Ciprian Marica aterrizó ayer en Getafe. Entrenó con el resto de sus compañeros a los que tuvo la oportunidad de conocer así como al cuerpo técnico que tratará sacar lo mejor del ariete rumano, ariete que no es la primera vez que ha tenido la oportunidad de pisar la ciudad del sur de Madrid.

Corría el año 2010 y un ‘EuroGeta’ que contrastaba de manera alarmante con el equipo que dos años antes había deslumbrado al viejo continente, recibía en el Coliseum a un Stuttgart que nada tenía que perder en un grupo en el que líder indiscutible para pasar a la siguiente ronda. En el conjunto alemán se encontraba el hoy delantero azulón, Ciprian Marica.

26 minutos tardó en devorar la portería de un descolocado Ustari con un disparo raso y al primer toque que se coló a la derecha del meta argentino. Además del gol, Marica fue el gran protagonista en un encuentro que evidenció las carencias defensivas de un Getafe inoperante que encajó un 0-3 y al que el premio de participar en Europa League se convirtió en una tortura para jugadores y afición. Además, el rumano completó la tarde con una agresión ya con 0-3 en el luminoso que lo costó una expulsión que terminó de redondear una tarde de protagonismo en el césped de un Coliseum que hoy es su casa y que espera poder disfrutar de él y de sus goles.