Hoy me he levantado y me he sorprendido -ingratamente– con una crónica que he leído en un importante diario deportivo, sobre el partido que ayer disputaron en el Coliseum el Getafe y el Atlético de Madrid. El autor de esa crónica dice textualmente, en una parte de la misma: “El descanso resultó una bendición para los aproximadamente diez o doce espectadores que acudieron al estadio”. Mi primer pensamiento, más que de sorpresa, ha sido el de presunción de inocencia. He pensado que había una errata y faltaba un “mil” que completara objetivamente esa frase. Pensaba consultarlo con el autor por Twitter, pero al entrar en su cuenta he comprendido que no, que lo puso así adrede. Ahí el sentimiento ha pasado rápidamente de la sorpresa a la indignación. Porque yo, al igual que él, estuve ayer en el Coliseum. Yo, a diferencia de él, pagando; no cobrando. Estaba, exactamente, en la zona del campo que no captó del todo su cámara en la foto que ilustra en su cuenta de Twitter para justificar el escaso sentido del humor de los hinchas del Getafe que se han enfadado por su desafortunado comentario. Esa zona es el fondo sur, curiosamente llena de aficionados durante el encuentro de ayer.

Bien, ahora voy a rebatir sus datos e impresiones (para mí sesgados y malintencionados, además de faltos de explicación que los complemente), con mis datos e impresiones (igualmente subjetivos, porque ninguno de los dos tenemos la cifra oficial de espectadores del partido de ayer). Espero que al menos no queden tan sesgados y malintencionados como los suyos. Espero que no tenga que acudir al escaso sentido del humor de algún lector que se me pueda enfadar, como ha hecho el ilustre cronista. Yo ni soy periodista ni tengo el privilegio que tiene este señor. Ni por supuesto tengo nada contra él. Por el contrario, sí he acudido a todos los partidos en Liga del Getafe en el Coliseum, y soy uno de esos “aproximadamente diez o doce espectadores”. Por eso me veo en la obligación moral de responder al manido comentario sobre la afición del Getafe, al típico tópico de sus gradas vacías. A la cansina coletilla.

Y es que cansa. Que lo digan aficionados indocumentados acerca de la realidad de la problemática del Getafe y su afición es algo común, pero que sea un periodista desde la privilegiada posición de uno de los diarios deportivos más importantes del país, es algo más grave. E innecesario. También he leído las dos crónicas publicadas por mis compañeros en este medio, y ninguno menciona el tema ni menosprecia. Pero está de moda –maldita la gracia– decir que el Getafe no tiene afición sin indagar en las causas o el origen del problema. No voy a entrar a explicar por enésima vez las circunstancias y obstáculos que ha de soportar el hincha azulón. Ha llegado un punto en el que también me cansa. Ahí está la hemeroteca.

Por esto, comentarios como el de la crónica de ayer son hirientes para los sufridos azulones que pagan mucho –en dinero y críticas– por ir a ver a su equipo. Además de que, al margen del gastado comentario sobre la escasa afluencia en el feudo getafense, ayer el Coliseum presentó una asistencia decente. Mis cálculos son que ayer en el Coliseum, más que aproximadamente diez o doce espectadores, había unos doce mil. Ayer el Coliseum presentó, a mí parecer, si no la mejor entrada de la temporada, la segunda mejor tras la visita del Barcelona. Tiro de memoria, así que me puedo equivocar. Pero yo no recuerdo ver el fondo sur del estadio como lo vi ayer de lleno desde el último partido de la pasada temporada ante el Zaragoza, cuando miles de aficionados maños llegaron para completar el aforo.

Ayer había más aficionados en el Coliseum que en el Estadio de Vallecas cuando fue de visita el Atlético de Madrid y aproximadamente los mismos que cuando los atléticos visitaron el estadio del Mallorca. Y, sobre todo, había bastante más gente ayer en el Coliseum que en el partido de ida de los octavos de Copa del Rey disputado en el Vicente Calderón entre los mismos equipos. Con la enorme diferencia cuantitativa de afición y estadio (más del triple de aforo tiene el Calderón), ese día no era oportuno calcular unas 10 ó 12 personas. Es mucho más simple recurrir al recurso literario cuando la poca afluencia es en Getafe.

Con esto no quiero decir que el Getafe tenga la mejor afición del mundo, porque no es así. Quiero decir que sea más o menos numerosa, ya está bien de criticarla. Ha quedado claro, déjenlo ya. Por también tenerlo en cuenta, ahí van unos datos. El estadio del Getafe tiene un aforo de casi 18.000 asientos para menos de 8.000 socios en la actualidad. Ayer fueron al estadio más de 10.000 personas, lo que es equivalente a dos tercios de entrada. Creo que, con los tiempos que corren y los precios desorbitados para ver fútbol en Getafe, no está nada mal. Sin embargo, se vuelve a no valorar.

Entre tanta mayoría de menosprecio y casi nula defensa hacia el aficionado getafense en los medios, me apetecía contrarrestar con esta petición de respeto. No pido mucho. La afición del Getafe, como la de cualquier otro equipo, merece un respeto. Sean aproximadamente diez o doce, o doce mil. Básicamente porque es esa gente la que paga por este bonito espectáculo. En el fútbol cobran todos menos el aficionado. Cobra el jugador, cobra el entrenador, cobra el gestor, cobra hasta el periodista que de vez en cuando mete la pata. El hincha, además de pagar, ha de soportar una injusta crítica. Respetarle, en cambio, sale gratis. Habría que tenerlo presente a la hora de poner negro sobre blanco ciertos comentarios.

El periodista en cuestión es Iñako Díaz-Guerra, y el diario en el que ha escrito dicha crónica, el AS. No quiero menospreciar al que, seguro, es un buen profesional. Un profesional que en esta ocasión se ha equivocado. Ni mucho menos pretendo deslizar una crítica contra su medio de comunicación, ni que se me entienda así. No me gustan esas luchas. Sólo pretendo defender la dignidad dañada de una afición continuamente pisoteada como la del Getafe. Una dignidad que, por cierto, es la mía.

En efecto, yo tampoco soy objetivo. Pero no por ello falto al respeto a un colectivo ya de por sí demasiado machacado. Ni acudo al sentido del humor para defenderme de las críticas que pueda recibir este artículo. Si lo leen, tomen en serio esta opinión. Aunque sean aproximadamente diez o doce lectores.

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Sobre el autor
Daniel Sánchez Quintanilla
Licenciado en Economía-Periodismo por la UC3M. Getafense y redactor del Getafe C.F. en VAVEL. http://azul0scurocasinegro.blogspot.com.es/