Regresa el fútbol a San Mamés. Y lo hace para recibir a dos equipos que se han visto en numerosas ocasiones en los últimos tiempos y que se conocen perfectamente. El estadio en sí no trae gratos recuerdos para los barcelonistas, que cayeron por 4-0 en el partido de ida de la Supercopa de España del curso pasado. Una final a doble partido (1-1 en el Camp Nou) que privó a los de Luis Enrique de conseguir el sextete en lo que era el primer año del técnico asturiano a las órdenes del primer equipo.

El Athletic Club de Valverse, un rival siempre incómodo

No obstante, una semana más tarde sí conseguiría los tres puntos en lo que era la primera jornada liguera. Un choque igualado que terminó decantándose hacia los azulgranas con un gran gol de Luis Suárez tras la reanudación. Ambos conjuntos se verían las caras otras tres veces aquella temporada, todas ellas saldadas con victorias y con el contundente 6-0 cosechado en el Camp Nou en la vigésima jornada liguera.

Los leones querrán resarcirse del pobre estreno liguero ante su afición en un partido que nada tendrá que ver con los del curso anterior. Por otro lado, los azulgranas, liderados por un Leo Messi estelar, buscarán los tres puntos para seguir en lo más alto de la tabla y confirmar el buen momento que atraviesa el equipo en este arranque de temporada.

Un equipo trabajado

El Txingurri aterrizó en Bilbao el verano de 2013, y lo hacía tras la marcha de un Marcelo Bielsa que llevó al equipo hasta la final de una UEFA Europa League dejando en el camino a rivales de la talla del Manchester United. Desde entonces, el técnico extremeño ha impuesto su seña de identidad a un equipo reconocible por su estilo de juego. Ha conducido a los leones hasta una Supercopa de España y una final de Copa del Rey, sin olvidar que posee el mejor registro en cuanto a puntuación en la Primera División con 70 puntos.

El actual Athletic Club es un equipo intenso, compacto y equilibrado en todas las líneas donde se mezclan la juventud de jugadores como Williams o Laporte y la experiencia de otros como Aduriz o Iraizoz. Valverde acostumbra a posicionar a los suyos en 4-2-3-1 donde el doble pivote tiene una importancia capital, pero que puede convertirse en un 4-4-2 con los interiores más retrasados o, incluso, un 4-4-1-1 con Raúl García jugando de enganche y no de segundo delantero.

Presión intensísima

La característica que mejor define a este equipo es su asfixiante presión por todas las zonas del campo. Y hay algo que es innegociable para que dé buenos frutos: la intensidad. El fútbol ofensivo que siempre propone el Txingurri implica que el balón esté en su poder el mayor tiempo posible y qué mejor manera de poseerlo que recuperando rápidamente tras pérdida. No es descabellado ver hasta tres jugadores presionando al mismo hombre, pero lo habitual es que sean un dos contra uno constante, maximizando así las posibilidades de salir airoso.

Dos alternativas en salida de balón

Ernesto Valverde cuenta con una ligera ventaja sobre el resto de equipos de Europa y es que posee en su plantilla a jugadores como De Marcos, Laporte o Beñat para dar una salida limpia al balón desde atrás y a un delantero como Aduriz para recurrir al balón en largo. Tanto una opción como la otra son igual de válidas que sólidas. Y esto es algo que convierte a los leones en un equipo camaleónico, capaz de amoldarse a las necesidades del encuentro. Veamos cómo se llevan a cabo ambas situaciones:

Cuando el rival apenas inquieta en tres cuartos, los laterales se sitúan sobre la línea de cal mientras que los centrales se abren ligeramente para que el pivote se incruste entre ellos. Asimismo, el otro pivote mantiene su posición de manera que la estructura sea escalonada y donde todos los jugadores tengan un punto apoyo cercano en todo momento.

En caso contrario, como bien podría ser el FC Barcelona de Luis Enrique, el guardameta recurre al balón largo en busca de la corpulencia de Aduriz cuando el equipo se ve acorralado en campo propio. Las probabilidades de que este gane el duelo aéreo son siempre una garantía. Y ahí es donde aparecen Raúl García o Williams, que siempre merodean por esa zona del campo: estos se ven nutridos de balones con espacios para buscar rápidamente el arco rival.

Laterales profundos

El fútbol ofensivo que propone el Txingurri le ha obligado a reinventarse año tras año. Una de las claves reside en sus laterales: ambos tienden a proyectarse en ataque para crear superioridad. Lo que viene siendo un habitual estas últimas temporadas es que los extremos centren su posición para dar profundidad y protagonismo a hombres como De Marcos, Balenziaga o Lekue.

El peligro a balón parado

En este sentido, el Athletic Club de Valverde es un equipo pragmático: el futbolista más técnico, en este caso Beñat, es el encargado de ejecutar las jugadas a balón parado para que jugadores como Laporte, San José o Aduriz venzan en el duelo aéreo. No obstante, este aspecto táctico está estrechamente relacionado con el siguiente punto: las transiciones rápidas. Y es que una de las premisas de Ernesto Valverde es que las acciones de estrategia siempre tengan desenlace, ya sea fructífero o no, para evitar conceder espacios para correr al rival con el equipo descolocado. 

Las transiciones rápidas, un mal endémico

Las dos columnas más débiles de este Athletic Club se encuentran en el flanco diestro defensivo y en el repliegue tras pérdida. De Marcos es un jugador que tiende a descolocarse, pero que compensa con su gran punta de velocidad. Aun así, si establecemos una comparación con el sector opuesto, sale en clara desventaja: Balenziaga es un excelente marcador que tiene un gran posicionamiento táctico. No obstante, al lateral siempre le perseguirá su partido en la final de Copa del Rey, donde se vio totalmente superado por un Leo Messi inconmensurable con el balón en los pies.

Por último, ya que se trata de un equipo que acumula muchos hombres arriba, acostumbra sufrir a la hora de replegar. Y ahí los de Luis Enrique no perdonan. A pesar de no ser un equipo contragolpeador, el Barcelona es de los equipos más peligrosos en transiciones rápidas. Suárez, Messi y Neymar, aunque este último está de vacaciones después de ganar el oro olímpico con su selección, son jugadores verticales que no necesitan más que un par de segundos para llegar rápidamente al área rival.

Jugadores más destacados

Laporte, De Marcos, Beñat, Williams, Muniaín, Raúl García… Pero hay un nombre que destaca por encima de todos ellos, y no precisamente por su envergadura. Internacional con la selección española en la última Eurocopa, Aritz Aduriz es el buque insignia de este Athletic Club. A sus 35 años, el delantero español se encuentra en el punto álgido de su carrera futbolística. Gracias a su poderío físico, trabajo en campo rival y, sobre todo, gol, se ha convertido en el jugador más determinante de los últimos años. Sus 20 goles llevaron a los leones hasta un meritorio quinto puesto que les dio acceso directo a la Europa League. Tras pasar por Mallorca y Valencia, el de San Sebastián regresó a Bilbao, donde ha ido pulverizando sus registros año tras año evidenciando que aún le queda cuerda para rato. Todas las aspiraciones para este curso pasarán, una vez más, por sus botas

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