El partido se presentaba como la opción para el Levante de seguir firme en su paso hacia la permanencia, mismo objetivo que el equipo rayista.

Banderas a media hasta, minuto de silencio y cánticos desde la grada. Luis Aragonés estuvo muy presente en los prolegómenos de un choque que comenzó con ambos equipos buscando portería contraria. Fueron los locales quienes, poco a poco fueron ganando presencia en terreno contrario. Ivanschitz dispuso en el décimo minuto de juego del primer remate a gol del partido. Recibió un balón en el costado izquierdo del área de Rubén, y no se lo pensó dos veces. El disparo lo atrapó sin problemas el meta rayista. Los madrileños tuvieron la suya en la siguiente jugada. Baena estrelló el balón contra el poste y Larrivey trató de batir a Keylor Navas tras el rechace. El costarricense atrapó con seguridad.

Tras esta ocasión, el partido perdió la intensidad inicial y se vivieron algunos minutos sin que ninguna ocasión. No fue hasta el minuto 22 cuando Barral remató por primera vez a puerta. El andaluz voló en el aire para cabecear fuera un buen centro desde la banda izquierda. Trashorras tuvo la respuesta pocos instantes después. El gallego obligó a Keylor Navas a volar para mantener su portería a cero y provocar la ovación de la grada.

No hubo dueño. El Levante, que pareció salir más enchufado, volvió a ofrecer su juego habitual de esperar atrás para salir con velocidad. Fue entonces cuando el Rayo comenzó a crecer y a pisar la meta local con mayor asiduidad. Larrivey tuvo una nueva ocasión tras controlar, bajar y rematar en el punto de penalti un balón que salió demasiado desviado. Barral fue el encargado de llevar el peligro a la portería contraria pocos instantes después. Fue en el minuto 30 cuando remató de primeras desde el interior del área. Su disparo salió por encima del larguero. A la tercera no fue la vencida para el atacante levantinista, pues pocos minutos después no logró deshacerse de Rubén en un mano a mano con el portero del Rayo Vallecano. Eran los madrileños los que ganaron la posesión, los que tocaron y movieron el balón. Las pocas ideas, sin embargo, impidieron que los de Paco Jémez dominasen con autoridad. La sensación era de que el Rayo se conformaba con el empate, y tampoco trató de buscar el gol con demasiado ahínco. El Levante esperaba y erraba a la hora de salir al contraataque.

Cambios para romper el partido

Caparrós dio entrada a Rubén y a Baba en lugar de Xumetra e Ivanschitz, con lo que esquema pasó a ser el clásico 4-4-2 con Diawara y Barral en punta. Jémez introdujo a Bueno y a Lass. El panorama, sin embargo, no varió en exceso. A pesar de que los valencianos parecieron buscar la victoria con mayor ambición, no se engancharon totalmente al partido. Continuas fueron las pérdidas en campo rival, que sumadas a la falta de ideas e imprecisiones no hacían prever cambio alguno en el marcador.

El encuentro muere con poco más que ofrecer

En una jugada aislada, Barral despertó al gentío reunido en el Ciutat con un disparo que sacó la manopla de Rubén cuando parecía que el gol era inevitable. Bueno también pudo abrir la lata a falta de cinco minutos, pero su disparo obtuvo la misma respuesta que el de Barral. A la postre, ningún equipo puso el entusiasmo suficiente para buscar los tres puntos y el empate sin goles fue inevitable.