La historia interminable. Una vez más el Granada CF vio como se le esfumaban unos puntos importantísimos  en los instantes finales. Tras comenzar ganando con gol de Robert en el 3’ y jugar más de 45 minutos en inferioridad por expulsión de Murillo, el Celta empató en el 93’. La salvación sigue estando a tres puntos pero el estado anímico se tambalea después de otro mazazo terrible.

Los nazaríes volvían al Nuevo Los Cármenes tras protagonizar en el Santiago Bernabéu uno de los mayores ridículos de los últimos años. Los rojiblancos eran conscientes de que gran parte de las opciones de salvación pasaban por las batallas contra Celta y Almería. Abel Resino introdujo siete cambios con respecto al once que se enfrentó al Real Madrid, destacando el regreso de Roberto a la portería. Las horas previas del encuentro estuvieron protagonizadas por el merecidísimo homenaje a Chikito. Los más supersticiosos se aferraban a la memoria del mítico Oruezábal para encarar el partido.

Comienzo soñado

El encuentro no pudo empezar mejor para los andaluces. En el minuto 3, Murillo envió un pase largo a la banda izquierda. Piti recibió el esférico sin oposición y centró al área donde esperaba El Arabi. El marroquí dejó pasar la bola y Robert Ibáñez no lo desaprovechó. Su disparo fue repelido por un defensa, pero en el rechace el valenciano no perdonó y estableció el 1 a 0 en el marcador. 

El Celta intentó asentarse en el choque, protegiéndose con el dominio del balón. Los de Berizzo se hicieron poco a poco con el peso del juego. Los acercamientos gallegos eran, eso sí, bastante tímidos. La única ocasión de los vigueses tuvo lugar en el 10’. Santi Mina, tras un semifallo de Insúa, recibió un envío largo en una posición escorada y, a bote pronto, conectó un chut desviado. Los locales parecían cómodos esperando atrás y saliendo esporádicamente a la contra. Tras muchos minutos de tedio, el Granada llegó a portería contraria en el 21’. Una aproximación de Iturra terminó con un centro para Márquez, que controló y lanzó por encima de la puerta de Sergio.

En el 26’, Berizzo tuvo que realizar un cambio por lesión. El capitán celtinha Augusto Fernández fue sustituido por Álex López. El partido entró en una dinámica bastante bronca y de poco juego. En el último tramo de la primera mitad hubo más tarjetas que fútbol. Un rifirrafe con Cabral y una entrada a destiempo de Murillo, terminó con el colombiano expulsado por doble amarilla. Todo ello en dos minutos. Resino se vio obligado a introducir a Mainz en detrimento de Piti. Los andaluces se marchaban al vestuario con un resultado inmerecido. El primer tiempo terminó con ventaja para el Granada. Quedaban 45 minutos para aferrarse a tres puntos que resultaban vitales.

Tremendo mazazo en la prolongación

Los gallegos saltaron al césped en la reanudación con la intención de acosar el área rival. En los primeros impases de la segunda mitad, el Celta llegaba con gran facilidad a posiciones de peligro. En el 50’, un centro de Nolito atrás fue conectado por Cabral, que a punto estuvo de lograr la igualada. Los nazaríes supieron frenar el impulso visitante y llevar el choque a tierra de nadie. El Granada estaba bien plantado en el campo y anulaba todas las intentonas visitantes. Tanto es así, que en el 58’ pudo matar el encuentro. El Arabi recibió solo en el área y armó el disparo con rapidez. Sergio estuvo rápido y achicó con gran destreza para evitar el tanto local. 

Los granadinos dejaban transcurrir los minutos ante un inoperante Celta. El tiempo pasaba sin que sucediera nada relevante. Resino dio entrada a Córdoba y Candeias en lugar de El Arabi y Robert. Berizzo también movió el banquillo y terminó jugando con Mina, Nolito, Charles y Larrivey arriba. La acumulación de delanteros cambió poco la historia. En el tramo final, los locales sacaron a relucir un amplio manual de pérdidas de tiempo. Roberto en varias ocasiones e Iturra, entre otros, se quejaron de problemas musculares. Los gallegos se quejaban desesperados al colegiado y los andaluces miraban a un reloj que iba más lento de lo que debía. Ante esta situación, Álvarez Izquierdo añadió cinco minutos.

El partido parecía que iba a llegar a su fin con una trabajadísima victoria nazarí. Nada más lejos de la realidad. En el 93’, un balón aéreo frontal fue peinado por Larrivey y prolongado por Charles hasta caer en los pies de Bongonda, que fusiló a Roberto. El gol fue un auténtico jarro de agua fría para un equipo y una afición que quedaron en estado de shock. La fatalidad se volvía a cebar con el Granada en los minutos finales.

El sábado llega una final frente al Almería. Por más que suene a tópico, no deja de ser verdad. Un triunfo rojiblanco y una derrota del Dépor en Anoeta sacarían al Granada del descenso. En eso deben pensar los de Resino. Todo lo demás sobra. Toca levantarse para seguir luchando aunque las fuerzas flaqueen. El derbi será decisivo.