El choque entre leones y culés era el correspondiente a la segunda jornada de La Liga 2016/17 y el campo de San Mamés suponía una de las salidas más complicadas que le tocaría afrontar al FC Barcelona en este curso. Los rojiblancos venían de ceder los tres primeros puntos de la temporada ante el Sporting de Gijón en el Molinón y el Barça llegaba al encuentro reforzado por imponerse en casa ante el Betis con goleada. De esta manera los azulgranas esperaban alargar su estado de gracia tras su espectacular inicio de curso y los de Valverde buscarían en este encuentro resarcirse de su tropiezo en la primera jornada. Los precedentes entre ambos equipos hicieron que el choque se presentara como todo un clásico del fútbol español, siempre imprevisible e intenso.

Las alineaciones no presentaban grandes cambios. Sin poder contar con piezas clave como Iniesta, por lesión y Neymar, con permiso del club para alargar las vacaciones, Luís Enrique repetía la alineación de la primera jornada con Denis Suárez y Arda como sustitutos de los ausentes. Sorprendió la incorporación de Umtiti en el once inicial en lugar de Mascherano, que recibía el alta médica el día anterior al choque. Además, Mathieu, también lesionado, y la última incorporación del club, Jasper Cillessen, a la espera de completar los trámites burocráticos de su fichaje, tampoco estarían ante los leones. Por su parte, Valverde no podría contar con Aketxe, lesionado de gravedad, y prefirió dejar también fuera de la convocatoria a San José, Kike Sola y Mikel Rico, los tres con molestias. La sorpresa la daba la presencia de Eraso en el once titular, en lugar de Raúl García.

Intensidad desde el primer minuto

El choque no defraudó y la primera parte se inició con un ritmo frenético que servía de aviso de lo que sería el partido. El Athletic intentó constantemente imponer su juego rápido y logró obligar a los culés a salir con pases largos de la presión de los leones. Los rojiblancos parecían mucho más cómodos que los visitantes en los primeros minutos y lograron pisar área rival con bastante frecuencia imponiendo su ley en el campo. El Barça intentaba sin éxito poner pausa en el partido y salir de la presión con pases cortos y posesiones largas pero los leones no le concedían a los culés el respiro que tanto buscaban.

La ocasión más clara para los locales nació de un error de Ter Stegen que entregó mal en la salida frente a la presión rojiblanca y al final tuvo que taponar un remate de Beñat que iba a gol y podría haber supuesto el 1-0 y cambiar el rumbo del encuentro.

El Barça supo revolverse 

La capacidad de reacción de los azulgranas fue clave para cambiar el planteamiento inicial del choque. Los culés supieron amoldarse al ritmo que planteaban los leones y utilizaron a su favor la presión alta de los rojiblancos. Lograron dar salida al balón con pases largos que terminaban con contras rápidas y peligro en el área local. Fruto de este cambio en la mentalidad azulgrana, que dejó de intentar imponer su ley para jugar las cartas que se les presentaban, llegó el primer gol. Rakitic cabeceó al fondo de la red de Iraizoz un pase bombeado que recibió de Arda Turan tras una frenética contra del Barça y puso el 0-1 en el marcador.

El tanto pareció dar alas a los culés que cada vez parecían más cómodos en San Mamés y lograron encadenar posesiones largas. El Athletic, sin embargo, no cambió su juego y continuó presionando arriba sin descanso. Fruto de esta presión nacieron varias ocasiones para los leones que no consiguieron materializarse. Los de Valverde lograron poner en aprietos a la defensa culé pero el Barça no cedió.

Los de Luis Enrique parecían encontrar soluciones a todos los problemas tácticos que les presentaban los rojiblancos y las ocasiones se sucedieron en el área local. En los últimos minutos, el Barça impuso su ley y la presión del Athletic acabó por bajar. Pudo encaminar el encuentro el Barcelona con una clarísima ocasión de Arda al final del primer tiempo pero el balón salió desviado.

Sin interrupciones por lesiones ni cambios el árbitro del partido, Mateu Lahoz, no alargó el primer tiempo y los jugadores se marcharon al descanso para preparar una segunda parte que prometía ser tanto o más intensa que la primera.

Bajada de intensidad y tranquilidad

La segunda mitad del partido se inició sin cambios ni en las alineaciones ni en el planteamiento del juego. Parecía que esperaba una segunda mitad igual de intensa que la primera pero pronto el partido empezó a mostrar un juego mucho menos frenético. El Athletic seguía presionando muy arriba y los culés seguían sin encontrar problemas en la salida del balón. Poco a poco ambos equipos empezaron a esperar al error del rival y cada fallo parecía decisivo. Los de Luís Enrique ganaban por la mínima y buscaron aumentar el marcador sin suerte. Por su parte, los leones fueron acusando la intensidad de la primera mitad y empezaron a decaer en presión.

Los culés lograron imponer su ley hacia la mitad de los segundos 45 minutos y pudieron sentenciar el partido en más de una ocasión. Sin embargo, los delanteros no estuvieron finos en el remate y dejaron escapar el 0-2. Los leones parecían incómodos en su propio campo y tan solo mostraron aislados momentos de lucidez que solventó una defensa azulgrana muy seria.

En el minuto 62 Raúl García y Mikel Vesga saltaron al campo en sustitución de Eraso e Iturraspe y Luís Enrique movió ficha en el 70 relevando a Denis Suárez y Umtiti por André Gomes y Mascherano. Los cambios le dieron al Barça más tranquilidad y lograron mantener la posesión del balón con jugadas largas que no lograban materializarse.

Se presentó mucho más tranquila esta segunda mitad, aunque con ocasiones en ambos bandos. La más clara para los leones nació de una falta botada por Beñat, que lamió el palo izquierdo de la portería de Ter Stegen e hizo cantar gol a muchos aficionados rojiblancos.

Valverde agotó sus cambios dando entrada a Muniain por Susaeta y Luis Enrique hizo lo propio sustituyendo a Arda Turan por el recién llegado Rafinha. Las defensas achicaban todos los balones que intentaban perforar el área y los de Luís Enrique se mostraban tranquilos en San Mamés. Los leones intentaron aprovechar la bajada de guardia de los culés para recuperar la intensidad que habían perdido y en los últimos minutos encerraron al Barça en su propio campo. Los azulgranas aguantaron bien las embestidas del Athletic y aún pudieron optar al 0-2 con un disparo desviado de un Luís Suárez que no pareció ver que Arda llegaba solo pare rematar y podría haber sentenciado.

Inicios opuestos

De esta manera terminó el partido y los culés se llevan a casa tres puntos de oro en un campo que siempre les ha resultado muy complicado. Victoria por la mínima de los de Luis Enrique y segundo tropiezo en Liga del Athletic, que todavía no ha conseguido sumar en el campeonato.