Noche de Halloween en Coruña. Las meigas gallegas han salido a pasear por los cielos de Riazor para presenciar desde el mejor de los palcos a ‘su’ Dépor. La lluvia hacía acto de presencia. Todo preparado. Pero no contaban con el actor principal, el más terrorífico que podían tener, el Getafe. Cosmin Contra no reparó en el miedo frente a su rival y así se lo hizo ver al feudo deportivista.

Desde el minuto uno los azulones, de rojo esta vez, impusieron el sello que llevan estampando cada fin de semana. Esa notoria firma, ese cambio de identidad que ha devuelto la ilusión a un Coliseum que dejó de creer. El rumano sigue confiando en Hinestroza y Yoda en las bandas, algo que está ayudando a crecer a Medhi Lacen, imperial en el medio del campo y con una gran facilidad para sacar el balón con el ofrecimiento de esas dos flechas que el ‘Geta’ tiene en bandas.

Otro de los destacados, Ángel Lafita, pudo abrir el marcador en un disparo que se marchó cerca del palo del marco defendido por Fabricio. El engranaje comenzó a carburar y el Getafe, de nuevo como en Anoeta, se sentía muy cómodo en el verde. La defensa azulona fue un muro prácticamente infranqueable para los francotiradores de Víctor Fernández. Tan excelsa fue su actuación, que hasta Emiliano Velázquez en una jugada digna de Yoda, pudo poner el primer tanto con un regate que dejó sentado a un jugador coruñés y que despejó Fabricio milésimas más tarde.

Y llegó el ex del Astra rumano. Llegó el fichaje enrevesado de la temporada. Otra vez Yoda. Misma jugada que en Anoeta, la para, la esconde y recorta hasta acomodarse un esférico franco para golpearlo con dureza con la zurda. Y si la suerte ayuda golpeando en la espalda del portero tras del en el poste, mejor que mejor. El Getafe ha cambiado, Contra ha dado con la tecla por fin y la lectura del partido deja en evidencia este cambio que se comenzó a otear en el encuentro frente al Espanyol. Ese en el que si el balón hubiese dado el el palo, hubiese salido fuera. Cuestión de rachas también.

La segunda parte no pudo comenzar mejor para los del sur de Madrid. Víctor Fernández movió sus piezas en el encharcado tablero. Postiga y Canella hicieron su aparición pero, sin tiempo para colocarse en el sus posiciones los de Contra ya celebraban el segundo tanto. Lafita esta vez. El aragonés aprovechó una magnífica jugada de Hinestroza que con un pase de tiralíneas dejó al ex del propio Dépor a merced del gol.

La diferencia de este Getafe reside en la ambición y la intensidad, esa que tanto repite Contra. Mientras en temporadas pasadas el equipo tiraba hacia atrás las líneas, este, con esos dos conceptos bien asimilados, opta por todo lo contrario. Quiere más y eso gusta, y mucho, a una afición agradecida cuando se le dan dos vasos de este brebaje cada fin de semana.

Tan sólo Cavaleiro destacó en el ataque del Dépor, que acabó jugando además con Toché y Hélder Postiga en punta tratando de a la desesperada amarrar un punto que se vio posible tras la jugada realizada por estos tres hombres. Cavalieri se deshizo perfectamente de su par, poniendo un balón medido para que Toché, con un control  de talla mundial le regalase el gol a Postiga, y la esperanza a Riazor.

Pero todo fue un espejismo. La noche de Halloween dejaría muy tocado al Dépor. El Getafe le metió mucho miedo durante noventa minutos y el público del Municipal así se lo hizo saber a los suyos, con una sonora pitada que deja a Víctor Fernández a merced de un Córdoba que se juega las castañas este sábado frente al Atlético. Por su parte, el Getafe ya prepara la visita del Elche, otro de los equipos que llegan en un momento difícil de la temporada y eso al ‘Geta’ le gusta, y lo querrá aprovechar.

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Sobre el autor
Juancar Navacerrada
Coordinador de la sección del Getafe CF. Redactor del Getafe CF, Segunda División B y del Swansea City.