Dos equipos con la mentalidad por las nubes se enfrentaron en el Alcoraz. El Huesca, que llegaba a casa con dos victorias consecutivas, recibía a un Getafe B que llegaba a tierras aragonesas tras vencer en un campo difícil como es el Cerro del Espino frente al filial del Atlético de Madrid. Duelo de caracteres, de estilos y sobre todo de veteranía frente a la juventud de un filial. En lago coinciden. Ilusión.

Poco tardó el Huesca en imponer su juego. Ya avisaban los azulgranas con una falta que sacó la defensa azulona, pero ya a la segunda no perdonó. Un balón de Esnáider, generoso como el día de Vallecas pone un balón con nieve y olor a gol que Camacho no desaprovecha para hacer el primero de este domingo y el 74º en partido oficial para el líder del conjunto oscense. El Alcoraz vibró con el veterano jugador que tuvo una más para hacer el segundo.

Pero esto no hizo más que despertar al Getafe, que tuvo el empate en las botas de Astray a los dos minutos con un disparo que sacó bajo palos el propio Camacho y que en el rechace el mismo azulón remató para que Dani Jiménez mandase a córner. Un minuto más tarde fue Edu Payá quien en un mano a mano pudo poner el empate en el marcador pero el cancerbero estuvo de nuevo acertado.

El encuentro se tranquilizó, la marcha que habían impuesto ambos equipos no era de más de quince minutos de duración y eso el juego de ambos lo notó. Los de Pablo Franco empezaron a tocar la pelota, algo que a los oscenses no les importa. Ivi, el mejor en banda, volvió loca a la defensa pero en ningún momento hubo ese pase o esa definición que pusiera el miedo en el cuerpo del equipo azulgrana que con Camacho lo tiene todo. Una preciosa triangulación que él comienza es culminada por Gaspar que a punto estuvo de hacer el segundo.

El 'santo'

Pero en esta primera parte iba a erigirse un santo. El santo oscense, Dani Jiménez. Mikel Orbegozo, que en otro encuentro sumaría mínimo un tanto, se encontró con un cancerbero crecido. El azulón remató con un disparo picado que Jiménez sacó para dejarle otra vez el balón placer para que Orbegozo disparara con un cañonazo que de nuevo el portero sacó. El gol se hacía de rogar.

Con este resultado se llegó al descanso. El Getafe B mereció el empate y eso Pablo Franco lo sabía. El discurso, seguir igual y no dejar a Camacho pensar. Eso era lo fundamental para vivir una segunda parte con la mayor de las alegrías. Pero se olvidaron de Esnáider, el gran tapado del encuentro.

El ataque rápido volvió para sentenciar

El filial salió con todas y quiso emular el gol de Camacho con la celeridad del momento pero el disparo de Mikel fue sacado bajo palos por Carlos. Pero ya lo dice ese famoso dicho futbolístico, esas palabras tan cargadas de razón. “Si perdonas tanto, lo acabas pagando”. Esnáider, otro de los nombres propios del encuentro saca a relucir los errores de la defensa azulona y de nuevo asiste, esta vez a Tyronne, para poner el segundo y la cuesta muy hacia arriba en el marcador.

Mazazo muy duro para los de Pablo Franco que sobre todo anímicamente mermó toda la chispa con la que habían salido en la segunda parte. El plan salió al revés y de nuevo el Huesca marcó en los primeros minutos. El míster movió el banquillo metiendo a Pirez por M’Baka pero en nada se notó.

El equipo, alicaido tuvo alguna ocasión aislada pero nada funcionó ya como en la primera parte. La losa sobre la espalda era muy pesada y ni Orbegozo, ni Ivi ni Astray fueron los mismos que en el primer tiempo. Ayina entró para darle dinámita al ataque azulón pero igualmente el resultado fue negativo. Finalmente tres puntos que se quedan en el Alcoraz, que sitúan al Huesca líder y al Getafe B en mitad de tabla.