Volvió a ganar el Getafe en casa en esta segunda vuelta, en la que cuenta sus encuentros como anfitrión por victorias. Al igual que contra el Celta, otra vez por 2 goles a 1. Al igual que frente a los gallegos, con un gol cuando el partido encaraba sus últimos minutos. El conjunto de Quique Sánchez Flores se hizo grande ante un Sevilla que inquietó poco la meta azulona. Fue además el partido de la reconciliación para algunos jugadores del Getafe. Diego Castro, que necesitaba resarcirse de su fallo frente al Celta y cuajó una gran actuación, y Pedro León, que no había mostrado su mejor cara, fueron decisivos en la victoria getafense.

Pese al frío de las últimas semanas en la península, la tarde de fútbol en el Coliseum se presentaba templada. Además, y pese al tópico injusto que persigue a la parroquia azulona, con buena entrada. Con ambos conjuntos lastrados por las bajas, las alineaciones fueron noticia. En los locales, Jona ocupó la meta por primera vez en la temporada, mientras que Alexis fue alineado en el lateral derecho. La vuelta de Lacen al doble pivote movió a Diego Castro a la mediapunta y a Sammir a una banda. Por parte de los sevillistas, Unai diseñó un once sin bandas. Trivote en el centro del campo con M’Bia, Krychowiak e Iborra; Banega, Aspas y Bacca como atacantes. Con tal acumulación de hombres interiores, la lucha por el centro del campo se preveía dura.

Quique salió a por los tres puntos desde el inicio. La mejoría del equipo desde su llegada es notoria y hoy fue el mejor ejemplo de ello; seguramente el mejor partido del Getafe en lo que va de liga. Con Juan Rodríguez y Lacen –por fin juntos, pensará el técnico azulón- sujetando la medular, los tres hombres de la mediapunta se vieron más liberados para hacer su juego. Uno de los encargados para sujetarlos, M’Bia, se lesionó en el minuto 12 y fue sustituido en el 14. Cambio extraño por parte de Unai, que dio entrada a Diogo en el lateral y movió a Coke al doble pivote, donde naufragó. Con Denis Suárez y Deulofeu en el banco, el preparador sevillista decidió no dar entrada a ninguno de los centrocampistas y hacer jugar fuera de zona a un defensa.

Rozando el minuto 15, llegó la primera ocasión clara de los azulones; tras un córner, el balón le quedó muerto a Sammir en el área, pero su golpeo se perdió muy lejos de la portería de Rico. Sin tiempo para coger aire, el Sevilla se encontró con una genialidad de Banega, que se inventó un pase maravilloso a Aspas. El delantero gallego pisó área, la puso para Iborra y el centrocampista remató fuera. De este intercambio de golpes pareció salir con más confianza el Getafe. En el 28, Álvaro recibió el balón en un costado, entro en el área hispalense y recortó a Diogo, que le derribó. Penalti claro. El propio delantero catalán se encargó de introducirla en la red y adelantar a los azulones. El Coliseum comenzaba a creer.

Tras el gol de Álvaro, el partido se decantó del lado local. El Getafe acabó el primer tiempo dominando y comenzó el segundo inquietando. Sammir, Sarabia y Diego Castro hacían mucho daño al Sevilla con su constante movilidad. Álvaro tiraba desmarques de forma incansable y ganaba la espalda a los centrales una y otra vez. Así llegaron dos ocasiones clarísimas para los de Quique. La primera para Álvaro, que ganó la carrera a Kolo y se plantó solo delante de Rico, aunque quiso ajustar demasiado su disparo al palo y la echó fuera. No vio además a Sarabia, que llegaba franco y sin marca para el remate. Sarabia fue también el protagonista de la segunda, un balón suelto dentro del área que Diego Castro no pudo rematar y que Pablo mandó contra la defensa con Rico batido.

El Getafe llegaba y se hacía fuerte, pero cuando mejor estaba llegó el gol del Sevilla. Krychowiak encontró el balón en el balcón del área y ajustó al palo izquierdo de Jona. Disparo inapelable que empataba el partido y desmerecía la gran actuación getafense. A raíz del gol, pareció animarse el Sevilla y se inquietó la grada. Banega cogió galones y trenzó dos buenas jugadas en campo contrario. Fue un espejismo. El Getafe se recuperó del golpe y volvió a dominar, sobre todo de la mano de un Diego Castro que por fin volvió a parecerse al gran futbolista que había disfrutado el Coliseum. El penalti fallado frente al Celta ha sido un buen revulsivo para el gallego, que ya en su posición se mostró muy motivado. Entraron además Freddy y Pedro León por Sammir y Álvaro –este último con problemas físicos-. Por los sevillistas, Aspas se tuvo que retirar por lesión, dejando su lugar a Juan Muñoz. El estado de forma de Denis y Deulofeu quedó retratado por Emery, que dio entrada a un defensa y un canterano por delante de ambos.

Y en estas llegó el 85, el minuto de la épica hoy en Getafe. Cuando el 1-1 parecía un resultado probable y el punto se daba por bueno, los azulones consiguieron el gol de la victoria. Freddy cabalgó por banda y puso un buen centro a media altura, que fue repelido por Sergio Rico. Castro recogió y remató, pero se topó de nuevo con el guardameta. El tercer rechace fue a parar a Pedro León, que empujó a puerta vacía y dio el triunfo al equipo. Necesitaba el murciano una acción así para reconciliarse con el público y consigo mismo. A juzgar por la falta que botó minutos después y que se marchó fuera por poco, la recuperación va por buen camino.