Los filiales de Granada y Córdoba firmaron las tablas en el encuentro que supuso el regreso a Los Cármenes del equipo
El filial rojiblanco saltó al césped de Los Cármenes con la intención de medir el planteamiento de un Córdoba B que llegaba muy necesitado a la cita. Joseba Aguado planteó un once sobre el terreno en el que la novedad residió en la inclusión de Richard Boateng para jugar por delante de la defensa. El ghanés, que se perdió el partido ante el filial de la UD Almería por acumulación de amonestaciones, volvía para actuar por delante de una zaga formada por los habituales: Carmona y Lozano en los laterales, con Álvaro Vega y Morante en el centro. Algo más adelantado que el ghanés actuó Sergio Martín, con el chileno Bravo por la derecha y Álvaro por el costado izquierdo. En la media punta, el máximo realizador del conjunto rojiblanco, Antonio Puertas, jugó por detrás de Machís.
Por si fuera poco, ocho minutos después el Córdoba B consiguió el tanto de la igualada en su primer acercamiento. Un balón en profundidad sobre Dani Espejo habilitó al jugador cordobesista para establecer el empate en el marcador. Un gol que no dudó Espejo en dedicar a un grupo de aficionados rojiblancos que se dio cita en Los Cármenes, a los que mandó callar para encender las iras del resto de espectadores locales.
Tras el empate, el filial granadinista persistió en el dominio del juego, pero al equipo
El inicio de la segunda mitad fue un calco al primer acto, aunque si por algo destacó el inicio fue por la tromba de agua que apretó sobre Los Cármenes. A los cinco minutos una carrera de Antonio Puertas por la parte derecha permitió al almeriense ceder el balón a Nico. El motrileño disparó desde el punto de penalti con tan mala fortuna de que el remate golpeó en el propio Machís, lo que permitió a Razak detener sin excesivos problemas.
El agua no cesaba y el balón rodaba con suma velocidad por el verde. En una jugada elaborada en el minuto 68, Bravo recogió un balón en el costado izquierdo, donde se alojó tras la entrada de Nico en la primera parte. El chileno trazó una diagonal y se coló en el área, pero su disparo se marchó desviado por poco de la portería cordobesista. Poco antes, una falta lanzada por el blanquiverde Gonzalo buscó el bote sobre el verde y se envenenó sin tomar portería definitivamente. El Córdoba B, bien plantado sobre el campo, no creaba excesivo peligro, pero también tuvo tiempo de meter el miedo en el cuerpo de la parroquia rojiblanca. De hecho, marcó por medio de Dani Espejo a la salida de un córner tras aprovechar un rechace, pero el tanto quedó invalidado al decretar el colegiado murciano falta sobre un defensor granadinista.
El Granada B se veía en la obligación de ir a por el partido. Aguado optó por dar refresco a la punta de la lanza. Retiró a Machís para dar entrada a Cuero, con el fin de fijar a Bernardo y Lucena, centrales del Córdoba B. Con posterioridad introdujo a Sergio Peña por Bravo. El peruano se colocó por detrás de Cuero y Antonio Puertas pasó al costado izquierdo.
Todo hacía indicar que el partido moriría en un empate que solo la estrategia o un error individual podrían desequilibrar. A punto estuvo el Córdoba B de marcar el segundo en un balón largo sobre la posición de Carlos Fernández que, tras meter el cuerpo ante Fran Morante, se plantó solo ante Dimitrievski. Sin embargo, el meta macedonio estuvo providencial para evitar el tanto visitante y metió los pies para repeler el esférico. Por su parte, el Granada B no encontraba el camino. Solo un balón en diagonal de Carmona a un minuto del 90 reglamentario encontró a Wilson Cuero, pero el cabezazo en plancha del colombiano no supuso problema alguno para Razak.
Con un empate acabó el duelo entre Granada B y Córdoba B, que se convierte en el primer rival que consigue salir airoso de Los Cármenes esta temporada. Ahora, al equipo de Joseba Aguado solo le queda pensar en la próxima cita, en la que la Balompédica Linense espera al filial rojiblanco en el Municipal.