El fútbol,  el Levante, ambas aficiones y todo lo que rodea al inicio de la competición copera se presentó en el Colombino una vez entrada la noche en Huelva. La asistencia no era la mejor pero los que allí estuvieron intentaron ofrecer desde las gradas el espectáculo que no se vio sobre el terreno de juego.

Los cánticos no faltaron ni por parte del Recre ni por el costado “granota”, que contó con el aliento de un grupo de seguidores que se hicieron notar en momentos puntuales del encuentro. La intención era animar pero ya se podía jalear desde las gradas que el cruce iba, al parecer, destinado a un transcurso soporífero en líneas generales.

Transcurso soporífero

Concretamente, se produjeron acciones destacadas. En los minutos iniciales Sergio Pinto trataría de aprovechar una de sus bazas, su buen disparo, para aventajar la eliminatoria para el costado azulgrana. Pedro López colgó el balón y el centrocampista levantinista golpearía de volea. Salió fuera por poco.

Los onubenses contaban con la posesión pero apenas tenían la ocasión de ponerse por delante. El Levante, más directo, dejaría varias acciones de peligro como un acercamiento de Nong en el 10’ o un buen bote de falta de S. Pinto en el 38’, pero los primeros 45 minutos, también en el costado local, no dejaron mucho más que un excesivo juego en el centro del campo y pocas llegadas.

Encuentro in crescendo

La segunda mitad superó a la primera; aunque no era tarea complicada. En el 50’ el Recre generó una de las mejores hasta el momento. Ruymán entraría por el costado izquierdo y se sacaría un gran centro que no logró rematar Arana correctamente. Ocho minutos después los de Joaquín Caparrós respondieron con, nuevamente, Sergio Pinto como protagonista. El germano-portugués condujo la pelota hasta el área y mandó un centro-chut que no conectó con Nong y tampoco vio portería, pero dio un mayor ritmo a la contienda.

Una buena jugada individual de Arana y posterior vaselina atrapada por Keylor en el 63 y un disparo lejano de Simao que atrapó Rubén, sería los precedentes más resaltados del desenlace final. Una falta en el 89, la especialidad de los pupilos de Barjuan, llegaría como la última bala del Recre. El portador del arma, un Álvaro Antón que la engalanó con un toque magnífico al interior del área. El verdugo, un Ruymán que cabeceó libre de marca ante la pasividad de la defensa “granota” para conseguir en los últimos minutos de vida de la batalla un resultado muy favorable para los suyos. El Levante volverá a Valencia con un marcador adverso en la eliminatoria y el Ciutat tendrá que dictar sentencia. Ya sea de muerte para sus amos o de remontada.

Así lo vivimos.