El Elche viaja este fin de semana a Getafe en uno de los duelos más igualados del fin de semana. Su calidad de recién ascendido y su irregularidad quizás pueda llevar a un gran número de aficionados a equívoco. El conjunto dirigido por Fran Escribá practica un fútbol alegre y en muchas ocasiones le ha proporcionado buenos resultados. La falta de amoldamiento a una plantilla completamente nueva no sitúa al equipo franjiverde en la posición que merece en la tabla. Los de Luis García deberán tomarse muy en serio el choque para poder sacar algo positivo frente a los ilicitanos.

El gran atractivo tenía su epicentro en la vuelta de Manu del Moral a la que fuese su casa y en donde se formó como jugador llegando inclusive a enfundarse la casaca del combinado nacional. La lesión de este relega el protagonismo en la banda izquierda del equipo valenciano. De allí, precisamente es el protagonista que seguro dará quebraderos de cabeza a la defensa azulona. Carles Gil ha pisado con fuerza en la máxima categoría del fútbol español. Sin ir más lejos, esta semana a sido convocado por la Selección Española Sub-21 de Julen Lopetegui. Tras un gran año con el Elche con el que consiguió el ascenso, el Valencia volvió a cederlo para que pudiese gozar de minutos y seguir una progresión que no podría, a priori, asegurar el conjunto presidido por Amadeo Salvo.

La cesión de jugadores que destacan en categorías inferiores siempre son un arma de doble filo para este tipo de equipos. El Getafe es el claro ejemplo de ello. Granero y De la Red llegaron desde la Segunda División B y se amoldaron perfectamente a la Primera División siendo ya historia viva del club de la capital. Sin embargo, este tipo de saltos de categoría en la que se evita una Segunda División muchas veces necesaria para la formación del futbolista no siempre dan buenos resultados. Paco Alcácer es el caso más reciente del club azulón. Tras llegar del filial valenciano cuajando buenas temporadas y con un bagaje de goles más que respetable, el delantero se le vio perdido en muchas ocasiones por las inmediaciones del área del Coliseum y marchó sin dejar ningún sabor de boca en la afición, ni bueno ni malo, algo que es lo peor que le puede pasar a un jugador.

El interior franjiverde sí que ha podido disfrutar de esa transición tan necesaria para la mayoría de jóvenes como es pasar por la Segunda División en donde la competitividad y el oficio van cogidos de la mano. La madurez tan ansiada en los jóvenes talentos hoy en día, prematura en muchos casos es la que en varias ocasiones provoca el atasco de esos diamantes que pierden el brillo por querer pulirlos de manera ávida. Paciencia. Es el término correcto que define perfectamente la carrera de Carles Gil. Tras disfrutar de un año en la categoría de plata, con notables actuaciones, este año está dejando ver destellos de su calidad ante los grandes del fútbol español.

El valenciano es un futbolista con electricidad en sus botas, capaz de volver loco a su par con filigranas ágiles y muy difíciles de defender. Su control de la pelota es exquisito. La pisa, la enseña, la esconde y se va. Le gusta tenerla y encarar, sin precipitarse en absoluto en sus decisiones, ya que un porcentaje muy alto de sus finalizaciones van siempre a la mejor de las opciones. Pese a que el gol no es su arma más efectiva, ya ha dado dos pases de gol para darle los tres puntos a su equipo en los enfrentamientos contra Celta de Vigo y Espanyol. La temporada pasada anotó cuatro tantos en Segunda División y ésta aún se le resiste. Aún así, es la gran amenaza para el Getafe que deberá marcar de manera perfecta a esta centella que domingo tras domingo asalta el flanco izquierdo del Martínez Valero.

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Sobre el autor
Juancar Navacerrada
Coordinador de la sección del Getafe CF. Redactor del Getafe CF, Segunda División B y del Swansea City.