El estadio de los Cármenes fue escenario de un choque entre dos de los equipos con peor dinámica del fútbol español. El Granada CF llegaba a su debut en la competición copera tras una racha de nueve partidos sin ganar. Por su parte, el Córdoba CF es el único equipo de la Liga BBVA que aún no ha sumado ninguna victoria. Tanto Caparrós como Djukic aprovecharon para hacer rotaciones y dar minutos a los menos habituales. Entre los nazaríes tan solo repitieron dos jugadores en el once de los que saltaron de inicio al Sánchez Pizjuán: Babin y Juan Carlos. Los cordobesistas hicieron 10 cambios, siendo Deivid el elegido para repetir como titular tras la derrota en el Nuevo Arcángel frente al Villarreal. Los rojiblancos se llevaron un escueto triunfo, que no disipó las dudas de un equipo que debe mejorar mucho.

Success y Córdoba se echaron el equipo a la espalda

El ambiente era frío. La situación de los locales y la hora no invitaban a mucho más. Ambos equipos dieron la sensación desde un principio de estar más procupados por lo que se les viene en Liga, que por la eliminatoria en disputa. Los locales temían que el derbi andaluz se transformara en un plebiscito a la plantilla. Los más de 9.000 fieles que asistieron al campo prefirieron comprobar lo que les ofrecían las caras nuevas. Oier, Martins y Larsson debutaban con la elástica rojiblanca. Los visitantes comenzaron dominando merced a un mayor posesión de balón en los primeros cincos minutos. Sin embargo, el Granada fue poco a poco adquiriendo peso en el encuentro. 

Success y Córdoba fueron los más destacados en la primera parte

La dupla formada por Success y Córdoba se mostró muy móvil en todo momento. El joven nigeriano tuvo dos aproximaciones peligrosas en los primeros 20 minutos. Los dos arietes fueron los protagonistas de la jugada del gol en el 23'. Success transformó un centro sin peligro aparente en una certera asistencia de cabeza. El colombiano fue al espacio y desde la frontal del área pequeña inaguró el marcador de un disparo con la diestra. Córdoba marcó al Córdoba, valga la redundancia. El sudamericano celebró el gol señalando al cielo. Los seguidores granadinistas más creyentes hicieron lo propio, agradecidos como si de un milagro se tratara. Los locales no marcaban en su feudo desde el caluroso agosto. 

A partir de ese momento, los de Caparrós se dedicaron a intentar aprovechar los errores rivales. Los blanquiverdes insistieron en ser protagonistas. Eso le vino bien a los nazaríes, que presionaban al medio campo cordobesista para salir rápido a la contra. En ese contexto, se agrandó la figura de Eddy, que cuajó un gran partido. El autor del primer gol conectó un buen chut en el 42' pero detuvo Saizar. El descanso llegó sin mucha más historia.

El motrileño Nico debutó con el equipo de su tierra

Nico fue aclamado por el público de su tierra

La segunda parte empezó con un Granada en búsqueda del segundo tanto. Nyom creó superioridad por su banda y una de sus cabalgadas estuvo a punto de ser aprovechada por Success para ampliar el marcador. Juan Carlos en una buena internada rozó el gol pero el disparo se fue demasiado cruzado. El Córdoba continuaba con su idea de tener el balón aprovechando el buen partido de Ekeng, el mejor de sus filas, que tuvo la más clara para los de Djukic. Sin embargo, el camerunés cometió un error infantil. Para frenar un contragolpe en el 70', agarró descaradamente la camiseta de un adversario cuando ya tenía una cartulina amarilla.

Los nazaríes se volvían a quedar con un hombres más. Caparrós introdujo en el campo a Ortuño y Nico en detrimento de Success y Larsson. El motrileño, que debutaba con el primer equipo, se llevó la gran ovación de la noche. El público de Los Cármenes no disfrutaba de un futbolista de la tierra desde la marcha en 2013 del eterno capitán Lucena. El técnico utrerano hizo el tercer cambio al dar entrada a Iturra por Eddy, que se retiró con molestias.

Caparrós se marchó entre leves pitidos

Los rojiblancos fueron nuevamente incapaces de reflejar la superioridad numérica en buen fútbol y ocasiones. Tan solo las intervenciones de Nico despertaban el interés del respetable. Los últimos 20 minutos de partido se transformaron en un son plano y soporífero. Ambos combinados parecían firmar un resultado que deja la eliminatoria abierta para la vuelta. Los nazaríes desaprovecharon la oportunidad de dejar el pase a octavos prácticamente cerrado. El reencuentro con la victoria no satisfizo a la grada, que despidió a Caparrós con leves pitidos. El Granada estuvo muy espeso en la creación. El triunfo se basó en un buen trabajo defensivo del colectivo y en una mayor profundidad que la mostrada en envites anteriores. 

Los de la capital de la Alhambra ya piensan en el choque del domingo contra el Valencia, donde les apremia la necesidad. La Copa no deja de ser un torneo complementario. Con casi total seguridad, la inmensa mayoría de granadinistas entregarían con gusto la eliminatoria copera con el fin de revertir la situación en Liga. Eso no deja de ser ficción. Los nazaríes deben reaccionar y han de hacerlo rápido. El equipo ché puede ser el oponente perfecto para cambiar la dinámica de la temporada.