Ya se sabía que la empresa sería harto complicada. El Atleti hizo imperar su ley en el Calderón ante un Granada que mostró una imagen combativa y ofreció motivos a su afición para creer. Si bien los hombres hoy dirigidos por Joseba Aguado no gozaron de demasiadas ocasiones, sí que plantaron cara a un gran equipo y esa actitud es la necesaria para el cambio.

Primer partido sin Caparrós

Llegaba el Granada al Calderón envuelto en una nueva corriente de esperanza. Por fin, Quique Pina había dado el paso adelante y Joaquín Caparrós era ya historia, y de la negra, en la entidad rojiblanca. Joseba Aguado, técnico de la casa y triunfador con el filial, cogía las riendas del primer equipo en el banquillo del Manzanares. Los resultados de los rivales directos acompañaban para llegar a la segunda vuelta a tiro de victoria de la salvación. Lo único que perturbaba la renovada fe granadina era el toro que se plantaba delante: el Atlético del Cholo.

Para enfrentar al equipo colchonero, Joseba se encontraba con la baja de Fran Rico que venía siendo titular indiscutible. El míster granadino decidió resolver el entuerto colocando a Héctor Yuste en la posición del gallego y formando una línea de tres por delante, con Lass y el debutante Robert Ibáñez a los costados, y Piti en la media punta. Joseba pedía atrevimiento a sus hombres en la previa y su alineación era acorde al deseo. Por su parte, Diego Pablo Simeone alineaba arriba a la pareja Mandzukic – Torres. El primero venía de perderse el partido de Copa ante el Real Madrid por fiebre, mientras que ‘el Niño’ llegaba encumbrado y reforzado por el doblete conseguido en el Bernabéu, haciendo ver que no volvía de vacaciones al club de sus amores. El Atlético no se podía permitir un segundo traspiés consecutivo tras caer en la jornada anterior en el Camp Nou.

Joseba apostó por un 4-2-3-1 e hizo debutar a Robert IbáñezComenzó el partido con un Granada bien organizado atrás y sin pasar apuros ante un rival que entró espeso al partido, pareciendo acusar el cansancio intersemanal. Los nazaríes apretaban en la presión y salían a la contra a través de Robert por el costado izquierdo. El joven canterano del Valencia, cedido al Granada, forzó a los ocho minutos la primera amarilla a Godín y se convertía en un quebradero de cabeza para la defensa colchonera.

A los diez minutos llegó la primera ocasión del encuentro y fue para el Granada. Una carrera de Nyom acabó en centro a El Arabi y el marroquí mandó fuera su cabezazo al intentar sorprender a un adelantado Moyá. El espíritu y juego renovados de los hombre de Joseba se hacía patente sobre el césped. A los quince, Piti mandaba un saque de esquina al larguero, avisando de que el Granada había venido a competir.

Un gol que pesó

El Atlético se fue metiendo poco a poco en el partido y obligando a los andaluces a dar un pasito atrás en el planteamiento. Los balones comenzaban a llegar a Arda y la conexión de este con Juanfran era un problema para Sissoko. A pesar de dominar el esférico, el buen hacer de los nazaríes, auspiciado por una gran labor de Iturra y Yuste en el medio,  impedía que los colchoneros crearan peligro a Oier. Mientras tanto, Robert seguía con sus escarceos en ataque e Iturra se atrevía a probar suerte desde la frontal.

Todo eran buenas noticias para el Granada hasta el 32, cuando un centro de Fernando Torres se convirtió en penalti de Sissoko a Godín por un claro agarrón. Mandzukic no perdonó y adelantó a los del Cholo que, hasta entonces, no habían creado peligro alguno. Acusó el golpe el equipo que hoy vestía de azul, que vio minado su buen arranque de partido y que comenzó a sufrir ante el empuje atlético. No volvió a gritar “Uy” la grada del Calderón en la primera mitad, pero las llegadas locales eran cada vez más constantes y peligrosas. Así se llegó al descanso.

Esfuerzo infructuoso

La reanudación trajo consigo el dominio total del Atlético. Protegiéndose con el balón, metió al Granada en su campo y no le dejó salir como en la primera parte. Los de Joseba solo consiguieron intimidar en una ocasión en esta segunda mitad. Fue en una arrancada de Lass, que estuvo demasiado individualista en el día de hoy, que consiguió marcharse de Juanfran y cuyo centro no consiguió rematar El Arabi por poco. Ahí dijeron adiós los nazaríes a sus opciones ofensivas.

El cansancio pesó sobre el Granada en la segunda parteArrancó el carrusel de cambios con la marcha de Torres para dejar lugar a Griezmann. Simeone veía que sus hombres controlaban el partido pero tampoco apuraban a Oier y quería movilizar el ataque rojiblanco. En el Granada, Foulquier entró en lugar de Sissoko. Las ocasiones colchoneras empezaron a llegar a través de Koke y Griezmann. El francés tuvo la de mayor peligro en un disparo botando que obligó al meta granadinista a emplearse para despejar.

El cansancio comenzaba a pesar en los nazaríes, que veían como el balón se desvanecía cuando llegaba a sus pies. De esta forma, Joseba Aguado agotaba los cambios dando descanso a Lass y a un renqueante Robert. Buen debut el del valenciano. El partido continuó en una calma tensa hasta el minuto 87, momento en que Raúl García sentenció la contienda al rematar con la coronilla un balón servido por Arda Turán. El Atlético mataba el encuentro y las esperanzas de empatar de los visitantes.

El pitido final dejó un poso de sinsabor por la derrota pero una ventana abierta al cambio. El Granada compitió bien en casa del actual campeón de Liga e, incluso, se mostró atrevido en la primera mitad. Es el camino a seguir para un equipo que esta semana espera tener un nuevo entrenador y recuperar piezas muy importantes para su engranaje como Rochina y Murillo. El domingo comienza la segunda vuelta y el choque ante el Deportivo de La Coruña se presenta como una final a vida o muerte. Dormirá colista una semana más, pero la esperanza ha vuelto a florecer en la ciudad de la Alhambra.