A doce jornadas para el final de Liga el Granada sigue acarreando varios problemas que le están lastrando. El principal, por supuesto, es la situación en la tabla clasificatoria. En descenso desde el último encuentro de 2014, los rojiblancos ven como pasa el tiempo y no consiguen salir de la zona roja, hecho que podrían lograr este sábado si vencen en Vallecas. Parte de la solución a ese problema pasa por solventar primero otros y el más acuciante es, sin lugar a dudas, la falta de gol. Con 17 tantos a favor, los nazaríes son los menos anotadores de la categoría, a dos del Córdoba y a cinco del Almería. Escasea el gol en Andalucía y en la capital de la Alhambra lo hace de manera especial.

Varios son los factores que pueden explicar los escasos registros goleadores del Granada. El primero, la negativa a atacar durante la etapa de Joaquín Caparrós en el banquillo rojiblanco, en la cual el equipo no marcaba porque apenas lo intentaba. Una vez llegado Abel Resino la propuesta futbolística ha cambiado y las acometidas al área se multiplican para sus hombres. Mejorado esto, queda el segundo y más preocupante factor: la falta de puntería de los granadinos personificada en sus delanteros. Varios han sido los atacantes que han pasado por la punta del conjunto nazarí y ninguno ha sido capaz de hacerse acreedor de un puesto fijo como titular. El dar con un punta que sea capaz de marcar entre 12 y 15 goles es vital para que un equipo de la zona baja pueda salvar el pellejo a final de temporada y mucho se tienen que poner las pilas los delanteros nazaríes para llegar a esas cifras.

Los goles de El Arabi han dado cero puntos al Granada; los de Córdoba sieteDos hombres son los que pujan con mayor fuerza por encabezar el ataque granadino: Youssef El Arabi y Jhon Córdoba. El marroquí es el máximo goleador del Granada en Liga con cuatro tantos. Le costó siete jornadas perforar la red rival por primera vez en este curso y lo hizo en La Rosaleda, ante el Málaga. Posteriormente anotó dos goles de penalti, ante Sevilla y Levante, y otro ante el Espanyol. Curiosamente, sus goles no han dado aún ningún punto a su equipo, pues todos esos encuentros acabaron en derrota nazarí. Tampoco sabe lo que es marcar en casa, ante un público que ha perdido la paciencia con él. A El Arabi no se le puede negar la entrega y su constante pelea batalla por batalla pero a ojos del respetable de Los Cármenes el esfuerzo no es suficiente. Desde que llegó a Granada, al marroquí le pesa el coste de su fichaje y que nunca ha llegado a casar con la grada. Sus declaraciones a Eurosport Francia, en las que expresaba su deseo de marcharse del club rojiblanco, han terminado de dinamitar la situación. Que recupere el olfato goleador que mostró el año pasado será crucial para eludir el descenso.

Jhon Córdoba es el otro púgil. El cafetero llegó a Granada abalado por la buena campaña realizada en el Espanyol. Entró con buen pie en la escuadra rojiblanca, anotando el gol de la victoria en San Mamés, ante el Athletic. Lo que parecía que iba a ser un camino exitoso, se torció, y Córdoba pasó dos meses sin ver puerta. Lo volvió a hacer ante el Córdoba en Copa, dando el triunfo a su equipo, y ante el Getafe en Liga. Su último tanto supuso los tres puntos ante el Elche, hace un mes. La realidad es que sus goles, aunque pocos, han dado rendimiento al Granada: tres victorias y un empate. El colombiano se maneja bien lejos del área, donde es un quebradero de cabeza para las defensas rivales. Cuando se acerca a la zona de definición la cosa cambia y la portería se le hace pequeña. Mejorar sus registros lo convertirían en un arma importante para los suyos.

Adrián Colunga vuelve tras dos partidos de sanción tras su expulsión en el Ciudad de Valencia. Esto quiere decir que Abel Resino podrá contar con él ante el Rayo Vallecano. El delantero asturiano ha disputado tres encuentros desde su llegada en el mercado invernal y no ha podido demostrar, al menos hasta ahora, que mejore lo que ya había. El cuarto en litigio, Isaac Success, ha quedado relegado a un segundo plano. Con la llegada del técnico de Velada, el canterano ha dejado de disfrutar de la confianza que gozaba con Caparrós y ha retornado al filial granadinista, donde está cuajando buenas actuaciones.

En el barrio obrero de Madrid se volverá a vivir un nuevo capítulo del dilema nazarí. A priori, El Arabi y Córdoba tienen más papeletas que el resto para partir en la punta de ataque. Sea quien sea, el Granada necesita goles para salir de la situación tan delicada en la que se encuentra y los delanteros son los máximos responsables de ello.