Celta y Levante llegaban a la novena jornada en situaciones muy opuestas. Los gallegos, penúltimos, necesitaban una victoria para poder tomar aire y seguir creyendo en el proyecto de Luís Enrique. El Levante, que venía de perder frente al Real Madrid, pero con el orgullo de haber hecho las cosas bien muy latente, y con opciones de ir subiendo escalafones en caso de victoria.

La lluvia, insistente desde antes, dificultó la práctica del balompié, y no dio visos de detenerse en lo que restaba de noche viguesa. El Levante saltó al húmedo césped de Balaídos con la intención de dejar jugar a su rival e intentar aprovechar sus opciones al contraataque. El equipo gallego lo tuvo difícil para jugar con comodidad. No sólo las condiciones climatológicas le eran adversas, sino que el conjunto azulgrana ejerció un gran trabajo presionando al equipo vigués. Así fue como el Celta dominó durante el primer tramo del encuentro y sin embargo, fue el equipo valenciano el que dispuso de la primera ocasión de peligro tras una jugada a balón parado. La réplica celtiña la encontramos en el minuto 11 con un disparo desde la frontal de Krohn-Dehli que detuvo Keylor Navas sin problemas. Pocos minutos después, fue el guardameta costarricense quien salvó a su equipo al abalanzarse a los pies de Santi Mina que había controlado un balón suelto dentro del área.

Poco a poco el Celta se fue aclimatando y sintiéndose más cómodo. Nolito y Krohn-Dehli volvieron a poner a prueba a Keylor Navas antes de que se cumpliese la media hora de partido. Los valencianos estuvieron muy impreciso a la hora de armar contraataques y no ocasionaron ningún peligro, más allá de acciones esporádicas.

A causa de la tromba de agua que cayó en Vigo, se fue la luz en Balaídos durante el descanso y el encuentro se reanudó cerca de veinte más tarde de lo previsto. Con el posterior encendido de luces, se encendieron también los ánimos de los jugadores. La intensidad en el comienzo de la segunda mitad fue mayor que en el primer tiempo. El Celta salió de nuevo en busca del gol y el equipo valenciano se defendió como buenamente pudo, pues los gallegos encerraron al Levante en su propia área en los primeros instantes de la reanudación.

Viendo que a sus jugadores les estaba costando aguantar las acometidas celestes, Caparrós dio entrada a Vyntra en el minuto 60 en sustitución de Ivanschitz, pasando Pedro López al interior derecho. El propio futbolista de Torrent cometió una falta que Nolito a punto estuvo de convertir. Los jugadores del equipo vigués siguieron envistiendo una y otra vez a la portería de Keylor Navas, hasta que en el ecuador del segundo tiempo la escuadra de Caparrós logró arrebatar ese dominio. Aunque no ocasionó ningún peligro claro, sí que rompió la inercia del partido en la que el Celta pareció tenerlo todo muy de cara para llevarse los tres puntos. Los parones constantes en el juego también contribuyeron a que se perdiese la intensidad que había estado muy presente a lo largo del encuentro.

Con el Levante totalmente agazapado atrás y con el Celta, de nuevo, en busca del gol de la victoria, Orellana derribó a David Barral en la frontal. Los valencianos sumaron pocos efectivos al ataque e incluso fue Juanfran el encargado de ejecutar la falta. El balón rebotó en la barrera y le cayó a un Diop que no se lo pensó dos veces y lo empalmó con la pierna derecha ajustándolo a la base del poste. Fue totalmente inútil la estirada de Yoel ya en el minuto 89. Al Levante, que se estaba conformando con el empate, le volvió a sonreír la suerte del último minuto. Esa suerte que ya saboreó en Vallecas y que le fue esquiva en el encuentro frente al Real Madrid en la anterior jornada de liga. El Celta volvió a arremeter contra la portería de Keylor Navas. Incluso David Rodríguez tuvo una última ocasión con el tiempo ya cumplido. El marcador, sin embargo, ya no se movió y el Levante sumó tres puntos que le sitúan muy cerca de puestos europeos. Los hombres de Luís Enrique, por su parte, siguen en la parte baja de la clasificación, aventajando tan sólo al Almería.