Cabanyal abarrotado, ambiente propicio para una gran gesta y rival complicado. El Levante UDDM recibía en su feudo a un contrincante de altura, el Uruguay Tenerife, y las intenciones de los “granotas” eran las de quitarle el trono a los tinerfeños y auparse hasta la cima de la tabla, que da la posibilidad de ascenso directo a la máxima categoría.

La afición se volcó en el encuentro, a sabiendas de la importancia del cruce, y todos tenían en mente que era una oportunidad para no desaprovechar. Sin embargo, las cosas no se le iban a presentar fáciles a los locales. En los primeros compases, los visitantes lograron golpear primero. Sobre los tres minutos de juego un inconmensurable durante gran parte del encuentro Carlos Corvo disparó al palo y Ayose recogería el rechace para consumar el 0-1.

Los levantinistas salieron con excesiva tensión y precipitación y no acababan de controlar la batalla. El 1-1 se presentó como una bocanada de aire fresco a través del penalti convertido por Jordi Lledó cerca del ecuador del primer tiempo pero a los tinerfeños les iba a sobrar efectividad. Poco tardó Pedro Toro en reaccionar para volver a poner por delante a los suyos en el marcador y tampoco se tuvo que esperar mucho para el 1-3. Otra vez apareció Ayose, aunque en esta ocasión para asistir a Pablo.

El Levante UDDM nunca se rindió y continuó acechando la meta contraria. El problema para estos fue que sus embestidas se encontraron continuamente con un soberbio Iago Barro bajo palos o con la madera. No obstante, acabó por caer por propio peso el 2-3 desde las botas de Jordi Lledó. Un tanto que volvió a dar alas a los azulgranas pero que acalló, nuevamente, Pedro Toro con el 2-4 a poco del final del primer tiempo.

Sin creer en imposibles

Dos goles de diferencia no se presentaban tan irremontables pero el Uruguay Tenerife volvió a comenzar la segunda parte asestando. Una de las parejas de la tarde, la dupla Corvo – Pedro Toro, aparecería una vez más para que el segundo hiciera realidad su hattrick. El 2-5 se podía considerar ya una contrariedad importante pero ni la grada, entregada, ni los hombres de José  Escrich bajaron los brazos.

Corriendo el 25’, llegaron en pareja. El 3-5 mediante una buena pared entre Kiko y Pedro que definió el primero con un magnífico punterazo y, respectivamente, el  4-5. Obra de José Revert con un gran tiro desde lejos que no pudo detener Iago Barro. En nada, la desilusión dejó paso al “sí se puede”. Retumbó en el pabellón y sus ecos acompañaron el espíritu local hasta el épico final. En el 30’ Ayose pondría de nuevo dos de distancia. Ahora, a partir de este momento la fortuna sonreiría al costado levantinista. Llegó el 5-6 firmado por José Revert, también el 6-6, que supuso el hattrick de Jordi Lledó, y el apoteósico 7-6 que confirmó Anás.

Valencia respiró fútbol sala, sintió el sufrimiento “granota” y la gloria de una trabajada victoria. El pitido final se produjo con resultado favorable al Levante UDDM y la fiesta fue también, como la gesta, de grandes magnitudes. Apenas restan dos jornadas y los azulgranas dependen de sí mismos para mantener el liderato y completar el ansiado ascenso a la máxima categoría.   

Ximo Colomina