Arrancar mal los partidos se ha convertido en una triste costumbre para el Getafe. En los últimos cinco encuentros, el flojo comienzo de los de Escribá les ha hecho encajar un gol tempranero, y en los cuatro últimos el inicio se ha convertido en una losa demasiado grande para levantarla. Hoy, los azulones llevaron este problema a su máximo exponente.

Solo había pasado un minuto cuando Fernando Torres empujó a la red un centro de Carrasco y llevó un déjà vu a la mente de todos los aficionados del Coliseum. El de Fuenlabrada estuvo cerca de castigar aún más el flojo arranque de los locales, y los fantasmas volvían a sobrevolar el terreno de juego. Pero esta vez no llegaron más goles.

El Atlético aprovechó su primera ocasión y se limitó a hacer valer su excelente defensa

Entonces fue el Atlético de Madrid quien llevó el partido a lo que para ellos es habitual. Los de Simeone demostraron por enésima vez su espectacular capacidad para anular por completo el ataque rival, y a base de una presión bien organizada, unas líneas muy juntas y una impresionante capacidad de repliegue se convirtieron en un muro totalmente impenetrable. Por algo los rojiblancos solo han encajado 11 goles en todo el campeonato.

Los azulones lo intentaron, pero fue imposible. Movieron el balón de un lado a otro, trataron de combinar, de entrar por banda, pero fue imposible encontrar un solo hueco en la zaga colchonera. Si bien es cierto que Escribá no terminó de volcar a su equipo, ni con los cambios ni posicionalmente, la intención de hacer daño al Atlético con el balón era evidente. Hoy, la buena voluntad del Getafe se vio desbordada por el buen hacer del que seguramente sea el equipo que mejor defiende del mundo.

De esta forma, los getafenses enlazan cuatro jornadas consecutivas perdiendo, su peor racha de la temporada, y vuelven a acercarse a la zona de desenso. La visita al Levante de la próxima semana será decisiva de cara a volver a tomar oxígeno con respecto a la parte baja o, por el contrario, verse de nuevo metido de lleno en una lucha de la que parecía haber escapado. Evitar complicaciones pasa por el Ciudad de Valencia.