El pasado sábado, el conjunto azulón del sur de Madrid visitaba Nervión tras tres partidos consecutivos sin saber lo que era encajar un gol. En la rueda de prensa previa, Unai Emery afirmaba que se enfrentaban a un equipo difícil de hacerle de ocasiones, muy rocoso atrás.

Se preveía pues, un partido más que interesante, con un Sevilla intentando resarcirse ante su afición de la dura derrota ante el Manchester City en Champions, y un Getafe que venía haciendo las cosas muy bien, logrando siete de nueve puntos posibles con la portería a cero.

Dominio hispalense desde el minuto uno

El Sevilla comenzó el partido buscando la portería de Guaita de manera activa. Konoplyanka iba a ser un auténtico quebradero de cabezas para la zaga azulona, sobre todo para Vigaray, de quien no iba ser el día especialmente. El ucraniano jugada tras jugada llegaba con mucho peligro al área madrileña, pero sus numerosos centros no terminaban de culminarse.

Los de Escribá por contra, cuando sobre pasaban el centro del campo, se les acababan las ideas, y hombres como Víctor Rodríguez o Sarbia, como en partidos anteriores, no estuvieron participativos. Esto provocó además que, Scepovic, el nueve titular que sustituía a Álvaro tras sus molestias en el abductor, y que venía de marcar dos tantos la jornada anterior a Las Palmas, no oliera el balón prácticamente.

Dos errores defensivos, dos goles

Cuando faltaban menos de diez minutos para llegar al descanso, comenzó el desastre en la defensa azulona. Antes de los goles, alguna que otras pérdida, como la de Vergini, estuvieron a punto de aprovecharlas Gameiro y Vitolo. Sin embargo, en el minuto 36, Konoplyanka se zafaba de Vigaray en el costado derecho, disparaba desde el pico del área y Guaita se tiraba para parar el disparo del ucraniano pero, su despeje fue muy débil y dejaba muerto el balón en el área para que, un Gameiro totalmente solo, marcara a placer el primero de la noche.

Fran Escribá animaba a los suyos desde la banda, aún quedaba partido. Pero lo peor estaba por llegar, lo de esta primera mitad era un adelanto. Cuando se acercaba el descanso, el Sevilla disponía de una falta cerca del área. La defensa azulona, totalmente dormida, vio como Banega filtraba un pase raso a Gameiro, y éste encaraba a Guaita, y con la zurda ponía el balón arriba e imparable para el meta valenciano. Duro palo antes de encarar el túnel de vestuarios.

Segunda parte con palabra propia: penalti

Los segundos 45 minutos tuvieron tres protagonistas esenciales. Por el lado del Sevilla, Gameiro. Por el lado del Getafe, Vigaray. Y, además de estos dos jugadores, los penaltis. Sí, hasta tres penaltis señalaba Vicandi Garrido favorables al Sevilla el pasado sábado, tan claros como a la par de inocentes, además de que pudo haber pitado un cuarto.

El primero llegaría en el minuto 49, cuando Vigaray, derribaba a Konoplyanka. Recibía la amarilla. El encargado de ejecutar la pena máxima fue el maestro argentino Éver Banega, que engañaba a Vicente Guaita y ponía el 3-0 y dejaba el partido más que encarrilado.

Foto: laliga.es

Tan solo diez minutos después, de nuevo Vigaray cometía penalti. En esta ocasión fue sobre Gameiro, quien marcaba el 4-0 desde los once metros, consiguiendo así el hat-trick. El canterano del Getafe recibía la segunda amarilla y era expulsado. Si el cuadro azulón ya desaparecía del campo con once, con diez ya fue la confirmación del horrendo partido.

Finalmente, a diez minutos del final del partido, Wanderson empujaba a N'Zonzi dentro del área y Vicandi señalaba por tercera vez el punto de penalti. Konoplyanka, merecedor de un gol en este partido, anotaba el quinto y cerraba la goleada.

Partido ante el Barcelona como motivación

Duro correctivo el que recibió el Getafe después de tres brillantes jornadas, dónde consiguió dejar su portería a cero. Además, con esta derrota, también muestra sus carencias cuando juega lejos del Coliseum, ya que tan solo ha puntuado en Balaídos. Cinco partidos fuera, y por tanto, 15 puntos posibles, de los que ha logrado uno.

Este fin de semana se enfrentan al Barcelona, que no se encuentra en su mejor momento de juego, a pesar de que sigue ganando. Veremos si el Getafe es capaz de volver a poner el cerrojo a su portería, y que mejor ante su afición, su fortín, el Coliseum Alfonso Pérez.

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