Corría el año 2004, muy lejano ya en las retinas de todos; la resaca del ascenso continuaba presente en cada uno de los entrenamientos que el conjunto dirigido porQuique Sánchez Flores realizaba para encarar una temporada histórica. El Getafedebutaba en Primera División y para ello Ángel Torres decidió mezclar experiencia e ilusión en un solo conjunto, algo que a la larga ha dado sus frutos. Atrás quedan ya nombres como el de Mario CoteloGica CraioveanuSergio Sánchez o el inmortalSergio Pachón.

Entre esos peloteros de corta edad, que llegaron a la capital del sur de Madrid para foguearse entre los grandes del fútbol español se encuentran nombres como el de Raúl Albiolcampeón de Europa, del Mundo y actualmente jugador del todopoderoso Nápoles de Rafa Benítez, Riki, actualmente jugador del Granada y un emblema para el deportivismo tras sus años en Coruña. Otros como Pernía, pese a no destacar por su juventud, tuvieron en Getafe un trampolín para poder alcanzar metas impensables como poder debutar con la Selección Española y vestir la elástica del Atlético de Madrid.

El periodo estival ese año se alargó como ya es tradición en el club hasta el último momento. Mientras se acercaba el día en el que el plazo estimado para realizar las pertinentes incorporaciones llegaba a su fin, un chico de aspecto tímido, bien peinado y con una sonrisa que denotaba la ilusión del que quiere crecer se entrenaba en el Cerro del Espino esperando una oportunidad que llegaría en forma de cesión. Si bien es cierto que César Ferrando, entrenador por aquel entonces delAtlético de Madrid, contaba con el canterano para esa temporada, el club prefirió darle una salida para que contase con unos minutos que presumiblemente no tendría en el club de la Cuenca del Manzanares.

El 31 de agosto supuso un día muy atareado en las oficinas del Atlético de Madrid con tres salidas muy ligadas a la historia del Getafe, curiosamente. Arizmendi hacía las maletas dirección a Santander, Cosmin Contra ponía rumbo al West Bromwich Albion y Gabi, aterrizaba en Getafe con esa ilusión tan característica y anteriormente mencionada. Con esta incorporación el conjunto azulón cerraba así una plantilla que haría historia y que tendría la difícil labor de mantener la categoría contra todo pronóstico.

El engranaje de la permanencia

Con 32 partidos a sus espaldas y un bagaje de dos goles, Gabi y una madurez impropia de su edad brindaron el segundo milagro consecutivo para un Getafe que acabó en la 13ª plaza, recabando una holgada permanencia que ni los aficionados más optimistas habrían logrado dibujar en sus sueños. Tanto el madrileño como el Getafe sentaron las bases paralelamente de la que hoy en día es una de las sociedades más perfectas en la historia del club azulón. Todo lo que el Getafe le dio a Gabi, se lo ha devuelto en forma de fútbol, de manija, de brújula en el terreno de juego con un año de ensueño para una afición entregada con el equipo y que a día de hoy está donde está gracias a aquella temporada en la que Getafe creyó.

Un proyecto que generó dudas, pero que poco a poco fue calando hondo dentro de la parroquia azulona y que finalmente acabó convenciendo a cada una de las almas que estuvieron presentes domingo tras domingo en el Coliseum. Gabi y su excelente temporada finalizaron una cesión beneficiosa en el apartado personal y volvió a su club del alma, el Atlético de Madrid.

 

 

Fotos del cuerpo: Getafe CF

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Sobre el autor
Juancar Navacerrada
Coordinador de la sección del Getafe CF. Redactor del Getafe CF, Segunda División B y del Swansea City.