Surrealista. Como una película de terror, peor incluso. El Granada ha perdido muchas de las esperanzas de permanecer en Primera División tras la derrota ante el Levante, que ha remontado el partido en los últimos cinco minutos después de que el Granada se quedara con hasta 9 jugadores debido a que Álvarez Izquierdo quiso ser el protagonista de la noche con la expulsión de dos jugadores rojiblancos y otro levantinista, que marcó el devenir del partido.

El Granada de más a menos

Con el paso de los minutos el Granada volvía a ser un equipo 'Caparrosiano' y comenzaba a especular con el resultado El partido se venía jugando desde hace una semana atrás. Ambos conjuntos eran conscientes de que, el que perdiera el partido, tenía todas las papeletas para decir adiós a la máxima categoría del fútbol español. El Levante por ello, salió a morder desde el principio aunque no controló los nervios y eso Abel Resino supo interpretarlo. El Granada se adelantó a los 12 minutos de juego gracias a un penalty claro por manos de Victor Camarasa dentro del área. El marroquí, Youseff El-Arabi, que volvía al equipo titular, anotó el gol que ponía a los suyos por delante. Tras el gol los rojiblancos tuvieron minutos de destello donde pudieron anotar el segundo, aunque sin embargo comenzaron a especular con el resultado. Debido a los lesionados y sancionados, Abel tiraba de fondo de armario pero había más para destruir que para crear y el equipo lo notó.

[Via LFP]

El Levante tenía la pelota, sí, pero no daba ninguna sensación de peligro salvo cuando Barral cogía la pelota dentro del área. Los de Abel se mantenían firmes atrás y no concedieron ningún fallo. Ni siquiera Oier tuvo trabajo en la primera mitad donde a pesar del dominio local no terminó bajo los palos ninguna ocasión, por lo que se llegó al descanso con victoria por la mínima de los rojiblancos, que ni por asomo se les pasaba por la cabeza la "escabechina" que Àlvarez Izquierdo tenía preparado hacer.

Turno para los errores y para Álvarez Izquierdo

Álvarez Izquierdo pasó a ser el actor principal y decidió dejar al Granada con 9 jugadores Comenzaba la segunda mitad o más bien 45 minutos de una comedia o tragedia, como guste. Antes, el Granada, volvía por sus fueros y decidió echarse atrás toda la segunda parte. En el banquillo parecía que había vuelto Joaquín Caparrós porque en ningún momento el equipo rojiblanco se lanzó a por el segundo gol que le daría cierta tranquilidad. Cuando ya faltaban 15 minutos para el final, Álvarez Izquierdo pasó a ser el protagonista absoluto del partido. Se le encendió la mecha y empezó a sacar tarjetas a diestro y siniestro. Colunga vio la roja directa cuando zancadilleó (sin violencia alguna) por detrás a un jugador levantino. 9 de cada 10 árbitros habían señalado falta, y si acaso, amarilla. Pero al Granada le tocó un árbitro que ya la temporada pasada rectificó un penalty a favor de los rojiblancos en los Cármenes y poco le importaba el daño que podía ocasionar esa expulsión.

Oier junto al árbitro echaron a perder un partido que el Granada había tenido controlado durante más de 80 minutos El colegiado catalán calentó un partido que no habría pasado a mayores sino llega a ser porque varios minutos después expulsó a Ramis y a El-Arabi con roja directa. El marroquí se iba marchando sustituido pero Ramis le recriminó que perdía tiempo. Youseff le empujó y el árbitro a velocidad de la luz se dirigió hacia ellos con la cartulina roja. De locos. Quedaban 10 minutos para el final y los rojiblancos tenían que defender el resultado con uñas y dientes con tan solo nueve jugadores y sin delanteros. Abel introdujo a Cala y el canterano Uche para que defendieran todo lo posible. Pero llegaron los errores en cadena, que, si no llega a ser por el árbitro jamás habrían ocurrido. Oier, en un saque de banda, aparentemente normal del Levante, se adelantó al borde del área para despejar el balón con tan mala fortuna que le llegó el balón a Camarasa que le pegó de primeras y el balón entró en las redes pillando al portero volviendo para la portería.

Pero todavía quedaría la estocada definitiva. En el tiempo de descuento, cuando más fallaban las fuerzas al Granada ocurrió lo que jamás debió pasar. El equipo granota vio la posibilidad de llevarse los tres puntos, y se lanzó al ataque. Nyom se despistó en la línea del fuera de juego y habilitó a Barral que dentro del área hizo el gol de la remontada de su equipo, arruinando, gran parte de las esperanzas de permanencia para la parroquia granadina.

Terminó el partido con la victoria del Levante. El Granada desolado. Más que nunca. Tenía los dos pies en Primera cinco minutos antes del pitido final. Una vez pitó el árbitro los jugadores se marcharon con la cabeza baja porque sabían que tendrán muy dificil su permanencia en Primera División. Hundidos es la palabra que refleja a este equipo que desde el comienzo de temporada (pese al espejismo de las primeras jornadas) se veía venir algo así. Quique Pina recordará en su memoria para siempre este partido porque puede ser el principio del fin del Granada en su estancia en Primera División. Solo un milagro salvaría de categoría al equipo rojiblanco, pero los milagros no siempre van a ocurrir.

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Sobre el autor
Alejandro López
Espíritu competitivo. Lo dificil se hace, lo imposible se intenta. Me puedes leer en @Alemania_Vavel y @GranadaCF_VAVEL. Hay gente que dice que el fútbol no tiene nada que ver con la vida. No sé cuánto saben de la vida, pero de fútbol, poco.