Era vital conseguir puntuar en Anoeta, y el Getafe ha sido capaz de ignorar todas sus estadísticas negativas fuera de casa y sus malas rachas para lograr tres puntos que le sirven para seguir competiendo por la salvación.

La Real fue capaz de ganar al Barcelona hace un par de jornadas pero no tuvo otra que resignarse a salir derrotado ante un Getafe que le puso más empeño y corazón al partido.

Los nervios iniciales

La necesidad imperiosa por puntuar de los azulones, hoy de rojo, pareció haberles pasado un mal rato al principio. Y es que la victoria del Sporting ante el Sevilla (2-1) y del Granada ante el Levante (5-1) y la mala racha de 13 partidos sin ganar que atravesaba el Getafe suponían una presión que se volvió un poco más aguda en los siguientes minutos.

La Real Sociedad comenzaba a inquietar con centros de Alberto De La Bella y jugadas a balón parado. Para colmo de males, Roberto Lago se rompía en los primeros compases del encuentro. En el minuto 9 y tenía que ser sustituido por Miguel Ángel Muñoz.

Y en lo que parecía una jugada sin demasiado peligro nació el gol de los donostiarras. Vigaray se despista y Oyarzabal le gana la posición en un saque de banda. Consigue centrar y, aunque Guaita toca el balón no es capaz de detenerlo, se le escapa y el rechace le cae a Carlos Vela, que abría el marcador en el minuto 19.

La Real Sociedad mandaba en la posesión, pero el gol pareció hacer despertar al Getafe más que intimidarlo. El Getafe se sacaba poco a poco los nervios conectando pases y llegando a finalizar las jugadas. Álvaro Vázquez y Sarabia se mostraban como los jugadores más activos de los getafenses, más tarde recibirían recompensa por sus esfuerzos.

Y se dieron cuenta de que saben y pueden

Quizás fue premonitoria, o quizás no, del posterior gol de Sarabia, pero el minuto 40 fue importante en el devenir del partido.

Íñigo Martínez se dormía con el balón cerca de la línea de fondo. Sarabia estaba presionándole muy atentamente y acabó pudiéndole arrebatar el esférico. Entonces centró para Emi Buendía, pero el argentino pecó al intentar ajustar demasiado su disparo y su remate se fue por encima de la portería.

Era una oportunidad menos para el Getafe, pero los jugadores supieron que podían hacer daño a la Real. Fue una inyección de moral que incentivó la llegada del gol del empate.

Una obra maestra en conjunto del Getafe. Vergini controlaba el balón en la zaga, pasó el balón y con tan sólo tres toques más Álvaro Vázquez lograba poner un centro desde la banda derecha. El destinatario fue el “pichichi”, Pablo Sarabia, que aseguró el gol rematando abajo al palo corto de Oier.

Álvaro abre el camino a la permanencia

La Real Sociedad intentó retomar el control del partido en el comienzo de la segunda parte, pero a los diez minutos el Getafe logró superarles en el marcador.

Emi Buendía mandaba un pase al hueco a Álvaro Vázquez, y cuando el barcelonés intentó controlarlo fue derribado por Oier dentro del Área. El mismo Álvaro fue el encargado de lanzar el penatli, que anotó engañando a Oier.

A partir de ese momento el encuentro se dividió entre los intentos de los locales por igualar el tanteo, con el disparo de fuera del área de Alberto De La Bella como su acción más destacada, y los de los visitantes por seguir aumentando la diferencia. Casi lo logra con los remates de Medrán y Sarabia.

El Getafe aguantó bien los últimos envites de la Real Sociedad y se acabó llevando la victoria. Se notaron los cambios en el once introducidos en el once inicial por Esnáider, sobre todo el criterio y la visión de juego de Emi Buendía, y que los azulones pueden haber encontrado la confianza que les faltaba. Tan sólo falta continuar con la dinámica en casa frente a un Valencia en racha.