Desde que Juande Ramos abandonara la nave sevillista en 2007, nadie fue capaz de reemplazar la figura del ex-entrenador ciudadrealeño. Y eso que pasaron grandes nombres como Gregorio Manzano o Míchel por el Pizjuán, pero nada. Una oferta millonaria de Inglaterra, concretamente del Tottenham, hizo que Juande hiciera las maletas y se marchara dirección Londres.
Juande Ramos fue el último técnico, antes de Unai Emery, en triunfar en el Sánchez Pizjuán
Eso sí: para convertirse en el técnico mejor pagado del mundo -hasta esa fecha-, antes tuvo que hacer historia en Nervión. Y vaya si la hizo: en 2005, el Sevilla levantó por primera vez la Copa de la UEFA y, dos meses después, consiguió la Supercopa de Europa tras vapulear al Barça de Rijkaard por 3-0 en un partido para la historia.
Un año después, los del Pizjuán ganaron de nuevo la Copa de la UEFA y, además, alzaron al cielo la Copa del Rey. Y en 2007, Juande se despidió del club no sin antes levantar otro trofeo: la Supercopa de España. El conjunto hispalense era aclamado en todo el mundo y Juande Ramos era el principal artífice.
Tras su marcha, las expectativas en el club estaban por las nubes. Y no es nada descabellado viendo el historial que dejó. Los posteriores mànagers no cumplian con lo deseado y la afición se impacientaba con los resultados cosechados hasta la fecha. Pero llegó 2013, aterrizó Unai Emery en el Sánchez Pizjuán y la felicidad volvío.
La llegada soñada a Nervión
Después de una época de altibajos en Mestalla, Emery decidió probar fortuna en el extranjero. Su destino era el Spartak de Moscú, equipo en el que duraría apenas medio año tras cosechar una racha negativa de resultados. El técnico vasco, entonces, volvía a España para dirigir a un Sevilla rejuvenecido, con el objetivo de volver a llevarlo a la élite europea. Y pese a que en su primera media temporada -enero 2013 a mayo 2013- no consiguió dejar al equipo en Europa, los problemas económicos de los equipos que quedaron por encima de él le dieron la plaza soñada.
Las bajas de Jesús Navas y Álvaro Negredo mermaron a un equipo que hacía del juego por banda su arma más poderosa. Perotti, Reyes y Vitolo se quedaban huérfanos, pero llegaban Carlos Bacca y Kevin Gameiro para reforzar la delantera. De esa manera, Emery reconstruyó al equipo aprovechando la velocidad de los de arriba y la solidez defensiva. Y así consiguió su primera Europa League, la tercera del Sevilla: con los 12 goles de la dupla Bacca-Gameiro. El trofeo hizo que la directiva le renovará por un año más y la afición ya volvía a soñar en una nueva época dorada.
Los años inolvidables con Europa rendida a sus pies
Con 76 puntos, el Sevilla alcanzó su cifra récord en Primera. Emery tenía a las masas en el bolsillo y todo seguía según lo previsto. Asimismo, revalidó el título europeo (Europa League) al imponerse al Dnipro en la final gracias a un doblete de Carlos Bacca y la felicidad se apoderaba, de nuevo, por las calles de la Cartuja. El trofeo, dicho sea de paso, sirvió a los andaluces para obtener una plaza en la Champions 15/16 después de un cambio en la normativa. Y claro, el Sevilla volvía a ser una moda, pero de las que duran.
Pero su aventura en la máxima competición europea fue un rápido trámite para los rojiblancos. El Sevilla prefiere la Europa League, por raro que parezca. Tras una fase de grupos muy pobre a nivel de juego y resultados, los andaluces fueron directos a su competición, dejando a la Juve y al Manchester City como cabezas de grupo. El resto, el paso del Sevilla por la Europa League de este curso, ya es historia.
La Supercopa de España, la culminación del éxito
Tras ganar al Liverpool en la final, los de Emery consiguieron su tercera Europa League consecutiva, un hito histórico al alcance de muy pocos mortales. Aún con la euforia por las calles, los pupilos de El Catedrático viajarán al Calderón con el objetivo de vencer al Barça de Luis Enrique, ese equipo que suma 6 de los últimos 8 títulos en juego.
Y lo harán con ánimo de venganza, con el 5-4 de la Supercopa de Europa aún presente. Ese día, el equipo de Emery remontó tres goles de diferencia para empatar un partido (4-4) que parecía perdido en el minuto 70. Por lo tanto, y pese a que el fútbol no da segundas oportunidades, se espera un espectáculo en el estadio de todo un finalista de Champions. Y ahí estará Emery, el conquistador, para intentar lo imposible: ganar al todopoderoso Barça, como hizo Juande Ramos, y elevar, de nuevo, al Sevilla a la cúspide del fútbol.