La Liga pasaba por el Benito Villamarín en un atardecer sevillano lleno de color. Los béticos llenaban el estadio para apoyar a los suyos e intentar atragantar el partido a los azulgranas, como bien decía el guardameta Adán en las últimas horas. Estos, por su parte, sabían que solo les valía con ganar, pues los equipos de la capital habían sumado sus tres puntos.

El encuentro ha arrancado con pausas, interferencias entre un césped largo y Mateu Lahoz con su famoso 'Sigan, sigan', pero el Barcelona tenía las ideas caras: si el centro se colapsaba era necesario encarrilar las bandas. Y así se han encargado de hacerlo Alves y Jordi Alba, abriendo el campo y concentrando el juego en los bordes.

La primera la ha tenido el lateral izquierdo que, intentando centrar al área, por poco no ha sorprendido a Adán. Messi y Neymar intentaban asociarse y crear peligro, hoy con Suárez más desaparecido, pero la portería se hacía cada vez más pequeña.

El Villamarín estalla de impotencia

La temperatura ha empezado a subir con el repertorio de amonestaciones del colegiado valenciano. Las primeras, entendibles. Pero después ha empezado a torcerse la cosa: primero era Messi quien, por aparentemente protestar, veía la cartulina amarilla; a él se le ha sumado Westermann, que sentaba en el suelo al argentino.

Pero no todo ha quedado ahí: Petros se interponía en la trayectoria de Neymar y Mateu Lahoz lo ha visto, por lo que no ha dudado en levantar el cartón. Esto ha desatado la poca paciencia de la afición bética, que abucheaba la acción y crispaba los ánimos del estadio, hasta de Merino, el entrenador de los sevillistas.

Mateu Lahoz desquicia a la afición bética

Y si dos flores no hacen primavera, Westermann se vengaba de Rakitic y terminaba a la calle, viendo la primera roja y dejando a los suyos con un hombre menos por los 55 minutos que aún restaban de partido. Era el momento perfecto para que el Barcelona diese un paso al frente, pero no ha habido espacio para colar la esférica antes del descanso.

La Liga sigue siendo azulgrana

El descanso ha servido para dar aire a ambos equipos y al feudo bético. A la vuelta de vestuarios, los azulgranas han salido con la mente fría y con planteamiento claro, pues Rakitic, ex sevillista, no ha tardado en anotar el primero y abrir a lata que podía significar una Liga.

El equipo celebra el gol de Rakitic

El equipo lo ha celebrado y ha cargado las pilas, pues dando un paso al frente el dominio ha sido claro para los de Luis Enrique. Más tarde, y tras varias ocasiones claras falladas, Luis Suárez acertaba en el remate final y subía el segundo al marcador tras un estratosférico pase de Messi: el argentino, pausando el mundo, ha asistido al uruguayo a pie parado, sin mirar atrás ni dejándose 'achicar'. Así, el '9' azulgrana se postula como 'Pichichi' aumentando la distancia con Cristiano Ronaldo (35 goles para el culé; 31 para el portugués).

Los tres puntos en juego se quedaban en el contador azulgrana, que en su particular lucha, ya ha sumado los nueve puntos que se le requerían. Ya solo quedan dos jornadas para ser nuevamente campeones. El próximo sábado el Espanyol visitará el Camp Nou en el último 'derbi' de la temporada.

Premiados y sorprendidos

Cuando Rakitic ha desatado el tapón y el Barcelona ha encontrado el camino del éxito, Luis Enrique ha querido premiar a 'las niñitas de sus ojos' dando entrada a Sergi Roberto, que daba respiro a un Alves ya más correcto que en encuentros anteriores, y Arda Turan, que permitía descansar al croata, goleador de la noche.

Celebración por el gol de Luis Suárez

La sustitución más extraña ha sido la de Claudio Bravo, que ha sido relevado por el cumpleañero Ter Stegen, a dos minutos del final. Vistas las imágenes, el chileno podría dolerse del tobillo, aunque los servicios médicos del club aún no han confirmado el diagnóstico. Habrá que esperar para conocer el abasto de la lesión o de las molestias y la disponibilidad del guardameta para la 37ª jornada de la Liga BBVA.