La temporada llega a su fin y con ello se empieza a mover el mercado de fichajes, tanto en el aspecto de entradas como en el de salidas. En este último, se vivirá una despedida muy especial en la ciudad de la Alhambra. Un hombre muy querido por la afición granadina dejará de formar parte del club de manera oficial el próximo 30 de junio. No hablamos de otra persona que no sea Diego Mainz. El zaguero madrileño ha ido perdiendo protagonismo en las últimas campañas debido a la llegada de otros jugadores en su posición, pero nunca ha dejado de ser pieza clave en el vestuario para poder levantar situaciones complicadas como cambios de entrenador o peleas por la permanencia.

Indiscutible en el año del ascenso

La vuelta a Segunda tras tantos años sin pasar por ella se presentó complicada en la ciudad granadina, al igual que el primer tramo de campaña para Diego donde apenas dispuso de minutos entre los meses de agosto y noviembre. A partir de ahí, empezó a ganarse la confianza de Fabri y entró a formar parte del once, del cual no se movería en toda la segunda vuelta del campeonato, a excepción de tres partidos que se perdió por lesión. Dos tantos en la liga regular y sus grandes actuaciones en la zaga colaboraron para que el conjunto nazarí disputara la fase de promoción que le hizo tocar el cielo. 

En la promoción de ascenso disputó la totalidad de minutos y junto a su compañero en el centro de la defensa, Iñigo López, desbarató las ocasiones de Celta y Elche, respectivamente, para celebrar, posteriormente, la vuelta del Granada a Primera 35 años después.

De más a menos en Primera

Las dos primeras temporadas en la élite del fútbol español, Mainz contó con el apoyo de los entrenadores que pasaron por el club nazarí disputando 21 y 27 partidos ligueros, respectivamente. Sumó un gol en cada campaña y fue ganando importancia poco a poco convirtiéndose en uno de los pesos pesados del vestuario, hecho que le ha acompañado hasta el día de hoy. 

Probablemente, la afición le recordará por su aportación clave en el tramo final liguero de la pasada temporada, la del milagro de Sandoval. En ella, jugó una gran cantidad de partidos, quedándose cerca de su récord en Primera ya que fue utilizado tanto por Caparrós, como por Abel y Sandoval en 23 de las 38 jornadas ligueras. Dos de sus tres goles en las jornadas ligueras valieron puntos al conjunto nazarí. Dos cabezazos ante Sevilla y Córdoba hicieron sumar al Granada cuatro puntos claves que, a la postre, fueron indispensables para lograr la ansiada salvación.

Por desgracia para él, esta campaña no ha disfrutado de muchas oportunidades y tan solo ha disputado cinco encuentros ligueros, serán seis con el del sábado ante el Barcelona. José González premiará al capitán y alma del vestuario con la titularidad en un partido que servirá para decir adiós a una ciudad que le ha brindado la oportunidad de jugar en Primera. Se despedirá también de una afición con quien siempre ha tenido un cariño especial y que desde su llegada le ha aceptado como un granadinista de pura cepa. Su coraje y derroche en el campo han propiciado la estima que Granada le tiene y tendrá a un excelente profesional como él.

El último superviviente del ascenso 

Tras la marcha de Nyom la pasada campaña, Mainz se convirtió en el único jugador de la plantilla que vivió aquel retorno a Primera con el club nazarí. Con su adiós, el Granada no tendrá representación de aquel mágico equipo que devolvió a la ciudad de la Sierra Nevada a la gloria. Como todo en la vida, el fútbol es un ciclo y el de Mainz y el del Granada 2010/11 se acaba este año. Para seguir en la élite hay que reinventarse. La afición granadinista agradecerá su esfuerzo y dedicación a Diego Mainz y Granada siempre será su casa.