Una de cal y una de arena. El conocido refrán puede ser el resumen de cuatro años de alternancia en el Getafe, que empezaron en la temporada 2007-2008, la mejor de su historia. Tras debutar en Europa completando una Copa de la UEFA casi perfecta y llegar a la segunda final de Copa del Rey consecutiva, llegó la difícil 2008-2009, con una salvación 'in extremis' en la última jornada en Santander. Después, en la campaña 2009-2010, los azulones volvieron a resurgir para firmar su mejor campeonato liguero, en el que terminaron sextos y clasificándose para su segunda experiencia continental. Y así se llegó al verano del 2010, agosto concretamente, en el que dio inicio, con la eliminatoria previa de la Europa League, una temporada de nuevo complicada. En la que la ilusión casi acaba en tormento.

Comenzó la 2010-2011 con alegría por un nuevo viaje por Europa, pero poco a poco la temporada se fue oscureciendo hasta terminar jugando con fuego. El Getafe no terminó quemándose por poco. Al final el equipo pasó unos apuros que parecían innecesarios tras un inicio de campaña bastante bueno. Pero con el transcurrir de las semanas se acabó el sueño de la Europa League y de la Copa y, a partir de ahí, con la entrada en 2011, el camino en la Liga se fue llenando de baches que por poco cuestan la categoría. En el momento indicado, el Getafe volvió a demostrar que también sabe sufrir y salir del pozo.

Cambios importantes en el equipo

La plantilla acusó el hecho de jugar tres competiciones y de perder a grandes pesos pesados en el vestuario y en el campo. Pedro León y Roberto Soldado, dos de los puntales atacantes que se salieron en la campaña anterior, se marcharon rumbo al Bernabéu y Mestalla respectivamente; mientras que el capitán Belenguer y Celestini dejaron un hueco muy difícil de llenar en el equipo azulón.

Por Belenguer llegó Marcano y en el puesto de Celestini un polivalente Víctor Sánchez, mientras que Pedro Ríos, a pesar de sus siete goles, no hizo olvidar a su tocayo murciano en la banda derecha. En el oficio del gol, Manu del Moral, con 9, y Miku, con 7, se unieron para igualar los 16 marcados por Soldado un año atrás, y tuvieron el apoyo de Colunga, con otros 7 tantos. En el banquillo, fue la segunda temporada completa de Míchel al frente (más los cinco últimos partidos del curso 2008-09), y la última. Tras él llegó Luis García y la solidez, especialmente en la parcela defensiva.

Triste segundo paseo por Europa: de la ilusión a la decepción

El segundo paso por Europa fue sin pena ni gloria. En la ronda previa el equipo azulón se midió al APOEL de Nicosia por un puesto en la fase de grupos de la Europa League. En la ida, los de Míchel ganaron por la mínima, merced a un gol de Parejo. En la vuelta, tras forzar la prórroga los chipriotas, un gol de Cata Díaz en el minuto 98 ponía el 1-1 final y daba la clasificación a los getafenses. Tras el sorteo, el equipo quedó encuadrado en el grupo H, con el Stuttgart alemán, el Young Boys suizo y el Odense danés.

La fase de grupos se empezó ganando por 2-1, tras remontar en casa ante el Odense con goles de Arizmendi y Pedro Ríos. Después llegaron tres derrotas consecutivas que dificultaban sobremanera la clasificación: ante el Young Boys fuera, por 2-0; y ante el Stuttgart, fuera por 1-0 y en el Coliseum por 0-3. La quinta jornada, con el segundo puesto del Young Boys al alcance de tres puntos, los azulones visitaron Dinamarca para empatar a un gol, tras un tanto en el descuento de los daneses que nivelaba el anotado por Pedro Ríos y dejaba al Getafe eliminado de la competición. La última jornada, de trámite, le sirvió a los de Míchel para despedirse con victoria en el Coliseum ante el Young Boys por 1-0, con gol del canterano Sardinero. Así se maquilló un periplo continental muy frío, con poco espectáculo en el césped y las gradas del Coliseum más que semivacías por la política de precios del club. Nada que ver con su anterior paso por Europa, en el que el Getafe escribió la página más brillante de su historia.

En enero, al Getafe ya no le quedaba ni Copa ni Europa League, y empezó a caer a plomo en la Liga

Acto seguido de la eliminación en la Europa League, llegó el adiós en Copa del Rey. Si bien en primera ronda el equipo se clasificó y gracias ante el Portugalete, de Tercera División, al que no fue capaz de ganar en ninguno de los dos partidos de la eliminatoria (1-1 fuera y 0-0 en casa), en octavos de final se puso punto y final a la tradición copera. Fue ante el Betis (que por entonces estaba en Segunda), con el que el Getafe cayó eliminado tras ganar 1-2 en el partido de ida y perder claramente en la vuelta en el Coliseum por 1-3. El repaso del equipo que mejor fútbol hacía en la categoría de plata –de hecho terminó ascendiendo con autoridad a Primera a final de temporada– puso el colofón final a otra triste trayectoria por la competición del KO, que tantas alegrías había dado años atrás a los azulones. Definitivamente, no era el año de las Copas. Si dos años atrás los azulones casi ‘se emborracharon’, esta temporada apenas les dieron un sorbo.

