Al Getafe no le es indiferente la Europa League. Tampoco la Champions. Es muy probable que, sumado al esfuerzo de los pupilos de Contra, gran parte de la salvación pase por el devenir de los equipos españoles en las competiciones europeas. En este tramo de temporada el cansancio es más que patente, el físico de muchos no da para más y las sonadas rotaciones brillan por su ausencia cuando te juegas la vida en cada uno de los partidos.

El primer y más cercana final que jugará el equipo de Contra se destina al próximo domingo, día en el que el líder, el Atlético de Madrid, visita el feudo azulón. Los rojiblancos no ganan en el Coliseum desde el año 2008 y prolongar la racha puede valer una permanencia en Primera División. El miércoles los del Cholo Simeone disputan el partido más importante en muchos años, unos cuartos de final frente a todo un Barcelona. Con todo sobre la mesa, la cúpula azulona no espera otra cosa que la asfixia rojiblanca, que los del Tata hagan correr a los locales y, si es posible, forzar una prórroga que en Getafe daría una bocanada de aire fresco. El encuentro del domingo hay que jugarlo, pero el cansancio colchonero puede ser la primera piedra de una necesaria victoria.

Otro de los equipos metidos de lleno en competiciones europeas es el Sevilla. Este jueves disputa la vuelta de los cuartos frente al Oporto con un desfavorable 1-0 cosechado en Do Dragao. ¿Y el Getafe qué tiene que ver aquí, si el encuentro entre ambos se disputa la semana del 11 de mayo? De pasar frente a los portugueses y superar las semifinales, el Sevilla disputaría la final en Turín el día 14 de mayo, lo que probablemente, sumado a una hipotética tranquilidad en Liga, pondrían la necesidad azulona el cartel de favorito frente a un equipo con la mente puesta en un título europeo.

No cabe duda que estos dos son sólo dos factores que pueden poner las cosas un poco más favorables al Getafe pero, ninguno de los dos conjuntos, ni Atlético de Madrid ni Sevilla, va a regalar esos tres puntos. El equipo de Contra deberá sudar hasta la última gota para salvarse y poner de su parte para aprovechar estos dos “regalos” que le regala el fútbol a los azulones.