A todo el mundo le gustan los goles en jugada a campo abierto, tras una larga combinación en la que, con precisos pases, el equipo llega a desarbolar la defensa rival y al rematador no le queda más remedio que meter el balón, por no hacer un feo a sus compañeros. Valen tanto estos goles como los que llegan tras una jugada a balón parado. El lanzador acaricia con mimo el esférico mientras lo coloca junto al banderín, el baile comienza en el área y tras ser golpeado por quien saca, el cuero vuela hacia el corazón del área. Las parejas en su danza, acaban por romperse y algún jugador alcanza el balón, que va directo a la red haciendo inútil la estirada del arquero.

Podemos ver un gol desde muchas ópticas, pero al final lo que cuenta es si sube al marcador y sobre todo, si sirve para conseguir un resultado positivo. Y en este sentido, el Levante tiene en las jugadas de estrategia a su mejor aliado. Siete de los veintidós goles que lleva el conjunto azulgrana en Liga han sido a balón parado. Pero es que los de Caparrós sacan el máximo rendimiento a sus goles de estrategia: los últimos siete puntos conseguidos han llegado a balón parado. Barral cabeceó a la red para doblegar al Málaga, al igual que Vyntra para arrancar un empate en la visita del todopoderoso FC Barcelona. El premio se lo lleva la victoria en Sevilla con un gol de penalti y los otros dos a la salida de sendos córners, lanzados por Ivanschitz.

Quizás no sean los preferidos por el gran público, hambriento de espectáculo y virguerías, pero sin los goles a balón parado el sino del Levante en este campeonato sería muy distinto. Los de Caparrós son octavos, ocho puntos por encima del descenso. No hay que saber muchas matemáticas para calcular que sin los últimos goles a balón parado el Levante tendría el abismo a tan solo un punto. Así pues, desde Orriols pueden asegurar, sin miedo a ser criticados por los estetas del juego combinativo, que las jugadas a balón parado son tan válidas como el resto de goles, y muy bonitas para quien puede disfrutar de una cómoda posición en la tabla gracias a ellas.