Después de una semana dura llena de baches por superar, la idea de unión estaba cuanto menos grabada a fuego en cada una de las mentas de los jugadores que componen la plantilla del Getafe CF. Cada vez son menos, todo sea dicho. La marcha de Sammir y Quique dejaron en cuaros al club presidido por Ángel Torres. Días movidos en el Coliseum que tuvieron como decisión poner a Pablo Franco en el banquillo en La Rosaleda.

Pocos retoques en un once esperado por todos. Jona siguió bajo palos, Diego Castro ocupó el medio campo en detrimento de Lacen, sancaionado. Y arriba para el gol, Álvaro Vázquez. Faltaba por ver si de verdad esa actitud quelos tres capitanes aseguraron en sala de prensa quedaría plasmada en el verde.

Y esas palabras cayeron en saco roto. Tan solo nueve minutos necesitó Juanmi para cabecear un centro con música salido de las botas de Rosales. No era el Getafe de los últimos encuentros y menos de un cuarto de hora hizo falta para verse con una impotencia que llevó a los de Pablo Franco a deambular por el campo. Alexis, en su peor partido de la tempoarada, no acertó en ningún momento en su vuelta a casa. Malas decisiones que llevaron, por ejemplo, a encarrilar la contra boquerón del primer tanto.

Y es que esa fue la tónica de toda la primera parte. La imprecisión. Pedro, Naldo y compañíua no acertaron en ningún momento. No estaban dentro del choque.

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Álvaro se vistió de líder

Pero la segunda parte fue totalmente opuesta. Pablo Franco y su charla en el túnel de vestuario surtieron el efecto deseado. Hay mibres de sobra para plantar cara a cualquier equipo y eso es lo que Pablo o el que venga debe transmitir. Y poco tardó Pedro León, desde la misma posición que Rosales, enviarle un balón raso a Álvaro para que este solo tenga que empujarlo.

A este 'Geta' lo habían cambiado. Solamente la presión ofrecida a los de Javi Gracia eran síntoma de que algo había cambiado. E incordiaron, jugaron y trnamitieron otra cosa.

Pero Pasó algo que no estaba en los planes. Esa chispa, esa diferencia y detalle que cambian el signo del encuentro. Cuando el Getafe estaba concienciado de que se podía ganar y se sabía mejor, Sergi Darder se sacó un zapatazo desde 30 metros que Jona apenas pudo ver. Se coló por la escuadra. Pero no fue lo único porque pocos minutos después sería Orta quien pondría el tercero. Tocados y hundidos.

Pero Álvaro no tenía esa mentalidad. Quería mas y si alguien ha demostrado querer a este Getafe sumido en tantos problemas es él. A balón parado, una de las asignaturas pendientes de este Getafe, el de Badalona puso el segundo. Pero no fue suficiente. Ivi y Yoda que salieron minutos antes al terreno de juego no pudieron hacer nada.

Horas difíciles las que esperan al Getafe. Habrá que esperar acontecimientos. Próxima parada: Córdoba.