Desde que el Rayo Vallecano ascendió en 2011 a la Liga BBVA, se convirtió en dominador indiscutible del derbi madrileño más modesto de Primera División. Hasta en siete de los ocho duelos que se han jugado desde entonces el Getafe ha salido derrotado ante los de Jémez, pero la única victoria azulona tuvo lugar en el que sin duda fue el partido más importante que ha enfrentado a ambos conjuntos. Se jugó en Vallecas el 18 de mayo de 2014, y sirvió para que los getafenses continuasen un año más en la élite del fútbol español.

El Getafe, que había parecido desahuciado cuando a mitad de temporada había encadenado 16 partidos sin ganar, había levantado el vuelo de la mano de Cosmin Contra, y le bastaba un empate para mantener la categoría. El Rayo, por su parte, estaba ya matemáticamente salvado, y tenía el poder de dictar sentecia o perdonar a los azulones. La rivalidad era demasiado grande como para dejar pasar la oportunidad.

Ciprian abrió el camino

Las necesidades del cuadro azulón se hicieron notar desde el principio, y las primeras ocasiones no tardaron en caer del lado visitante. Pedro León y Lafita gozaron de las primeras oportunidades, de las que fue especialmente peligrosa la del zaragozano, quien, en un mano a mano ante Rubén, cruzó en exceso su remate. No obstante, cuando parecía que se iba a llegar al descanso con empate en el marcador, Ciprian Marica se inventó un golazo que inició el camino hacia la permanencia.

El rumano recibió de Rafa a unos 35 metros de la portería, se fue de dos rivales con un habilidoso dribbling y perforó la portería local con un zapatazo raso y ajustado al palo. Inapelable. Al descanso, la undécima temporada consecutiva en Primera parecía un poco más cerca.

Julio César: de villano a héroe

Tras el descanso, que fue excepcionalmente largo debido a que la caída de una valla en Pamplona obligó a detener todos los partidos para que acabasen a la vez, el partido cambió. El Rayo comenzó a ir ganando peso en el partido, y antes de merecerlo siquiera se vio con el 1-1 en el marcador después de que Julio César no acertara a despejar una falta colgada por Trashorras y permitiese que el esférico se introdujese en la meta azulona. A partir de ahí, los nervios comenzaron a apoderarse del Getafe.

El miedo se apoderó del Getafe tras el gol de Trashorras y pudo costarle el descenso

Los de Jémez notaron que la presión atenazaba a su rival, y, alentados por su público, no dudaron en buscar el tanto que, teniendo en cuenta los resultados que se estaban dando en otros campos, mandaba a los de Contra a Segunda. Fueron momentos de mucha tensión, pues los vallecanos iban echando a su rival cada vez más atrás, tocando el balón cada vez más cerca de su área, y generando ocasiones cada vez más claras. El sector azulón que se había desplazado para animar a su equipo estaba enmudecido ante lo que presentían que podía ocurrir.

Sarabia, rematando un balón muerto en el área pequeña, pudo devolver la tranquilidad a los suyos, pero el fútbol quiso los corazones se acelerasen aún un poco más. Y vaya si lo hicieron. En el minuto 88, Alberto Bueno batió a Julio César en un mano a mano, pero el asistente señaló, correctamente, que el madrileño había partido de posición antirreglamentaria. Dos minutos después, Julio César enmedó su error con una impresionante parada al remate de Galeano desde el área pequeña tras otra falta colgada por Trashorras. El Getafe estaba al borde del abismo.

Fue entonces cuando por fin los azulones volvieron a respirar. Inmediatamente después de la acción que pudo condenarles, Sammir condujo una contra, se plantó en el área rival, y fue derribado por Rubén de manera más que evidente. Gil Manzano señaló los once metros, y Ciprian no falló desde allí. El Getafe respiraba aliviado. Seguía siendo equipo de Primera División.

Sin embargo, pese a la importancia de este triunfo, el balance de 1-7 continúa siendo muy pobre, y el lunes los de Escribá deberán tratar de empezar a corregirlo. Aunque el choque no tenga tanta trascendencia, una derrota podría dejar a los getafenses en descenso, y complicaría una temporada que ya de por sí ha empezado cuesta arriba. Llega el momento de hacer bueno el dicho de que las estadísticas están para romperlas. Si no lo hacen ellas, será el proyecto de este Getafe el que podría comenzar a resquebrajarse.

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Sobre el autor
Aitor Darias Oruezabala
Proyecto de periodista. Amante del fútbol desde pequeño y enamorado más tarde del baloncesto. De qué sirve vivirlo si no puedes contarlo.