Pedrito, Pedro, Don Pedro, San Pedro. Llamarlo como queráis. El canario es un héroe, el salvador, el que está en el lugar justo en el momento justo, el hombre de los goles claves, de los que dan títulos. Ante el Sevilla en Tiblisi, el canario empezó como el villano que se quería ir del equipo en busca de los minutos que aquí no tenía, y acabó como el héroe que siempre fue.

El que puso el único tanto en el marcador en la Supercopa de Europa 2009, también en la prórroga, aquel que en el mundialito 2009 marcó de cabeza en el descuento para poner el empate ante Estudiantes y permitió al equipo conseguir el sextete, el título que les mandó de golpe al Olimpo del fútbol. San Pedro se volvió a poner las alas, esta vez des del banquillo, para callar bocas, para meter el gol de la victoria y sí, para tener la despedida merecida.

Foto: cadenser.com
Foto: cadenser.com

De falta en falta

En pleno agosto, en pleno rodaje de inicio de temporada, con cracks como Messi o Neymar recién incorporados tras sus merecidas vacaciones después de la Copa América, el Barça se plantaba en Tiblisi con lo justo. Delante, un Sevilla que consiguió su segunda Europa League consecutiva y que tenía ganas de volverle a ganar la Supercopa de Europa al Barça, como pasó en 2006.

El partido se inició de la peor manera para los culés. Banega adelantaba a los sevillistas en el minuto 3, con un lanzamiento de falta sublime, donde Ter Stegen tan sólo puede hacer lo que hizo, mirar como el ligero toque que le da Banega al balón, entra lentamente en las redes de su portería.

Pero claro, Messi al ver este golazo se picó con su compatriota. Tan sólo 3 minutos después, el argentino, en un libre directo calcado al de Banega, mejoró su ejecución y la envió dentro con un balón suave pero imposible para Beto. El empate llegaba, por suerte para los intereses culés, muy rápido. Pero Messi no había quedado contento con su gol de falta y decidió que él tenía que meter otro, y así fue.

Era el minuto 15 de partido, una falta lejana, centrada y con una barrera de siete hombres. El mejor jugador del mundo se inventó un chute que todavía está buscando el portero sevillista. Balón que sale del pie izquierdo de Messi con gran velocidad y que va directo al palo del portero, sí, al del portero, donde nadie se lo esperaba, ni el propio Beto que vio como el balón se colaba en su portería y permitía al Barça remontar con dos goles de falta de Messi, en apenas 10 minutos.

El Barça monopolizó las ocasiones de la primera parte, con gol anulado a Suárez incluído. Rafinha ponía la puntilla a los andaluces después del fallo se Suárez en el uno contra uno, que soluciona con una genial asistencia, digna de Iniesta, para empujar el balón ante la salida de Beto. 3-1 al descanso y el partido que parecía finiquitado tras el monólogo azulgrana de la primera parte.

Dicen que nunca se rinde...

También dicen que el que avisa no es traidor. El Sevilla lo lleva en su ADN, en su lema, son gladiadores que nunca se rinden, incluso después del cuarto gol del Barcelona, anotado por el uruguayo Suárez en el minuto 52. El Sevilla luchó y se llevó el botín.

Reyes primero, Gameiro de penalti, y Konoplyanka, que tras un error imperdonable de Bartra sólo tuvo que empujar el balón a portería vacía. Todo el campo se ponía las manos a la cabeza, los culés incrédulos a lo que estaban viviendo, y los sevillistas de emoción, nadie se lo creía. Completaron una remontada épica, de las poco vistas. En media hora empataron un 4-1 en contra. Al Barcelona se le veía cansado, sin fuerzas, agotado y decaído tras el empate del Sevilla, que lo tenía todo de cara para llevarse la final en la prórroga.

Foto: sevilla.abc.es
Foto: sevilla.abc.es

Otra vez Pedro

El 4-4 final reflejaba el esfuerzo hecho por los dos equipos, que no estaban para muchas prórrogas. Sin ritmo, sin demasiadas oportunidades, se llegó sin pena ni gloria al segundo tiempo del tiempo extra. 105 minutos de partido y los corazones estaban a mil pulsaciones por minuto.

Entonces apareció Pedro, el tapado, el criticado, el que ya no era el mismo, el que no era un buen recambio para el tridente, pero que después hemos echado más de menos de lo que queríamos. Tuvo un socio inmejorable, el mejor sin lugar a duda, Messi.

Pedro salvó al Barça en el minuto 115

De nuevo a balón parado, y en uno de sus inventos, lanzó la falta a media altura, con fuerza. Un balón que fue rechazado por la barrera le volvió a caer al argentino, que mientras los demás reclamaban penalti, se sacó un disparo de la chistera raso que obligó a una gran parada a Beto que dejó el balón muerto en la línea de gol, donde casualidades de la vida, o puro instinto de gol, apuesto por lo segundo, estaba Pedro para rematar con la rabia acumulada de las especulaciones de las anteriores semanas.

Foto: www.fc-barca.com
Foto: www.fc-barca.com

Era un gol con todos los defensores del canario subido a sus espaldas, un gol para los culés, un gol de héroe, un gol que empujó todo azulgrana desde el sofá de su casa. El gol de la victoria. Pedrito, Pedro, Don Pedro, San Pedro... Me quedo con el último, San Pedro. Gracias por este último favor, te lo mereciste.