y terminaba explicando que para él no es un problema jugar de lateral izquierdo: "Prefiero jugar como central, pero por supuesto que jugaría en la banda izquierda, si no debería cambiar de trabajo", concluía con ironía.

Habrá que ver si, tal y como ha dicho Luis Enrique, recibe esta semana el alta médica y está a punto para las tres finales que le quedan al equipo.