Sábado 5 de enero de 2013. El día más emocionante y mágico del año. Llegan los Reyes Magos de Oriente. Una fecha entrañable para los más pequeños de la casa, que esperan con ansia la llegada de Melchor, Gaspar y Baltasar cargados de regalos. La ilusión y magia son los principales elementos de un cinco de enero que todo niño vive con especial emoción, esa emoción de ver a Sus Majestades desfilando en la tradicional Cabalgata de Reyes.

Un día tan señalado en el calendario, Orriols acogía el último duelo entre el Levante y el Athletic en territorio valenciano, correspondiente a la decimoctava jornada de Liga. A las 16:00 horas, cuando las carrozas se preparaban para comenzar su recorrido por las calles de Valencia hasta terminar en la Plaza del Ayuntamiento, el balón empezaba a rodar sobre el césped del Ciutat de València, donde el conjunto granota, inmerso en puestos europeos, iba a vivir una tarde mágica ante el cuadro vasco.

Los hombres de Juan Ignacio Martínez llegaban a la cita tras disfrutar de las fiestas navideñas y durante los primeros compases del encuentro quizás con éstas aun en la cabeza llegó el varapalo para la parroquia levantinista. A los cinco minutos del choque Aritz Aduriz inauguraba el marcador, 0-1 en el luminoso. Pero el fútbol no es como empieza, sino como acaba.

Tarde soñada en el Ciutat

A raíz del tempranero tanto del cuadro dirigido por el argentino Marcelo Bielsa, los locales se aferraron a la fuerza, coraje y garra para reducir diferencias. La ilusión y la magia de un cinco de enero iban a estar presentes sobre el verde del Ciutat. Ante las adversidades, alma y pasión.

Los locales evidenciaron su buen fútbol desde la medular con Vicente Iborra y Pape Diop como los principales directores de orquesta de una perfecta sintonía. Así, llegaron los tantos granotas gracias a Chris Lell a los veinticinco minutos y al propio Vicente Iborra, que perforó la meta de Iraizoz al borde del descanso, pero sobre todo, al esfuerzo de un bloque plagado de convicción. En veinte minutos el Levante había sido capaz de darle la vuelta al marcador. La alegría se desbordaba en el feudo valenciano.

El partido había cambiado, la escuadra bilbaína, que tuvo que recomponerse ante la expulsión de Laporte por una dura entrada sobre Roger, no incomodaba a un Levante que quería sellar la remontada. Nabil El Zhar se sumó a la fiesta y culminó la goleada con el definitivo 3-1 en una mágica tarde para la afición granota. La magia del fútbol. Lell, Iborra y El Zhar fueron los tres 'Reyes Magos' del Ciutat de València que se encargaron de repartir sonrisas en el coliseo azulgrana.

Raquel Fernández