Trayectoria decadente en Liga

En la competición liguera, el Getafe se montó en el tobogán. Subió poco a poco en la primera vuelta, escalón a escalón hasta el final del año 2010, y desde las alturas se tiró para abajo en un pésimo 2011. Tras terminar el año con 26 puntos en la jornada 16, tras cuatro victorias seguidas y cinco jornadas consecutivas sin perder, nadie se podía imaginar el tenso final de Liga que viviría el equipo. Pero, tras un diciembre repleto de victorias, no ganó en enero ni en marzo, y en febrero sólo disfrutó de una victoria. De hecho, fueron sólo cuatro los triunfos que consiguieron los de Míchel en 22 jornadas disputadas en 2011. Así, lo que parecía impensable en navidades se hizo realidad en primavera: el equipo lucharía por eludir el descenso hasta el último minuto de la competición.

Los azulones firmaron su segunda peor Liga de la historia en Primera, con 44 puntos, dos más que los 42 de la 2008-09

En general, el Getafe firmó su segunda peor Liga de Primera en cuanto a puntuación. Con 12 victorias, 8 empates, 18 derrotas, 49 goles a favor y 60 en contra, el equipo sumó 44 puntos, dejando únicamente por debajo los 42 conseguidos en el curso 2008-2009. Lo extraño de todo fue el modo, la trayectoria. Juntó una de las mejores primeras vueltas de su historia (27 puntos) con la peor segunda mitad del campeonato que ha hecho en Primera, con sólo 17 puntos.

Pasó la primera vuelta en la zona media-alta de la tabla, siempre con un buen colchón sobre la zona de descenso, llegando incluso a pisar simbólicamente puestos europeos en la jornada 7. Pero con la llegada del año 2011 el equipo se desinfló de tal manera que sólo consiguió una victoria en cuatro meses. Esa victoria, ante el Deportivo por 4-1, fue la que separó dos rachas, de cinco y nueve jornadas sin ganar respectivamente. En total, un único triunfo en 15 jornadas en las que se mermó la confianza del equipo, que cayó a plomo en la clasificación: tras su última victoria antes de las rachas, en la jornada 16, el Getafe era séptimo, con 26 puntos; en la jornada 22, después del triunfo que separó ambas rachas pésimas, con 30 puntos; y tras la 31, con nueve partidos sin ganar, ocupaba la 16ª posición, con 34 puntos, a 4 del descenso.

En picado. Así llegó el Getafe al tramo final de la Liga. Pese a todo, sólo ocupó puestos de descenso en una jornada, la 34. En ese momento, dos victorias y un empate en las últimas cuatro citas salvaron al equipo azulón de bajar a Segunda. Ganó en el Coliseum por 2-0 al Almería –al que descendió– para salir de la quema, perdió claramente en el Santiago Bernabeu por 4-0 para seguir sufriendo y sumó un importantísimo triunfo en la penúltima jornada ante Osasuna en casa, por 2-0. Entonces llegó Donosti.

A esa última jornada llegaron hasta seis equipos jugándose la última plaza de descenso, y todos dependían de sí mismos para salvarse. Un drama colectivo que al Getafe le tocó vivir en Anoeta, con la Real Sociedad también en la lucha por eludir la quema. Con un panorama tan complicado, ambos equipos jugaron con los transistores y terminaron firmando un empate que les servía a los dos para volver a verse las caras al año siguiente en Primera. El gol inicial de Cata Díaz que salvaba al Getafe fue empatado en la segunda parte por uno de Sutil que salvó a unos y otros. Al final, la fiesta fue conjunta en las gradas de Anoeta.

En esa fiesta, con los jugadores getafenses acudiendo a agradecer a los aficionados azulones desplazados, se vivió la despedida de una leyenda del club, Manu del Moral. El máximo goleador azulón de la historia en Primera, se despidió con la mejor declaración posible: “soy lo que soy gracias al Getafe”. Y el Getafe es lo que es gracias a gente como él.

Después de todo, a pesar del sufrimiento de una dura temporada, el 21 de mayo de 2011 en Anoeta quedará como otro de esos días grandes en el recuerdo azulón. Desde entonces, Donosti forma parte del rincón histórico del Getafe, en el lugar privilegiado en el que ya estaban otras ciudades como Tenerife, Múnich o Santander.

Finalmente, la temporada se despidió con un alivio y una alegría ya conocidos. En una historia repetida dos años atrás, el final no quiso ser diferente. Otra vez la angustia del descenso se apoderaba del sentimiento azulón en la última jornada. Otra vez había que salvar la categoría a domicilio. De nuevo viaje al norte, de nuevo a orillas del Mar Cantábrico. En esta ocasión, se cambió Santander por San Sebastián, con idéntico sufrimiento y resultado. Otro empate a uno regado por el aroma del Cantábrico que permitía al Getafe permanecer otra temporada más infiltrado entre los grandes de nuestro fútbol. Y ya van diez sin parar.