Objetivo conseguido para el Granada. El equipo rojiblanco estará un año más en la élite del futbol español gracias a una gran victoria en campo del Valladolid que, por el contrario, desciende a Segunda División. Los hombres de Lucas Alcaraz consiguieron adelantarse en el marcador en la primera mitad y aguantar sólidamente la segunda parte para sellar una permanencia que ha costado más de lo esperado.

Lucas tiró de los de siempre

Roberto y Mainz, titulares en la final

El once inicial con el que saltaba el Granada al Estadio José Zorrilla tenía como variantes la entrada de Diego Mainz en el centro de la zaga en lugar del sancionado Murillo y la vuelta de Roberto a la portería. Alcaraz sabía que necesitaba tirar de la vieja guardia que tan acostumbrada está a disputar este tipo de finales con la camiseta rojiblanca y la apuesta le salió ganadora.

El Valladolid recurría a su once habitual y se aferraba a Javi Guerra como estandarte que abanderara el milagro y a su afición, que llenó las gradas del José Zorrilla para dar el último aliento a los suyos. En esas gradas repletas también se encontraban unos 400 fieles granadinistas que se desplazaron a Pucela para arropar a su equipo en la gran final.

Equipos atenazados al inicio del encuentro

El partido comenzaba con los nervios habituales de una cita tan importante. Las imprecisiones se repartían por doquier en ambos equipos. Ninguno conseguía hacerse con el control de los primeros minutos y los balones por alto predominaban en el juego. El Granada presionaba tímidamente arriba a una zaga vallisoletana a la que le quemaba el esférico en los pies.

La primera ocasión fue para el Valladolid en una arrancada de Javi Guerra que pillaba a Roberto reculando hacia atrás y en la que Mainz conseguía estorbar lo suficiente al delantero blanquivioleta para que el balón se marchara desviado. Acto seguido respondía el Granada con un cabezazo de Mainz que repelía Jaime por abajo.

A partir del cuarto de juego, el Valladolid comenzó a hacerse con el dominio de la pelota. En el minuto 15, un despeje fallido de Nyom obligaba a Roberto a estirarse para enviar el balón a córner. Los nervios volvían a hacerse patentes en el Granada. Poco después era Jeffren el que ponía a prueba al guardameta rojiblanco que despejaba el disparo en dos tiempos.

El Granada no consiguió trenzar una jugada de peligro hasta mediada la primera parte. En el 30, Brahimi realizaba una jugada personal por la banda, daba el pase de la muerte a El Arabi y este no acertaba a controlar el balón para encarar solo a Jaime.

Un gol que vale una permanencia

Foto: AS.com
Foto: As.com

Cuando el partido se encaminaba al descanso llegaba la alegría para el Granada. En una falta en la frontal del área, Fran Rico pasaba el balón en corto a Piti, que se introducía por la espalda de la defensa, metía el balón en raso al interior del área chica y el defensa serbio Mitrovic introducía el balón en propia puerta. La euforia se apoderaba de la afición granadinista desplazada a Pucela. La salvación estaba un poco más cerca para los nazaríes y muy negra para el Valladolid, al que tampoco le acompañaban los resultados en los otros encuentros.

El descanso se eternizó por espacio de 45 minutos debido a los incidentes acaecidos en Pamplona, donde la caída de una valla en el sector de los Indar Gorri, grupo de animación osasunista, hacía que el partido Osasuna-Betis se parara y obligara al resto de encuentros a alargar el descanso para volver a unificar horarios.

Quiero y no puedo del Valladolid

Así se podría resumir la segunda parte. Los segundos 45 minutos fueron para que los locales tuvieran el balón e intentaran de todas las maneras posibles quemar los últimos cartuchos que le quedaban. El Granada, sabedor del excelente resultado que tenía en sus manos, se replegó atrás y se limitó a achicar balones de manera impecables sin llegar a pasar serios apuros en ningún momento.

El Granada, de 10 en defensa

Juan Ignacio Martínez ponía toda su artillería a flote en los primeros compases de la reanudación con la entrada de Osorio y del espigado Manucho. La premisa era clara, balones altos buscando al delantero congoleño en busca de remates o segundas jugadas. La zaga granadinista, que estuvo colosal durante todo el encuentro, abortó por completo el plan de JIM. Mainz e Ilori se compenetraron a la perfección y despejaron con solvencia todo balón que merodeaba el área nazarí.

El Valladolid sólo dispuso de dos ocasiones claras en la segunda mitad. La primera, un disparo ajustado de Javi Guerra, en el minuto 69, que despejaba Roberto a córner. La segunda y más clara, en el 83, en la que Mainz arrebató el balón a Manucho dentro del área cuando este se disponía a fusilar a Roberto. A partir de ahí se acabó la vida para los pucelanos.

Final de celebración granadinista

Los últimos minutos sirvieron para que la hinchada granadina festejara la permanencia por anticipado y para que Ighalo estuviera a punto de marcar su gol de todas las finales. Un recorte dentro del área, marca de la casa del nigeriano, lo dejaba solo ante Jaime, que acertaba a despejar el disparo de “La Leyenda”.

El pitido final dio paso a la alegría desbordada de todo el granadinismo, que podrá disfrutar de un año más en Primera. No corrió la misma suerte el Valladolid, que acompañará a Osasuna en su periplo por Segunda la temporada que viene. Hoy es un día para festejar un hito tan grande para el Granada: cuatro temporadas consecutivas en la élite. Tiempo habrá de analizar el porqué se llegó en esta situación a la última jornada. Granada es de Primera.

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Sobre el autor
Jose Rafael Sánchez
Licenciado en ADE en Granada y aficionado al periodismo. Colaboro con Granada CF- Vavel